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¿Por qué los pilotos aceleran con la moto en contramanillar?

Fotos: motogp.com
Es una imagen bastante clásica del circuito de Assen, pero es chocante: las motos llegan a la recta de meta con la rueda delantera en el aire ¡girada al revés! tras pasar por la chicane. Te explicamos cómo es esto posible y por qué salen así los pilotos: se le llama “contramanillar”.

Esta imagen se repite en algunos circuitos, pero el de Assen (Holanda) es un clásico: las motos salen de la chicane final y entran en la recta de meta con la rueda delantera ligeramente levantada y, oh sorpresa, girada al lado contrario al que va el asfalto. Que la rueda esté levantada todos sabemos a qué responde: cuando una moto acelera fuerte tiende a llevarse el peso hacia atrás y si ya las Moto3 con sus motores de 250 se levantan, los más de 200 CV de potencia de las MotoGP, incluso con la electrónica que los controla, se pasan bastantes decenas de metros con la rueda delantera en el aire.

¿Y por qué la llevan girada hacia el lado equivocado? Muy sencillo: porque es la única forma de dirigir la moto, aprovechando el efecto giroscópico de la rueda delantera girando. Es la técnica del contramanillar, aunque éste es un contramanillar algo diferente al que solemos hacer (de forma consciente o inconsciente) en cualquier moto por la calle.

Realmente, podríamos distinguir tres tipos de ‘contramanillar’: el primero y más sencillo de entender es el mismo que se aplica en cuatro ruedas, y que si alguna vez has pisado un karting conoces de sobra. Se aplica cuando hay sobreviraje, es decir cuando el tren trasero (en nuestro caso la rueda trasera) intenta adelantarnos. Si no hacemos nada, sobre cuatro ruedas esa actitud terminará provocando un trompo. Sobre dos ruedas también, aunque si no eres un gran equilibrista además será una caída.

Marc Márquez haciendo Dirt Track

Puede ocurrir en aceleración sobre firme resbaladizo, pero también en frenada si bloqueamos la rueda trasera. De hecho, en moto ése es el contramanillar más fácil de hacer: pisas el freno trasero con fuerza (sin ABS…) y descubrirás que controlas la rueda trasera, bloqueada y queriendo adelantarte, a base de manillar, girándolo hacia el lado al que va la reuda trasera (al contnrario de cómo querría girar, vaya). En las carreras de supermotard, dirt track o incluso motocross es algo que puedes ver hacer a los pilotos con frecuencia, tanto en aceleración como en frenada.

Contramanillar sobre dos ruedas

El contramanillar que evita que la rueda trasera nos adelante es fácil de entender, hasta intuitivo. Pero cuando vamos sobre dos ruedas tenemos otras dos formas de usar la rueda delantera para dirigirnos: el contramanillar de entrada de curva, y el de salida.

Cuando una moto va a muy baja velocidad, maniobrando al paso o lo que llamamos “en parado”, se dirige hacia donde apuntamos con el manillar. Es decir giramos el manillar a la derecha para ir hacia al derecha, y viceversa. Pero a partir de cierta velocidad (apenas superior al paso) la moto se comporta de otra forma: para girar tiene que inclinarse, es decir que para iniciar un giro, hay que inclinar la moto; si no se inclina, no gira.

Ahí es donde entra en acción el contramanillar de entrada en curva: para girar a la derecha empujamos el manillar derecho hacia adelante, es decir giramos (levemente) el manillar a la izquierda. Esto es algo que se hace en general de forma inconsciente, tanto que cuando se lo explicas a muchas personas por primera vez (quizás a ti que lo estás leyendo ahora mismo) “no se lo creen”. Pero basta subirles a la moto (o bici, porque el efecto es igual) y pedirles hacer un eslálom suave sólo empujando manillares (palmas de la mano en parte trasera del puño, sin “cogerlo”) para darse cuenta de que así es.

Este efecto tiene dos fases: la fuerza inicial de contramanillar genera, por el efecto giroscópico de la rueda delantera en movimiento, una fuerza que tiende a inclinar la moto. Enseguida, el perfil redondo del neumático cambia dónde se aplican las fuerzas: ya no pisa el asfalto en su parte central sino en un lateral, y la desviación genera un par de fuerzas sobre el manillar que tiende a hacerlo girar. La rueda delantera empieza a pisar la parte exterior de la trazada elegida, y la moto (inclinada) realiza el giro.

Márquez: manillar a la izquierda para inclinar hacia la derecha

Saliendo de la curva con la rueda girada al revés

¿Qué ocurre después de pasar por la curva? Pues que aceleramos, suavemente si vamos en carretera, y gas a fondo cuando eres un piloto de carreras rodeado de otros que intentan ganarte… como en Assen. En ese momento la moto está inclinada y buscas levantarla lo más rápido posible para poder dar más gas. Es obvio que con el neumático apoyado en un flanco no podremos acelerar tan fuerte: porque el agarre es peor (hay menos peso sobre la rueda trasera) y porque en las MotoGP la electrónica sabe que la moto está inclinada y controla la cantidad de potencia disponible.

Pero ya estamos acelerando, y la rueda delantera está en el aire… ¿Cómo puede una rueda delantera que no pisa el suelo ayudarnos a dirigir la moto? Pues claro que puede, de nuevo gracias al efecto giroscópico. Si eres un poco hábil, prueba a hacer un caballito en bici sin frenar la rueda delantera (que dé vueltas): descubrirás que, girando el manillar, puedes dirigir hacia dónde se inclina la bici levantada y, con ello, controlas hacia dónde va.

Es lo que hacen los pilotos como Marc Márquez en la primera foto: dirigir su moto hacia la recta de meta, con la rueda delantera levantada por la aceleración, a base de moverla al lado contrario al que salen inclinados. Lo que da lugar a imágenes llamativas, sin duda… pero ya sabemos el motivo.

Miller cambiando la moto de inclinación con cuerpo y manillar

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