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Prueba dinámica de Vespa PX 150: Viaja en la máquina del tiempo

Fotos: Medis Grupo
Coincidiendo con el 65 aniversario de la fabricación de las primeras Vespa, el Grupo Piaggio ha lanzado la Vespa PX 150 2011 que mantiene su esencia original. Un modelo caracterizado por su estilo vintage, con todo lo necesario para que sientas el encanto de un modelo mítico que ha dejado huella.

Probablemente algunos podrían pensar en la Vespa PX 150 como un modelo actual de scooter, igual a otros modelos de Vespa que existen hoy en día. Sin embargo hay que remontarse unos cuantos años atrás para conocer el origen de este mítico modelo de la marca italiana. Un tiempo después de la fabricación de su primera Vespa, en 1946, el Grupo Piaggio lanzó al mercado la primera con esta carrocería PX. Corría el año 1977 y el modelo nacido entonces, con una estética moderna, ha sido el que la fábrica transalpina ha querido rescatar.

Tras su desaparición en el año 2007, debido al incumplimiento de la norma anticontaminación Euro III, la Vespa PX reapareció como primicia en el Salón de Milán 2010. Unos pequeños cambios mecánicos para adaptarse a la norma han sido suficientes para volver a ver con vida un modelo que nos hace viajar a los años 70.

La Vespa PX 150 2011 es una réplica de su modelo de los años 70

La esencia de la “avispa italiana” ha vuelto para aguijonear a los enamorados de la marca, a los que les gusta conducir con ese traqueteo característico, pero sin las bondades de los scooter actuales. Ha infectado con su veneno a aquellos que buscan un vehículo para el día a día en la ciudad con ese toque distintivo que siempre aporta una Vespa. A Soymotero.net nos picó la curiosidad de montar en esta máquina del tiempo de dos ruedas y quisimos comprobar el funcionamiento de este clásico en una ciudad actual.

Vespa pa pa pa pa

Tras echar un vistazo y descubrir que prácticamente nada ha cambiado en este modelo de hace más de 30 años, metemos la llave en el contacto, tiramos del starter y arrancamos con el encendido electrónico, que ya incluía en su versión de 2007. Aunque si queremos podemos hacerlo con la palanca de arranque mecánico y vivir la experiencia completa. El sonido de su motor de carburación 2T nos invade, es inconfundible. A pesar de llevar un escape catalizado podemos escuchar su característico “pa pa pa pa pa” que ha dejado huella a lo largo de los años. Tanto es así que incluso se hizo un anuncio en los años 60 en Italia que toma el sonido de Vespa para promocionar la marca.

Después de deleitar nuestros oídos nos ponemos en marcha y de lo primero que somos conscientes, a la vez que sentimos el tembleque de su motor bajo nuestro trasero, es de que tenemos que cambiar el chip. Ahora engranaremos las marchas desde el puño izquierdo y podremos llegar a meter cuarta, eso si teniendo mucho tino para cambiar porque a veces se queda en punto muerto. Para los que están acostumbrados a un scooter de hoy en día se les hará un poco raro e incomodo pero es sin duda una de las características distintivas que hacen tan especial a la Vespa.

Detalle del cuadro de mandos de la Vespa PX 150 con el cambio manual en el puño izquierdo.

Cuando ponemos la última marcha, bastante apurados, podemos llegar a los 100 km/h. Pero ¿quién quiere una Vespa para correr? Una Vespa es para ir como mucho a 80 km/h, tranquilo, disfrutando y vacilando de máquina. Por eso no tiene sentido ir por la M-40. La gente aquí no se fija y con nuestra velocidad sería incluso peligroso.

De lo que si puede estar orgulloso el Grupo Piaggio es del empuje que sigue manteniendo la PX cuando cambias a segunda, igual o superior al de la mayoría de 125cc actuales. Pero te aconsejamos que si adquieres esta máquina del tiempo no aprietes demasiado, o de lo contrario estarás parando en la gasolinera cada dos por tres. Su depósito de 8 litros te permite recorrer una media de 120 km.

