En unas semanas sabremos si el lanzamiento de la nueva KX250F 2017 viene avalada por los títulos del AMA Supercross en la categoría pequeña. Justin Hill ya tiene el suyo en la Costa Oeste y Joey Savatgy puede rematar la faena con el del Este. Por si fuera poco, la firma verde también puede hacer historia al llevarse el “hat-trick” con el título de Eli Tomac. Llevarse el número uno es la mejor de las campañas de marketing que puede soñar un fabricante y Kawasaki lo está dando todo esta temporada para dar por buena la evolución de su nueva moto. Cierto es que en el Mundial de Motocross no están tan finos y no están brillando como en años anteriores.
Con estos precedentes, Kawasaki ha puesto en el mercado una moto con cierta dosis de novedad en su aspecto exterior, pero con infinidad de cambios de esos que no se ven, tanto en motor, chasis o suspensiones. Comenzando por este último apartado, la KX250F monta la segunda generación de la horquila Showa SFF de 48 mm de función independiente, con el sistema hidráulico en la barra izquierda y el muelle en la derecha. Detrás, el monoamortiguador con sistema Uni-Track cuenta con doble ajuste en compresión para baja y alta velocidad, se han revisado las válvulas internas y el muelle es más corto y más fino.
Para todas las tallas
La ergonomía es uno de los puntos fuertes de la KX-F, por varias razones. La primera porque ahora es más estrecha y más baja de la parte delantera del asiento, lo que es una buena noticia para los que no podemos presumir de mucha altura. La parte superior del depósito es 20 mm más baja, lo que ha permitido diseñar un asiento más plano con el es más fácil llegar con los dos pies al suelo. El chasis es más estrecho y los radiadores van inclinados 10º hacia delante por su parte exterior, con lo que también se ha reducido la anchura en la parte de los aletines. En total son 20 mm los que se han recortado en esta zona.
La segunda razón de su conseguida posición de pilotaje se atribuye a la regulación tanto del manillar como de las estriberas. El manillar se puede mover en cuatro posiciones: partiendo de la standard, se puede colocar 10 mm hacia detrás y 15-25 mm hacia delante. En el caso de las estriberas, se pueden colocar 5 mm más debajo de la configuración de serie, con lo que cualquier talla de piloto puede encontrar el punto adecuado a su estilo.
Operación bikini
En un año, la KX250F ha perdido 1,5 kilos, lo que en una dieta “humana” no es mucho, pero que en una máquina de carreras representa una cifra considerable. Parte ciclo y motor han contribuido casi por partes iguales a este adelgazamiento y las piezas que más ha aportado han sido la suspensión trasera con 285 gramos y el filtro de aire con 250 gramos. Completamos la lista con el cigüeñal (180 g.), transmisión (100 g.), corona trasera (50 g.), chasis (90 g.), basculante (190 g.), anclaje de las bieletas (50 g.), pinza de freno delantero (50 g.), carrocería (170 g.) y neumático trasero Dunlop (100 g.).
El peso total en orden de marcha es de 104,5 kilos, lo que le sitúa en la parte media de la competencia. El depósito de gasolina, a pesar de ser más bajo como hemos comentado antes, ha aumentado de capacidad, de los 6,1 litros de la versión 2016 a 6,4 litros para esta temporada.
SFF-2 revisada