Pilotos MotoGP 2013: ¿Cómo evitar lesiones y molestias?


No figura escrito en ningún manual del piloto perfecto ni más diligente, pero con la profesionalización que ha experimentado el motociclismo en los últimos años, cada vez es más evidente que cuidar el cuerpo, a nivel músculo-esquelético, es una necesidad más que un lujo. Tener el esqueleto a punto para las sacudidas de uno de los deportes más exigentes requiere de una dedicación apurada. Comoquiera que la habilidad, la concentración y la óptima condición física sean tres argumentos básicos para poder pilotar una moto, la ausencia de molestias o dolores es un aspecto clave, que sin duda condiciona los otros tres. Por muy dotado de habilidad y fuerza que esté un piloto, cualquier molestia o dolor le puede mermar la concentración, hipotecando así el resto de sus virtudes.
En este este reportaje se consideran varios epígrafes fundamentales en la preparación de un piloto, valorados, la mayoría de ellos, desde el punto de vista de un fisioterapeuta.
Rutina
Si bien es común que los pilotos profesionales, deportistas de élite, obedezcan a una rutina de entrenamiento, deberían también incluir sus visitas al fisioterapeuta en sus quehaceres habituales. Durante el invierno* el entrenamiento no es tan específico, consiste en una preparación física general. Además, se trabajan multitud de disciplinas (gimnasio, natación, carrera a pie, ciclismo, motocross, supermotard, etc.), con lo que la fatiga muscular no se produce en un solo segmento, sino que es más bien generalizada. Por tanto las visitas aconsejables al fisioterapeuta deberían ser c*ada quince días o tres semanas*. Y el sentido de las sesiones sería aliviar las sobrecargas producidas por el entrenamiento de la condición física general.
Durante la temporada la situación cambia. Plantear un tratamiento previo a la carrera (puesta a punto) y otro posterior (descarga) es primordial. El martes o miércoles antes de partir hacia un gran premio sería necesario llevar a cabo un trabajo de relajación y estiramiento, para descargar las zonas que más sufren en el cuerpo de un piloto. El lunes posterior a una carrera la visita al fisioterapeuta es obligada. Es necesario que un experto valore si se ha producido algún dolor o molestia o si alguna zona se ha sobrecargado especialmente. Hay condiciones como la lluvia, el viento, o simplemente las características de algún circuito (por ejemplo uno que tenga predominancia de ángulos hacia un lado, como Sachsenring, en este caso el izquierdo) que provocan que se sobrecarguen más unas zonas del cuerpo de un piloto que otras.
Compensación
Uno de los principales problemas de los pilotos es que no pueden reproducir los movimientos exactos que experimentan encima de una moto de competición, por mucho que entrenen con cualquier otro tipo de moto o superficie. La cadena muscular tiene memoria, a más entrenamiento sobre una moto de carreras, menos molestias. Cuando se unen varias carreras el piloto mejora sus sensaciones y desaparecen agujetas y dolores musculares. Es muy importante el trabajo compensatorio en casa, aparte del entrenamiento en sí mismo. Un trabajo que ha de ser funcional, es decir, que de algún modo reproduzca el esquema mental de las aferencias del nervio al músculo, y el esquema corporal de los movimientos (esto se denomina propiocepción). Se trabaja, por ejemplo, ejercitando el equilibrio con una pelota de fitness.
Es muy importante también tonificar la espalda y reforzar el transverso del abdomen (mediante contracciones abdominales hipopresivas, expulsando todo el aire de los pulmones) ya que dará estabilidad al piloto a la hora de mantenerse encima de la moto y a la hora de moverla (cambios de dirección). El último punto del trabajo compensatorio o invisible, aparte de la potenciación de brazos y antebrazos, obvio, son los ejercicios isométricos. Consisten en ejercicios estáticos en los que el músculo está contraído, pero carece de movimiento articular. Sirven para simular las contracciones cuando los pilotos se acoplan totalmente dentro del carenado.
