A diferencia de otras pruebas que hemos hecho, la prueba de la Malaguti XSM125 es diferente y es que hemos podido probarla para los tres escenarios dispares a los que puede encontrase una moto de supermotard matriculada. Tuvimos oportunidad de probarla en carretera, además de montaña, y un tiempo después hemos podido probarla en circuito y también en un tramo de off road. De esta manera hemos podido sacar unas conclusiones claras en todos los aspectos para afirmar que se trata de una moto 100% supermotard con lo que eso supone (diversión).
La primera toma de contacto con la Malaguti XSM125 la tuvimos en Austria, en la propia casa de KSR Group, la empresa propietaria de la mítica firma italiana. En las carreteras cercanas a Krems an der Donau ya pudimos contastar varias de sus características principales. La primera de ella es que, como es habitual en una moto de supermotard para calle, es relativamente alta. Así que el asiento lo encontramos también algo alto lo que implica que los más bajitos tendrán que buscarse las mañas especialmente a la hora de arrancar y parar. También es cierto que el ser alta nos da la segunda de sus características importantes y es que se mueve con facilidad y nos permite girar con mucha confianza. Este primer acercamiento también fue más que suficiente para entender que el cambio de marchas era de una suavidad y eficiencia tremenda y que el motor, que se queda al límite de lo legal de potencia (14,75 cv) para A1-B, funciona correctamente. En la ficha técnica consta una velocidad máxima de 106 km/h y, al menos de marcador, se alcanza sin muchas complicaciones y, todavía va más lejos.
La segunda toma de contacto fue más que una toma de contacto, fue ya una prueba más a fondo y además en circuito, un lugar en el que se puede comprobar más al extremo las prestaciones reales de una moto aunque sea una 125. Nos desplazamos hasta el Circuito DR7 para pasar un día de pruebas con todas las marcas de KSR Group en España y nos centramos en terminar de sacar conclusiones de una moto que nos había causado una gran primera impresión. Así pues, al ponernos en marcha confirmamos que la Malaguti SMX 125 es una moto de primer nivel con unas prestaciones con las que uno se lo puede pasar muy bien en pista.
Como decíamos antes, el motor está prácticamente en el límite legal para carné A1 y los convalidados de B y eso es garantía de que tendrá unas buenas prestaciones siempre hablando de un 125, por supuesto. Sube de vueltas con alegría y sin dudas, acelerando de manera progresiva y gracias a su relación de cambio de seis velocidades, permite optimizar a la perfección esa potencia. Precisamente el cambio de marchas oculta un importante detalle y es que en el display nos encontramos el indicador de marcha, algo que viene bien siempre, sobre todo si somos un poco despistados…
Las suspensiones funcionan perfectamente tanto en asfalto como fuera de ella. Aunque la moto realmente no está pensada para circular por el campo sino por la carretera, nos metimos en un pequeño circuito de motocross con ella y pudimos constatar que, como decía, se comportan a la perfección. Los neumáticos, como es obvio, funcionan bien en asfalto y nos dan grandes sensaciones y mucha confianza tanto frenando como en la curva. En tierra la cosa, lógicamente, se complica. Estamos hablando de unos neumáticos diseñados para circular por la carretera y son lisos, por lo que la adherencia en tierra no es la mejor y se complica si nos encontramos con un poco de barro o de tierra suelta. Igualmente, se puede decir que la moto en tierra es muy divertida y si tienes un poco de experiencia será fácil que lo controles, pero siempre yendo atento porque la adherencia es muy justa.
El apartado de frenos es más que efectivo en carretera y también en circuito. En este caso en Malaguti han recurrido a la frenada combinada (CBS) que, como bien sabes, es una de las dos opciones del paquete de frenado para superar la normativa Euro4 en las 125. La otra es el ABS, que mejora la seguridad notablemente pero encarece mucho el precio final del producto. A la hora de frenar y, precisamente por el CBS, cuando frenamos con el trasero desvía potencia al delantero es algo que en ciudad o carretera nos va a venir muy bien porque podremos casi despreocuparnos del freno delantero en las frenadas cotidianas. Si queremos frenar fuerte tenemos que apretar la maneta derecha con ganas y conseguimos una buena frenada. Lo que hay que tener en cuenta en circuito y, especialmente en tierra, es que si pisamos el freno trasero con fuerza transmite parte de la misma al delantero y corremos el riesgo de llevarnos un susto, además que nos descoloca si no nos lo esperamos. En cualquier caso, es capaz de bloquear la rueda trasera sin hacer lo propio con la delantera (siempre rodando en asfatlo).
En lo que a posición y ergonomía se refiere, la postura a la que nos fuerza el manillar ancho y las estriberas relativamente bajas es realmente cómoda y nos permite pasar un buen rato encima de la moto sin cansarnos. Lógicamente la protección aerodinámica es inexistente y según aumentamos la velocidad lo notamos, pero hay que recordar que esta es una moto ágil y ligera (124 kilos) pensada para poder sacarle el partido en ciudad y en carreteras.
Además de esta versión de 125, que tiene un precio tan competitivo como sus prestaciones (2.999 euros), también nos encontramos con la versión ciclomotor de 50 cc, pensada para aquellos que comienzan a descubrir el mundo de las motos.
