Por carreteras de costa: de Águilas a Cabo de Gata

En la ruta de hoy os llevaremos pegados al mar Mediterráneo, saboreando tierras que parecen vivir en un verano eterno. Desde Águilas hasta el Cabo de Gata disfrutaremos de un recorrido único donde los puertos, las calas y las playas son nuestros destinos. Y es que poder rodar con la visera levantada mientras sientes la brisa del mar en tu rostro es algo que todo motero debe hacer al menos una vez en la vida.
Pese a residir en una península, no resulta sencillo encontrar carreteras de costa que nos permitan disfrutar del mar y curvas en zonas libres de tráfico. Desgraciadamente, la explotación inmobiliaria en las zonas de playa nos ha privado de esto en la mayor parte del litoral Mediterráneo. No obstante, quedan lugares donde refugiarnos de todo este ladrillo, desde Águilas hasta Cabo de Gata podremos rodar libremente sin despegarnos del mar. El refugio que nos proporciona el Parque Natural de Cabo de Gata – Níjar es un oasis que hace de esta ruta una delicia para disfrutar de ella con calma y sin ningún estrés – pero, incluso antes de cruzar los límites del parque, los puertos y las playas del sur de Murcia y del Norte de Almería nos muestran lo que será el escenario principal de la ruta a lo largo de 160 km.
Arrancamos la Bonneville T-100 en Águilas, provincia de Murcia. Situada en el Golfo de Mazarrón tiene unas temperaturas medias más agradables de la península; Con la excepción de unos pocos meses al año, se vive en un verano eterno. Destino predilecto de muchos veraneantes en épocas estivales, es recomendable disfrutar de su paseo marítimo y su puerto. Nosotros no dejamos pasar la oportunidad de desayunar, como bien hacen los lugareños, la clásica barra de pan tostado con tomate y aceite, perfecta para hacer acopio de energía antes de comenzar la ruta, mientras contemplas el Castillo de San Juan de las Águilas, imponente torre de defensa que domina todo el pueblo desde lo alto de la colina.
Salimos de Águilas rumbo Sur y siempre con el mar a la vista por la N-332, para poco después cambiar Murcia por Almería. Pese a cambiar de provincia y también hacerlo en numerosas ocasiones de carretera, a lo largo de toda la ruta siempre se sigue la premisa de ir junto al mar. San Juan de los Terreros nos da la bienvenida a Andalucía con sus magníficas playas, que han hecho que esta pequeña pedanía de tradición marinera un centro de turismo internacional en los últimos años. También destacan las islas de los Terreros y Negra junto con el castillo de San Juan de los Terreros construido en su promontorio principal.
Continuamos nuestro camino por la AL-7107, sin resistirnos a realizar una pequeña parada en la Cala Panizo, un bonito balcón al Mediterráneo donde la clásica tierra de color negro almeriense y sus casas encaladas predominan en el paisaje de la zona. Es un tramo bastante largo sin pueblos hasta Villaricos donde disfrutar de las curvas que nos deja a su paso las entradas del mar y de playas de imponente aspecto que hacen comprender el reclamo turístico surgido en esta zona de Almería.
Cruzamos Villaricos, pedanía del municipio de Cuevas de Almanzora, rumbo a Garrucha – apodada La pequeña San Sebastián -. Garrucha vivió una época de gran animación económica y social a principios del siglo XX, muy distinta de las otras poblaciones eminentemente pesqueras de la zona. Este esplendor fue debido a su riqueza minera y la elección de su costa como residencia de las familias que se enriquecían con el comercio. Disfrutar de su paseo marítimo a lo largo del malecón y tomar un refrigerio en alguna las terrazas de su puerto antes de proseguir camino es de lo más recomendable.
Y finalizamos el periplo más urbano de la ruta en Mojácar, justo antes de iniciar camino en el Parque Natural de Cabo de Gata. Mojácar está construido entre el mar y las faldas del monte, sus blancas edificaciones y sus calles en cuesta son elementos característicos. Poblada desde la Edad de Bronce, fue puerto codiciado por cada uno de los pueblos que dominaron el Mediterráneo. Una de sus particulares características es la presencia del Indalo, figura típica de Almería, que presiden las fachadas de sus casas para evitar el mal de ojo.
El núcleo urbano de Mojácar llega prácticamente hasta el mar, por ello es recomendable aparcar la moto y disfrutar de la buena mesa en alguno de sus restaurantes a pie de playa donde las opciones y variedades gastronómicas se multiplican.
A partir de este punto la ruta entra en el Parque Natural de Cabo de Gata y la presencia de poblaciones eminentemente turísticas se sustituye por espacios protegidos y pequeños pueblos que siguen conservando el aire de antaño de manera única. El tramo que une Mojácar con Carboneras hace las delicias del motero más exigente, un tramo plagado de curvas en una constante ascensión que culmina con un vertiginoso descenso hasta llegar al pueblo. Como siempre que atravesamos un tramo tan revirado como este, soñamos con que tuviera unos cuantos kilómetros más, pero el paisaje y la calidad tanto del trazado como de las curvas hará que lo recordéis durante mucho tiempo.
