Piper Moto J Series: un scooter, una moto y además, preciosa


La Yamaha T-MAX, BMW C, Aprilia SRV 850 u Honda Integra son algunas de las pocas excepciones que nos podemos encontrar en el ámbito de los scooter que incorporen tecnología aplicada desde las motocicletas. Es decir, que el motor no sea de tipo basculante sino que esté integrado en el chasis y que además tenga una parte de ciclo con llantas de 17 pulgadas y suspensiones más firmes. Sin embargo, el resto recurren a una tecnología más convencional que les hace ser buenas en entorno urbano pero no tanto en carretera.
Sin embargo Piper Moto ha desarrollado una motocicleta que, con el aspecto de un scooter (y además, un scooter retro) mantiene debajo una parte de ciclo envidiable así como un motor que puede hacer que se te den la vuelta los ojos en las cuencas a la que te descuides. La Piper Moto J Series es un soplo de aire fresco en cuanto al diseño de nuevas motos a pequeña escala.
Para empezar muy pocos os creeríais que allí debajo se encuentran multitud de piezas de una KTM 690 Duke. Sí, sí, esa moto extra-divertida que tienen los austriacos y que monta un monocilíndrico que parece salido de las mismas puertas del infierno.
Alrededor de este motor con 65 cv se ha realizado un nuevo chasis muy similar al original de la Duke ya que también es tubular y está construido en acero al cromo-molibdeno. Mantiene también las llantas, los frenos y la horquilla delantera. No así la suspensión trasera que es de tipo Push Rod (el CEO John Piper ha trabajado como ingeniero en la F1) con un basculante fabricado también por ellos.
Y como buen scooter que es, el Piper Moto J Series no puede recurrir a un cambio normal con el pie. Es por ello que la transmisión sigue siendo de 6 velocidades pero comandada electrónicamente por una GCU con posibilidad de cambiar manualmente desde el manillar.
La carrocería es su parte más llamativa por sus formas. No sé si esa fue la intención de Piper Moto pero recuerda enormemente a la Velocette Vogue, una moto de la que apenas se fabricaron poco más de 300 unidades y que tenía una apariencia muy similar.
Pero lo más sorprendente es que, a pesar de su aspecto clásico, no ha perdido ni un ápice de su mala leche austriaca. Prueba de ello es una aceleración de 0 a 100 en 4 segundos y una velocidad punta de casi 200 km/h… ojito con ella. Ahh, y un peso de sólo 160 kilos… los otros scooter-moto necesitan hacer una operación bikini de las de verdad.