La semana pasada quedó aprobado este nuevo plan y en cuanto se publique su texto definitivo en el BOE entrará en vigor, en principio hasta junio de 2018. Contempla ayudas a la compra de vehículos ecológicos: sobre todo, coches eléctricos o movidos por combustibles poco contaminantes (gas). Y va destinado tanto a particulares como a empresas, que suelen ser quienes en la práctica más provecho sacan de estos planes. A los 20 millones de euros que el plan contempla en ayudas a la compra de vehículos, se sumarán 15 millones destinados a impulsar la instalación de puntos de recarga.
¿Qué pasa con las motos? Pues que, pese a ser los vehículos más ecológicos también cuando sólo contemplamos este tipo de movilidad, se han vuelto a quedar parcialmente en el olvido. Por lo menos, de forma relativa: en un comunicado Anesdor ha lamentado diferentes aspectos de la nueva norma (que recordemos aún no se ha publicado en su texto definitivo).
Para empezar, se han vuelto a olvidar inexplicablemente de los ciclomotores. El ciclomotor más vendido este año en España será eléctrico, y pese a ello el Plan del Gobierno ignora este tipo de vehículos, ideales para la movilidad urbana. El 70 por ciento de los vehículos de dos ruedas eléctricos son ciclomotores. Resulta incomprensible que se queden fuera de este nuevo plan, pero así son las cosas.
Y, también como en el anterior plan Movea, se ha puesto un precio máximo para recibir ayudas (8.000 euros) que deja fuera de estas subvenciones precisamente las motos eléctricas más interesantes, con mejores prestaciones y tecnología. Por otra parte las ayudas por vehículo se reducen entre un 30 y un 60 por ciento respecto a las que había en el anterio plan Movea. De los anteriores 1.500 o 2.000 euros se ha pasado a 750 euros, para vehículos de más de 3 kW.
