El segmento de las motos de pequeña cilindrada está de moda. Suzuki ha seguido el paso de Hyosung, Daelim y KTM, mejorando el concepto y apostando por una naked cuyo diseño nada tiene que envidiar al de los modelos grandes. Un producto económico, fiable, sencillo y de bajo coste que hará las delicias de aquellos usuarios que no quieren un scooter para desplazarse entre el tráfico urbano y que no reúsan a algún que otro escarceo por su carretera de curvas favorita.
En China, la Inazuma se vende desde hace un año y, de hecho, es la moto de la policía; a Japón llegó hace 5 meses. La apuesta de la marca por este modelo es muy fuerte ya que significa su primer producto fabricado en el país asiático, siempre bajo los exigentes estándares de calidad de la marca de la “S”, claro.
Por dimensiones, diseño y buena presencia parece que estás ante una 500 y es que la lnazuma es el mejor ejemplo de que hace tiempo que las pequeñas cilindradas han dejado de ser sinónimo de “cutre”. Su doble silencioso, los intermitentes integrados o las líneas redondeadas del colín son algunos de sus argumentos. El asiento es bajo (a 78 cm del suelo), cómodo e ideal para llevar pasajero. Los semimanillares sobre la tija y las estriberas bajas harán que acomodarte sea una acción de lo más natural.
Doble modo
La mecánica de la Suzuki Inazuma (GSR250 en Japón) confía en una configuración bicilíndrica paralela de 250 cc refrigerada por agua, con inyección electrónica Mikuni, 24 CV a 8.500 rpm, 22 Nm de par a 6.500 rpm y eje de balance para reducir vibraciones. Que cueste 3.899 € no significa que esté reñida con la tecnología. Dispone de “gadgets” típicos Suzuki como la válvula ISC de control de ralentí (ayuda mucho a dulcificar la respuesta a la hora de bajar marchas) y sistema PAIR (reconduce el aire del exterior hacia las válvulas de escape para quemar más gases y contaminar menos).
Otro de sus puntos fuertes es la posibilidad de elegir entre modo de conducción ECO o NORMAL (seleccionables con los botones SEL y ADJ del tablero). Dependiendo de nuestras preferencias, puedes dejar que la Inazuma te “asesore” indicándote a qué revoluciones deberías cambiar, mediante el destello de un led blanco en la instrumentación. La personalidad de este “bi” está basada en su neutralidad y gran poder de recuperación. Está claro que el motor de carrera larga ha sido una buena elección para conseguir buenas dosis de par a bajo y medio régimen. Siempre responde en marchas largas, es suave, dulce y no hay baches. Tampoco te pide subirla más allá de las 9.000 rpm.
A tenor de lo visto y, realizando una conducción eficiente, sus 13.3 litros de depósito darían de sobra para cubrir una autonomía teórica de 350 km sin problemas.
Cerrando el círculo
La parte ciclo de la Suzuki Inazuma es más convencional, sirviéndose de un chasis simple cuna desdoblado de acero y suspensiones Kayaba a las que no debes exigir el trabajo de una moto sport. El único “pero” de la esta imponente naked es que al poco de cogerla y, a baja velocidad, el tren delantero se muestra algo torpe de reacciones, mermando algo la agilidad en los cambios de dirección rápidos. Quizá, el neumático delantero fabricado por la japonesa IRC con 80 mm de altura sea el causante de ello.
La frenada delantera recae en un único disco y pinza de doble pistón Nissin. Por otro lado, llama la atención la cuantiosa información reflejada en la instrumentación, mejor que la de algunas motos más caras, incluyendo marcha engranada, nivel de combustible o aviso de intervalos de mantenimiento.
Como es habitual en otros modelos de la gama, Suzuki te ofrece la posibilidad de “accesorizarla” con pantalla ahumada, baúl Givi de 26 l., caballete, protectores de motor, tapas cromadas, etc.
Valoración final
Lo mejor:
- Precio
- Motor
- Facilidad de conducción
Mejoraríamos:
- Neumático delantero
- Peso elevado (183 kg llena)
- Ausencia de ABS
