El fenómeno Ducati Scrambler ha sido todo un éxito desde su llegada a los concesionarios en 2015. Del mítico modelo nacido en 1962 sólo queda el espíritu rebelde, inconformista y divertido. Aquella monocilíndrica de aire comenzó cubicando 250 cc y fue vendida casi exclusivamente en América, con una estética dirt-track, y construida por petición de la empresa Berliner Motor Company importador de Ducati en EE.UU por aquella época. Seis años después llegó la segunda generación a Europa, la más conocida por los aficionados, que se mantuvo en producción hasta 1976, con cilindradas de 50, 100, 125, 250, 350 y 450 cc. Durante dos años hubo incluso una versión enduro denominada R/T. En España se fabricó la 250 y la 350 bajo licencia italiana entre 1972 y 1976: la Road.
Cuatro años después, tras ampliar el catálogo de modelos hasta la docena de versiones (Hashtag, Sixty2, Icon, Street Classic, Classic, Full Throttle, Mach 2.0, Café Racer, Desert Sled y SCR 1100 estándar, Special y Sport), ha llegado una segunda generación Icon, el modelo base del que parten todas las demás Scrambler, con muchos pequeños cambios que la convierten en un modelo más fácil, seguro, cómodo y práctico de conducir.
A nivel estético, las principales aportaciones de la Ducati Scrambler Icon 2019 respecto a su predecesora pasan por la adopción de paneles laterales más robustos, motor pintado en negro, aletas pulidas en las culatas, llantas mecanizadas (18” delante y 17” detrás), faro delantero con una cruz interior en “X” (un guiño a la cinta aislante para proteger el cristal en las motos de los ’70) y protectores de escape con nuevas ranuras de ventilación. A nivel práctico se adopta un manillar más ancho y alto, piñas con botonaje más ergonómico, un asiento más plano y cómodo, manetas regulables e instrumentación LCD con nivel de combustible y marcha engranada. A nivel técnico destaca el nuevo faro con luz DRL, intermitentes LED, embrague hidráulico, ABS en curva Bosch 9.1 MP, módulo inercial IMU, suspensiones revisadas y sistema Multimedia opcional para conectar tu smartphone con la moto. Otro pequeño detalle es que el cable de acelerador ya no va por encima, sino por debajo del puño.
Por lo demás, esta Scrambler sigue fiel a su motor bicilíndrico de aire y 2 válvulas de 803 cc, 73 CV (desde su conversión a Euro 4) y embrague anti-rebote (el mismo de la Ducati Monster 797), abrazado por un chasis multitubular de acero, basculante de aluminio fundido, suspensiones Kayaba, neumáticos mixtos Pirelli MT60 RS y toma de corriente USB bajo el asiento.
“Joyvolution”
Reencontrarte con la Ducati Scrambler Icon siempre es agradable, tras una “agitada” e inolvidable presentación internacional en diciembre de 2014 con motivo de su lanzamiento internacional. Cuatro años después parece que nada ha cambiado en ella pero, si te fijas bien, ves que el paso del tiempo le ha sentado muy bien y se encuentra más jovial que nunca. Independientemente de mejorar su presencia con nuevos acabados y retoques en color negro, lo mejor sucede cuando ruedas con ella.
La Icon es muy accesible, llegas bien con los dos pies al suelo, es cómoda y se muestra muy natural desde el principio. El manillar otorga una confianza completa sobre el tren delantero y la estrechez del conjunto te invita a “jugar” con ella desde la primera curva. El accionamiento de la maneta de embrague es una delicia gracias al nuevo sistema hidráulico, igual que la navegación por el menú a través de los nuevos botones.
El bastidor es perfecto para este tipo de moto “fun”, si bien se agradecería una horquilla regulable y un amortiguador trasero con reacciones menos secas cuando le pones en aprietos. El nuevo tarado busca mayor confort de marcha, huyendo del “radicalismo” de otros modelos. Los cambios de dirección son rápidos y con esta moto todo fluye, facilitando cualquier acción que en otra moto requeriría más concentración. Con un peso de 189 kg (declarado lleno) y un centro de gravedad bajo las transiciones son rápidas y las exigencias mínimas.
La polivalencia de la Icon se hace muy tangible al rodar sobre pista de tierra, aprovechando sus neumáticos de tacos de serie, pudiendo ponerte de pie “a lo enduro” en algunas zonas, si bien debes tener cuidado con no rozar mucho tu ingle izquierda con el tornillo de sujeción superior del amortiguador, que molesta un poco.
El ABS en curva es el plato fuerte de la Icon 2019, una tecnología propia de sus hermanas mayores y que llega para actuar como nuestro nuevo “ángel de la guarda”. Ahora ya es posible frenar en plena inclinación hasta bien entrado en la curva sin miedo a perder la rueda delantera por exceso de “fogosidad”: ¡Así da gusto!
El motor cumple sin problemas en cualquier situación, es suave, tiene carácter y nunca te pone en un compromiso. Además, con la llegada de la Euro 4, toda la familia Scrambler modificó la respuesta del acelerador en el primer tercio del recorrido para conseguir una entrega de potencia más neutra y progresiva al abrir de golpe el gas que en los modelos de los dos primeros años.