Calentamiento
Antes y después de cualquier ejercicio físico, todo piloto y por extensión todo deportista debería tener un protocolo de calentamiento y estiramiento muscular. La fase previa a subirse a la moto es muy importante, sobre todo si se ha estado tiempo sin coger un manillar. El calentamiento supone un arranque del ejercicio gradual, el músculo se hace a la idea de que va a incrementar su nivel de rendimiento y progresivamente se le podrá ir exigiendo más funcionalidad. Algo de bici, multisaltos suaves, flexiones, sentadillas, estiramientos. Son el mejor modo de calentar antes de subirse a la moto.
En la media hora posterior a bajarse de la moto, el piloto debería ser muy escrupuloso con los estiramientos. Debería estirar bien todos los músculos y dejarlos preparados para tenerlos en condiciones al día siguiente. Si permite que pierdan temperatura, la capacidad de recuperación será nula. De igual modo, sobre todo si la última sesión del día ha sido muy exigente, acompañar los estiramientos con bebidas isotónicas (sales y proteínas) es recomendable. Inmediatamente después de cesar la actividad es bueno aprovechar la taquicardia y vasodilatación para nutrir al cuerpo, ya que todo lo que llegue al estómago del piloto irá directamente al músculo.
“Escuchar” al cuerpo
De la mano del epígrafe “escuchar al cuerpo” viene un concepto básico, el trabajo multidisciplinar, o aprender a trabajar en equipo. El piloto, su situación, sus aptitudes, su calidad. Son el resultado de un trabajo coordinado entre muchas personas. Por lo que refiere a la preparación física se podría hablar de un médico, un preparador físico, un fisioterapeuta, y su persona de confianza, aquella que le asiste en los circuitos. El diálogo entre todos ellos es básico para que el piloto adquiera una condición física equilibrada, y pueda administrar adecuadamente sus fuerzas durante toda la temporada. La clave reside en la prevención, en anticiparse a las lesiones (obviamente a aquellas que procedan de una fatiga muscular, deshidratación, mala alimentación. Ya que anticiparse a una lesión por caída es imposible).
El piloto debe saber escuchar su cuerpo, y a la mínima molestia imponer la comunicación con su entorno para tomar medidas. El entrenamiento adecuado, la rutina fisioterápica, las pruebas de esfuerzo, las analíticas para prevenir estados carenciales, y el descanso, entre otros, harán la vida de un piloto mucho más cómoda. El fin último de todos estos cometidos es lograr que el piloto consiga entrenar y competir sin ningún tipo de molestia. A mayor supresión de molestias y factores externos, más sencillo le resultará mantener la concentración cuando suba a una moto, y por tanto mejor rendirá.
Molestias típicas
Las exigencias de pilotar una moto a más de 300 km/h con el cronómetro como espada de Damocles son tales que todos los pilotos se exponen a una serie de molestias comunes e inevitables. El buen uso de todo lo expuesto anteriormente hará de estas una mera anécdota o no. La charnela cérvico-dorsal (la unión entre las cervicales y las dorsales) es una zona de sobrecarga común a la mayoría de pilotos. La postura de hiperextensión del cuello para acoplarse en el carenado provoca la rigidez en esa zona, y puede desembocar en una cifosis patológica en edades tempranas si no se trata convenientemente. Hombros, antebrazos y bíceps también se sobrecargan casi por igual.
El temido síndrome compartimental es una lesión típica entre pilotos. Este cuadro se produce por el déficit de retorno de circulación de sangre en la musculatura del antebrazo. La falta de drenaje de esa zona a causa de la compresión de arterias y venas produce un agarrotamiento de la musculatura en el antebrazo, y la pérdida de fuerza tanto en el mismo, como en la mano. Y por último también se sobrecarga en exceso el tríceps sural (gemelos y sóleos) y los peroneos. Es el resultado de descolgarse mucho de la moto, o hacer especial fuerza con las piernas para los cambios de dirección.