El WSBK encara una nueva era marcada por la reducción de costes tras el acuerdo alcanzado entre la FIM, Dorna y la asociación de fabricantes MSMA sobre el nuevo reglamento técnico, que se aplicará progresivamente en tres etapas a partir de la temporada 2014.
La noticia llega en un momento en que se evidencia cada vez más la crisis en la que se encuentra sumida esta competición, con la paulatina caída tanto de marcas oficiales como de pilotos y equipos privados en la parrilla. Por no hablar de la afluencia de espectadores con cada vez más gradas completamente vacías. La idea de los organizadores es determinar un precio máximo por moto y componentes con el objetivo de reducir drásticamente los costes (se habla de 250.000 euros por piloto), algo que ya sucedió en el Mundial de MotoGP hace solo unos años.
El nuevo marco reglamentario también introducirá un número máximo de motores a utilizar por cada piloto durante la temporada, algo que también podría afectar a suspensiones, frenos y cajas de cambio. Los constructores participantes en el Campeonato del Mundo FIM Superbike también han acordado fijar un número mínimo de motos en parrilla con el mismo nivel de preparación, disponibles a través de venta o alquiler por temporada.
A la espera de que se publique la nueva reglamentación técnica, hay todavía aspectos en el aire como las áreas afectadas por los nuevos topes de gasto. Según Motomatters.com, BMW está gastando varios millones de euros anuales en el Mundial de SBK, buena parte de ellos en el desarrollo de motores pero también en sistemas de telemetría, electrónica y puesta a punto de la moto. El nuevo tope presupuestario puede limitar el precio de venta o alquiler de la S1000RR, pero es más complejo establecer un límite en el gasto de desarrollo de la moto, uno de los aspectos básicos para atraer los fabricantes al Mundial de SBK.
Otro de los puntos en el aire es el abismo entre la reglamentación técnica del Mundial de SBK y la de los diferentes campeonatos nacionales de superbikes y supersport, obligados en los últimos años a reducir de forma drástica las inversiones y costes de desarrollo. Este aspecto ha limitado sustancialmente la presencia de wildcards en el WSBK. Una reglamentación técnica más próxima podría favorecer la presencia puntual de pilotos de campeonatos nacionales en las parrillas del Mundial.