La Vespa PX 150 en un semáforo en medio del tráfico de una gran ciudad como Madrid

La avispa maniobra velozmente

Cuando uno está acostumbrado a motos o scooters con rueda grande lo que notará es la sensación de inestabilidad que ofrece la Vespa. Sus ruedas de 10” sobre unos Michelin que aguantan kilómetros y kilómetros, no le otorgan mucha confianza al principio, sin embargo esta característica será, junto con su reducido tamaño y peso ( solo 98kg.), la que nos permita movernos agilmente por ciudad, esquivando cualquier obstáculo. Además, una vez estás hecho a su estilo de conducción puedes hacer cosas que no imaginarias la primera vez que montas.

La

Como siempre, la posición de conducción para una persona es bastante cómoda y hace que encorves un poco la espalda hacia delante. Si llevas otra persona contigo para enseñarle las maravillas de montar en este clásico te aconsejamos que vayas con cuidado. Aunque cuente con el fuerte chasis de acero que seguro resiste el peso, la conducción se hace más dificultosa.

La PX 150 mantiene una suspensión delantera monobrazo y el pedal de freno trasero sobre la plataforma. Aunque los frenos se han mejorado respecto a los originales, delantero con freno de disco de 200 mm y posterior con freno tambor 150 mm de diámetro, tengamos siempre en mente que una Vespa está hecha para lo que está hecha. No podremos hacer un invertido.

Todos los detalles de una pieza de museo

Como el guiri que visita un museo en España por primera vez empezamos a observar con la boca abierta todos los detalles de la Vespa PX 150 que hacen de ella una auténtica réplica de la original de finales de los años 70.

El motor y la pata de arranque de la Vespa PX 150, que siguen manteniendo su encanto original

El caballete, el pedal de freno, la guantera, el asiento, los retrovisores, la palanca de arranque, etc. Todo absolutamente parece igual. Una serie de detalles “vintage” que, si bien no la hacen nada funcional, permiten que nada más verla destile historia. Los logotipos de Vespa marcados tanto en el frontal, como en los puños y en la plataforma ayudan un poco más a darle ese aire inconfundible.

Detalle del puño derecho de la Vespa PX 150 con el logotipo de Vespa

Su cuadro de instrumentos se sigue manteniendo simple, al igual que los botones para poner las luces y los intermitentes. En este último caso habrá que estar pendiente de no dejarlo puesto ya que el botón no vuelve a su posición original. La PX 2011 sigue contando con la rueda de repuesto colocada en su parte trasera izquierda y con el portabultos por si quieres dejar el casco en algún sitio que no sea tu mano, ya que no tendrás espacio debajo del asiento.

La trasera de la nueva Vespa PX 150 sigue manteniendo su rueda de repuesto y estética singular.

Realmente lo único que podemos encontrar diferente es su luz frontal que se ha mejorado con luz halógena, los intermitentes con plásticos transparentes para mejor visibilidad y un nuevo tapizado del asiento.

Conclusión

Una Vespa es una Vespa, y esta PX 150 mantiene todo lo que la marca italiana ha supuesto a lo largo del tiempo. Habrá algunos que disfruten con la esencia de la Vespa original, con su sonido y el placer de conducirlas y sentirse como parte de la marca. Sin embargo otros echaran en falta que a este modelo no se le hayan incluido mejoras propias de un scooter de hoy en día.

Vespa PX 150 a pleno rendimiento en una calle madrileña

Si adquieres una en cualquiera de su amplia gama de colores por un precio de 3.199 euros no pretendas encontrar las bondades de un scooter actual. Pero estamos seguros de varias cosas: su fiabilidad y su encanto.

Tendrás una moto para casi toda la vida con un mantenimiento muy bajo, a cambio tendrás que prescindir de otras comodidades. Aun hoy seguimos viendo Vespa PX 150 y 200 de los años 70 circulando por nuestras calles. Encontraras un elemento de museo que sigue funcionando, con su singularidad y su gracia.

Vespa PX 150 tomando una curva

Nosotros hemos vuelto a otra época gracias a ella. Pasear, y a veces no ir tan despacio, y disfrutar de su sonido es tal experiencia que ahora no queremos abandonar la época de los guateques. Somos unos románticos.

Lo mejor

  • Su estilo vintage te lleva a los años 70.
  • Sonido característico.
  • Bajo mantenimiento.

Lo peor

  • Le falta equipamiento acorde a los scooter de hoy en día.

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