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Prueba Daelim S3 125 FI: moderno por fuera y por dentro

Fotos: Miguel Méndez / Medis Grupo
Dicen que a la tercera va la vencida y parece que en el caso de Daelim se cumple el dicho. Con el S3, la marca pasa de ofrecer megascooters no sólo de precio ajustado sino, además, con muy buenos acabados y prestaciones.

Daelim vuelve a la carga con un maxiscooter ideal para aquellos que buscan funcionalidad en sus desplazamientos diarios. Amplio espacio de carga, comodidad garantizada, fuerte carga tecnológica y un diseño de lo más sugerente unido a un precio ajustadísimo son las bazas con las que Daelim espera seducirnos con su nuevo S3 y a fe que lo coseguirá con no pocos usuarios.

Si a primera vista lo que más nos llama la atención es la estética de su frontal no debemos quedarnos solo ahí a la hora de juzgar este nuevo S3. Bajo su remozado aspecto, son muchas las diferencias de diseño que le separan de su hermano S2, desde la motorización hasta los pequeños detalles, todo ha sido revisado para ofrecer un producto realmente nuevo.

Nueva motorización derivada de la Roadwin

El motor del S3 hereda en gran medida – sobretodo en la parte alta – la mecánica del archiprobado motor de la Daelim Roadwin 125 FI, adaptado claro está al concepto de scooter, se ha corregido su árbol de levas para ofrecer una curva de potencia más plana que la del motor de la Roadwin, concebida en origen para un uso con cambio de marchas y no con variador como es el caso de los scooters. Un motor fiable y más que probado ( con 100.000 Kms y 1.200 horas de ensayo a sus espaldas) que unido a una refrigeración por agua, culata de doble árbol de levas y cuatro válvulas y una inyección electrónica fabricada por el mismo proveedor que abastece a Hyunday para sus coches, nos puede dar idea de la solvencia de promete pese a tratarse de un nuevo modelo.

Comodidad de mantenimiento

Un detalle de diseño que nos ha encantado es el fácil acceso a las “tripas” de este scooter. Al abrir el asiento, podemos retirar una tapa para llegar a los fusibles y batería y, cuando toca hacer un mantenimiento, basta con retirar el cajón de carga del asiento para dejar al descubierto el motor, por lo que no es preciso desmontar los laterales del scooter como en gran mayoría de modelos del mercado para poder hacer arreglos. Esto ayuadará a reducir los costes de mantenimiento por horas de mano de obra y a que las estancias de nuestro scooter en el taller sean más cortas, cosa muy de agradecer en un vehículo de probable uso diario.

Cargada hasta los topes

En el apartado de carga, la S3 se muestra difícil de batir. Además de ofrecer un generoso espacio de carga bajo el asiento (cabe un casco integral y otro jet) disponemos de tres guanteras tras el escudo (una de ellas con toma de mechero y la central con cerradura) y, si con eso no nos bastara, aun podemos emplear el gancho tras el escudo para sujetar bolsas que trasportemos a los pies sobre el suelo plano o instalar sobre éste una guantera que se vende como accesorio lo que, además, le dará un toque más deportivo a nuestra scooter. Si esto no fuera suficiente, Daelim ofrece también como accesorio un cofre de 37 litros firmado por Shad.

Comportamiento en marcha

En cuidad

La S3 se muestra dócil en ciudad, su motor es muy suave y los silent blocks que lo unen al chasis consiguen eliminar casi por completo las vibraciones de su monocilíndrico. El sonido de su doble silencioso en parado ofrece un sugerente petardeo sordo y en marcha consigue ser muy discreto. Pese a ser un scooter de suelo plano, la incorporación de un tercer tubo central añadido a la estructura básica de chasis de doble cuna compensa la elasticidad propia de estas soluciones dándole muy buen aplomo en los giros. Las suspensiones cumplen si bien la trasera en ciudad peca un poco de dureza – cosa que le agradeceremos en carretera -, la delantera se muestran suficientemente esponjosas para salvar resaltos y baches en la gran ciudad (su hábitat más probable). Los neumáticos tampoco nos parecieron de lo más apropiados para ciudad, pero quizá andaban algo escasos aun de kilómetros al tratarse de una unidad nueva como para mostrarnos con justicia todos sus encantos.