Carboneras, de famosa tradición pesquera, es la puerta al Parque Natural. Su orografía volcánica característica de la zona se refleja en las grandes formaciones rocosas de color negro. Con más de 14 kilómetros de playas, las de Los Muertos y del Corral son famosas por ser destino de naturistas. Mientras que las de El Ancón, Los Barricos y Los Cocones son urbanas, su amplitud y estado de conservación son dignas de mención. Desde todas ellas podréis divisar la Isla de San Andrés, declarada Monumento Natural.
Nuestro próximo destino dentro del parque es Agua Amarga, pero antes de llegar nos permitimos una visita a las calas de Castillo y Sorbas donde es recomendable detenerse para observar como el viento y el mar las han dado forma a lo largo del tiempo. La tranquilidad y belleza de estas tierras, fuera de las épocas más estivales, las convierte en un lugar perfecto para olvidar el estrés y las preocupaciones cotidianas de nuestro día a día. Saliendo de Agua Amarga ponemos rumbo hacia Fernán Pérez lo que nos permite nuevamente disfrutar de un tramo de curvas en la formación montañosa que separa la autopista A-7 de las playas. Vimos varios carteles a nuestro paso que lo denominaban La Serranilla y nos dejan, para mayor disfrute del motero, divertidas curvas enlazas y cambios de nivel en este único tramo a lo largo de toda la ruta que nos aleja mínimamente del mar.
De todo este abanico de playas y calas sin duda todas ellas dignas de admiración, especialmente si eres un motero de interior como yo, nos acercamos a mis favoritas de todo el recorrido. Tanto Las Negras como la Isleta del Moro son lugares donde la calma y relax llegan a otro nivel. Detenerse en el camino para tomar algo y reponer fuerzas mientras contemplas la puesta de Sol es un acto obligado en esta ruta. Ambas conservan el aire de pueblecito de pescadores de manera intemporal, la carretera entre los dos pueblos te permiten ver multitud de acantilados y poder disfrutar de la claridad de las aguas en este entorno y dependiendo del viento la bravura de ellas.
Hace ya muchos kilómetros que dejamos de ver grandes edificaciones para contemplar pequeñas casas mucho más clásicas tomando rumbo a otra pequeña joya llamada San José. Pese a que la actividad industrial de la zona es mínima, en San José todavía se pueden encontrar artesanos del esparto como nota que la diferencia del resto de los pueblos de la zona. Pero sin duda la característica principal es su cotizado camping en verano, donde es difícil obtener una de las plazas que te mantienen cerca de la Cala Higuera o la Playa de los Genoveses.
Y para culminar nuestro recorrido nos acercamos a San Miguel de Cabo de Gata situado a solo 7 kilómetros del Faro de Cabo de Gata, esos kilómetros se ven jalonados por su inmensa playa.
Sin duda la ruta de hoy está dedicada para fomentar nuestra propia calma y relax, sin prisa ni estrés que nos interrumpan y sí con todas las ganas de disfrutar del mar y de nuestra moto en carreteras de costas, pequeña joya de nuestras carreteras, que es mejor hacer fuera de la masificación de la época veraniega aprovechando el cálido clima que Almería nos otorga durante todo el año.
Más datos de la ruta
Pese a que la orografía de la zona nos trae un buen número de tramos de curvas, yo recomiendo realizarla de manera pausada y tranquila. Pararse más de la cuenta y disfrutar de calas, playas, chiringuitos y restaurantes puede resultar mejor que hacerlo con prisa por tomar curvas. En cualquier caso, son numerosas las deportivas que realizan el tramo entre Mojácar y Carbonera como ejemplo de ruta plural aunque con la montura que más nos cruzamos fueron las custom, reinas de la comarca.
Calificando la ruta
- Tramo 1: Águilas – Mojácar: Son numerosos los cambios de carretera en este tramo por lo que tendréis que estar atentos a los desvíos y las intersecciones en las entradas y salidas de los pueblos. Tanto la N-332, AL-7017 y la ALP-118 muestran características parecidas donde prevalece el buen asfalto con arcenes estrechos y numerosas salidas en la calzada para ir realizando paradas en el camino.
- Tramo 2: Mojácar – Carboneras: La AL- 5105 cuenta con un asfalto en muy buenas condiciones aunque no hay arcén y si quitamiedos. Aprovechar el mirador de lo alto del puerto antes de comenzar el descenso porque no contareis con otro lugar para detenerse hasta la llegada al pueblo.
- Tramo 3: Carboneras – Faro del Cabo de Gata: El contrario de lo que se pueda suponer, todo el recorrido dentro del Parque Natural del Cabo de Gata cuenta con un muy buen asfalto, arcén estrecho y no hay apenas guardarraíles. No hay indicaciones de carreteras comarcales dentro, así que tenéis que seguir las indicaciones para llegar a los pueblos y las playas.
El descanso del motero: donde dormir
Es uno de los puntos fuertes de la ruta siempre que no se realice en verano. La gran variedad de apartamentos y hoteles de toda la comarca estarán totalmente disponibles para vosotros evitando las masificaciones estivales. Puede ser recomendable alojarse en Murcia, la zona de Mazarrón, Cartagena o La Manga del Mar Menor están repletas de opciones disponibles y cuentan con una baja tasa de ocupación siempre que vayas en primavera o verano.