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Prueba Gas Gas EC 300 Racing 2018: Orgullo patrio

Fotos: Gas Gas
En un país en el que se persigue a quienes disfrutan del off road y se ha dejado morir la industria motociclista, hay que ser muy valiente para hacer una apuesta por producir una moto de enduro y, además, dos tiempos. La gente de Gas Gas lo ha hecho y la verdad es que han conseguido un producto del que pueden sentirse orgullosos.

Después del torbellino de emociones que supuso el que la fábrica de Salt y sus empleados fueran arrasados literalmente por la crisis económica que aún hoy sigue haciendo daño en miles de hogares españoles, la realidad es que asistir al lanzamiento de una nueva Gas Gas EC 300, que ha sido renovada y mejorada hasta alcanzar cotas insospechadas es toda una declaración de intenciones de lo que busca la marca catalana y los inversores que han creído en ella y en su “hermana verde” Torrot.

Antes de subirnos a las motos, ya llegará ese momento, tuvimos la oportunidad de ver cómo se iban fabricando las nuevas EC 300 y, dicho sea de paso, toda la fábrica en la que cobran vida puesto a puesto gracias a los operarios y a la tecnología que las rodea. Es curioso y a la vez te genera tranquilidad ver cómo fabrican motos como las que tú vas a probar en cuestión de minutos con el máximo cuidado y con mimo. Además, vimos en directo como abandonaba la cadena de montaje la primera de las motos que se ha producido en serie, ya que las que pudimos probar eran modelos pre-serie idénticos pero ensamblados de una manera diferente.

Después de la visita y de un trayecto de autobús desde Salt hasta las instalaciones de Miki Arpa, pudimos dejar de admirar en estático la nueva EC 300 para poder conocer sus virtudes y sus capacidades de primera mano.

Lo primero que salta a la vista y no hace falta subirse en ella es su línea, repasada hasta la extenuación, plagada de detalles como el asiento con anti-deslizante, caja del filtro lateral de acceso rápido, suspensiones Kayaba, llantas Excel, discos de freno NG, escape FMF, bomba de embrague Magura, sistema de freno a cargo de Nissin y un montón de componentes de primera calidad que hacen visible el trabajo que se ha llevado a cabo en una moto que comparte ADN con su antecesora y poco más.

Cuando te subes a la moto, al menos en mi caso, lo que percibí no fue una sensación de subirse a una moto diferente si no a una moto que ya conocía. De hecho es poco habitual sentirte cómodo a la primera en una moto que no es la tuya y, sin embargo, desde el principio es algo que sucede con la EC 300. Sólo unos pequeños ajustes a la posición de las manetas y el pedal del freno y parecía que llevase toda la vida subido a la moto.

Todos estos cambios de los que hemos hablado antes se resumen en tres grandes apartados, menos peso, más potencia y más maniobrabilidad. Pero, claro eso viene dado por el gran trabajo de ingeniería que trae detrás y que los técnicos de Gas Gas se encargaron de hacernos saber antes de poder rodar y comprobar que lo dicho se traduce en hechos.

9% más ligera

Es un modelo muy manejable

El peso se ha reducido una barbaridad gracias a los esfuerzos realizados y a la optimización en muchos de sus componentes. Ahora pesa en seco 105 kg, un peso adecuado que no se siente excesivo en ningún momento. De hecho, gracias a la parte ciclo y un chasis de espina central un 20%, la moto es fácil de manejar y de cambiar de dirección a la vez que se mantiene estable. Sin duda en eso ayuda el sistema de suspensión y la horquilla delantera de Kayaba de aire y aceite.

Pero sigamos con el plan de adelgazamiento, porque esa cura ha llegado también ha llegado al subchasis, un 15% más ligero que en su predecesora. El nivel de detalle en busca de mayor ligereza también ayuda un basculante más ligero y llega hasta el sistema eléctrico, ya que se ha optado por una batería de litio que no solamente tiene mejores características técnicas que una convencional de ácido sino que también es bastante más ligera.

Más potencia y más lineal

La renovación también ha llegado a uno de los apartados más importantes para muchos usuarios, el motor. El cilindro está totalmente rediseñado, como también lo están el cigüeñal y la culata. Esto, junto a una línea de escape de FMF desarrollada expresamente para Gas Gas que montaba el modelo que probamos, termina de dotarle de un carácter arrebatador. Fácil de llevar si quieres ir tranquilo, pues tiene par y completamente salvaje cuando te decides a abrir gas como si no hubiera mañana. Cuando entra en el rango óptimo de revoluciones, no olvidemos que es un motor de 2 tiempos, te da la sensación de que la moto corre y ¡vaya si lo hace! Con ese motor y seis marchas se puede ir muy, muy rápido. Por cierto, el motor cobra vida bien a patada o bien con el motor de arranque.

Según los técnicos de Gas Gas y aunque no tenemos la cifra oficial de potencia declarada, se ha ganado en torno a un 20% respecto a su antecesora, por lo que nos movemos en un rango de entre 50-55 caballos que cuando descargan toda su ira son tan divertidos como temibles.

Eso sí, hay que reconocer que con tanta potencia si no andas muy fino es fácil que tengas en tu puño más de la que quieras y la moto te pueda sacar de la trayectoria si no vas 100% concentrado, pero eso es algo que te va a pasar con cualquier moto que tenga una potencia similar, más aún si es explosiva.

Su motor de 2T cumple lo que promete...

Nos quedó probar sus virtudes en trialeras, pero podemos asegurar que en la especial que había preparada la moto se portaba de maravilla. Cuando hagamos una prueba a fondo os podremos decir qué tal supera los obstáculos, aunque la sensación en el tramo de bosque fue bastante positiva.

Líneas más agresivas

La Gas Gas EC 300 no sólo se ha renovado por dentro, también lo ha hecho por fuera. Muestra de ello es que la línea ha sido completamente renovada y ahora tiene un carácter más agresivo aún.

Como en todo el conjunto, se ha prestado atención a todos los detalles y eso incluye también las ópticas, especialmente la trasera con tecnología LED, o el botón de paro siguiendo las pautas marcadas por la Euro4. Su sillín de alta adherencia, además de ser muy útil en marcha, también le da un toque de diseño. Precisamente este acabado es uno de los puntos fuertes de la moto, aunque es tan efectivo que si no está mojado o manchado de barro habrá que levantar bien el culo para poder moverse encima de la moto.

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