En carretera

Los 14 caballos de su monocilíndrico nos ofrecen una velocidad máxima en llano de de unos 113 Kilómetros por hora, así que con el S3 podemos plantearnos desplazamientos interurbanos con cierta solvencia, incluso con alguna incursión en autovía si nuestra ruta lo requiere. La pantalla de serie puede ser algo escasa para hacer carretera o en días de lluvia, aunque en general cumple y nos zafa del viento de pecho para abajo. Pensando en los “comodones” y ruteros, Daelim ofrece como accesorio una pantalla alta con la que ganaremos varios enteros en comodidad de marcha.

Daelim S3 125 FI - en carretera

La alegría de la parte alta de su motor se agradece al circuilar en carretera.

Frenada combinada

No podremos adquirir nuestro S3 con ABS, ya que éste no se ofrece ni de serie ni como opción, pero sí dispondremos de un sistema de frenada combinada que actúa sobre los discos de freno delantero y posterior al tiempo. Cuando accionamos la maneta izquierda, a la par que se pinza el disco trasero, se cierran también dos de los cuatro pistones de la pinza del freno delantero, si esto fuera poco, podemos actuar sobre la maneta derecha para que el disco delantero quede mordido por los cuatro pistones que lo gobiernan. Un sistema tan simple como eficaz, que ofrece una frenada consistente en el caso de la combinada y, si necesitáramos aun más, aun nos deja aplicar un plus al actuar totalmente sobre el freno delantero con la maneta derecha. Quizá algo falto de mordiente final para pilotos con experiencia, los novatos agradecerán que no llegue a clavar la rueda al primer apretón de maneta cuando nos llevamos algún susto durante la marcha.

Detalles de diseño

Además de presentarse con una llamativa óptica frontal y trasera donde los LEDs toman la iniciativa, al nuevo S3 está plagado de pequeños detalles para hacernos más placentera la experiencia a sus mandos.

En el apartado de materiales, destaca el acabado en imitación a aluminio de los plásticos centrales o la textura tipo carbono de los faldones laterales traseros. El asiento, uno de los más bajos del segmento (queda a 747 mm del suelo), está acabado en textura antideslizante y rematado con bordado en hilo de color, posee un respaldo para el piloto que puede ser ajustado en 4 posiciones para que encontremos la distancia justa según nuestra talla. Además, se ha incorporado un sistema hidráulico para que podamos mantener el asiento alzado al acceder a la carga y dispone de una luz de cortesía para poder ver su interior a falta de luz ambiente. Las estriberas del pasajero van recojidas y basta con pisar el botón que montan sobre su eje para que se desplieguen, evitando así el que tengamos que agacharnos para abrirlas.

Para más comodidad, Daelim ha incorporado una llave inteligente por mando a distancia, de modo que no es necesario sacarel mando de nuestro bolsillo para arrancar la moto. Como el asiento sólo se abre con el contacto puesto y éste puede no funcionar si nos quedamos sin batería, el S3 incorpora un tirador mecánico en la guantera con cerradura mecánica para poder abrir el asiento en caso de quedarnos sin batería.

El cuadro de instrumentos también destila detalles. Elegantemente retroilumando por una luz azulada, su legibilidad es impecable y su información abundante, revoluciones, velocidad, parciales, hora, temperatura del motor, inyección… más que completo.

En conclusión

Si estábamos buscamos un megascooter de 125 de precio ajustado, hasta ahora teníamos una clara opción en el Superdink, pero sólo hasta ahora. Con este S3 le ha salido un serio oponente a la superventas de Kymco. Sólo cuestiones muy concretas, según para qué queramos emplear nuestro nuevo scooter, podrán hacernos decantarnos objetivamente por un modelo u otro: El Superdink frena más, pero también pesa más por lo que corre menos, eso sí, ofrece algún litro más de espacio de carga bajo el asiento, aunque algo menos en guanteras y su llave de contacto es de mecánica convencional. Por contra el S3 nos ofrece suelo plano – seña de identidad en los modelos Daelim – lo que para muchos será determinante.

En resumen, la relación calidad precio parece más que superada, de modo que sólo tendremos que comparar si el S3 encaja mejor o peor con nuestros gustos particulares que las otras alternativas del mercado. Lo que parece claro es que con este nuevo modelo nos llevaremos un buen scooter por un precio más que razonable (y ahí el S3 se lleva la palma frente al Superdink, ya que cuesta casi 300 euros menos que el de Kymco incluido el seguro del primer año). Si el precio es realmente un problema, aun podemos bajar el listón más y mirar la Sym Joyride. Por el contrario, si vamos sobrados de presupuesto, el abanico de opciones se amplía enormemente, pero en la franja de los 2.500 – 3.000 euros, el S3 es desde ahora una de las mejores opciones que podemos encontrar en el mercado.

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