Publicidad
[the_ad_placement id="adsense-mega-2-mobile"]

Prueba Moto Guzzi V7 II 2015: Stone, Special, Racer

Fotos: Moto Guzzi
Siete años después del lanzamiento de la V7, la montura retro de la firma del águila se moderniza adoptando más tecnología en sus tres versiones existentes y sin perder el clásico sello de identidad "Made in Italy" de una marca que ya tiene 93 años de historia.

Que en medio mundo todo lo vintage está de moda no hace falta repetirlo. Una “estética retroalternativa” ha impregnado algunos grupos sociales, apostando por ella como manera de diferenciarse del resto del grueso ciudadano. El rasgo distintivo de esta new wave se encuentra en la manera de vestir y los objetos o complementos de los que hacen gala sus protagonistas. Los fabricantes de motos no permanecen ajenos a esta corriente por lo que algunos se han atrevido con monturas de corte clásico mientras otros han potenciado las que ya tenían o, simplemente, se han reinventado bebiendo de su propio pasado.

Así, el panorama retro-moto es tupido y abarca configuraciones mecánicas y estilos para todos los gustos: Suzuki, Yamaha, Royal Enfield o SYM fabrican “monos” como la VanVan, SR400, Continental GT o Wolf, Honda y la firma de los diapasones apuestan por las tetracilíndricas ochenteras con sus CB1100/EX y XJR1300, mientras que el resto se centra en bicilíndricas, el motor típico en este tipo de motos: Harley-Davidson 72 y 48, Kawasaki W800, Triumph y su variada gama Classics, Norton Commando 961 y, por supuesto, Moto Guzzi. Hay otras alternativas como la BMW R NineT o la recientemente presentada Ducati Scrambler que, más que una moto retro, se inspiran en un modelo del pasado no para recrear, sino para dar lugar a un concepto plenamente moderno con algún guiño nostálgico. En cualquier caso, todas ellas también son una buena base de trabajo para que los customizadores materialicen sobre ellas los sueños de sus propietarios, algo tan en boga actualmente.

Nuestras tres protagonistas de hoy, con una misma base V7, son algunos de los mejores ejemplos de clasicismo hecho moto. En 2008 (ya en manos del Grupo Piaggio) lanzaron la primera generación, una moto con las líneas maestras de la V7 Sport 750 original producida en la década de los ’70. Para 2015 se ha revisado, modernizándose un poco pero sin perder ese clasicismo deportivo italiano tan personal. Caja de cambio de seis velocidades, control de tracción (desconectable), motor reposicionado y ABS de serie (firmado por Continental) son sus principales novedades. También cabe añadir un embrague suavizado, nueva bomba de aceite, reposapiés más bajos y neumáticos Pirelli Sport Demon. Pintura y accesorios marcan la personalidad de cada una de las tres versiones V7 II.

Guzzi V7 II Stone (8.649 €): urbana

Llantas de aleación de seis palos dobles y pintura mate (amarillo, gris, negro y marrón) son sus principales características. Es el modelo de acceso a Moto Guzzi, el primer escalón de la familia V7 y la más popular en nuestro país, una rival directa de la Triumph Bonneville.

Comparte plataforma con sus otras dos hermanas, esto es, horquilla convencional, chasis, amplio depósito de 22 l. y el clásico motor bicilíndrico longitudinal con cilindros transversales a 90º, refrigeración por aire, culatas de 2 válvulas, 744 cc, transmisión por cardan y 48 CV a 6.200 rpm. A finales de los ’60 Giulio Cesare Carcano se encargó de concebir el V2 “marca de la casa” por el que siempre se ha reconocido a una Guzzi.

Uno de los cambios que no se ven pero que sí se notan en las V7 2015 es que el motor se ha inclinado 4° hacia delante y rebajado 10 mm para ganar espacio. Lógicamente, el chasis de acero también ha sido adaptado a las nuevas necesidades. Los reposapiés son 25 mm más bajos por lo que los conductores de más de 1.80 cm ya no tienen que preocuparse por “encajar” en ella. Como buena moto clásica, la postura es muy erguida, con un asiento plano en el que te sientes muy “encima” de la moto, no dentro de ella como en monturas de otros segmentos. Esta Guzzi invita a practicar una conducción relajada.

La V7 siempre ha tenido 5 velocidades y, la adopción de una sexta en las versiones 2015 tiene como objetivo minimizar el consumo haciendo que el motor trabaje a menos revoluciones. A lo largo de toda la prueba sólo la usé en tramos rectos y con poco tráfico, pues en 3ª-4ª es donde más te diviertes con esta moto.

Control de tracción y ABS son dos novedades técnicas importantes en la gama Moto Guzzi V7 II 2015

Guzzi V7 II Special (9.299 €): clásica

Respecto a la Stone esta versión incorpora pintura bicolor brillo en su depósito (rojo-blanco, azul-blanco o negro-naranja), llantas negras de radios, asas traseras, retrovisores/embellecedores de motor cromados y elimina los fuelles de goma en la horquilla Marzocchi. La Special es un remake de las Moto Guzzi V750 S/3 (1974-76).

Su objetivo es competir por el mismo nicho de mercado que la Triumph Bonneville T100 pero, al contrario que esta, la V7 II Special equipa llanta delantera de 18 pulgadas y no de 19”, por lo que su manejabilidad respecto a la Stone (también lleva 18”) es la misma (la Bonnie básica monta llanta de 17”). La frenada delantera recae en un único disco de 320 mm con pinza Brembo de 4 pistones que se comporta bien en todas las situaciones, ahora con ayuda de ABS de dos canales.

Otro de los puntos fuertes de las V7 II es la presencia del control de tracción desconectable: pulsando el mismo botón de arranque durante 3 segundos con el motor a ralentí el nuevo chivato naranja de la instrumentación queda encendido. Lo suyo es llevarlo siempre activado, beneficiándonos así de toda la tecnología puesta a nuestro servicio en aras de la seguridad. Es seco y brusco cuando entra en funcionamiento. Nunca entra en funcionamiento, pues la V7 II no exige una conducción agresiva si bien, cuando se activa (algún bache o cambio de rasante) se muestra algo tosco y brusco, cortando el encendido muy de golpe.

Guzzi V7 II Racer (10.599 €): café

La Racer es el buque insignia de la familia V7, una llamativa versión Cafe Racer basada en la Special con multitud de cuidados detalles como su placa numerada en la tija, depósito cromado, piezas anodizadas en rojo, semimanillares y colín monoplaza con dorsal sobre asiento marrón (existe un kit de homologación para dos ocupantes). Los amortiguadores ya no están firmados por la española Ollé sino por Bitubo, la pareja de silenciosos está más elevada, las tapas laterales se han aligerado y monta estriberas racing. También dispone de protectores para los inyectores del motor, cupolino, correas de cuero que imitan a las que antiguamente sujetaban los depósitos de gasolina y fuelles de horquilla de la Stone. La V7 II Racer tiene a la Triumph Thruxton en su punto de mira.

Lo primero que llama la atención es que, pese a su concepto, la postura a los mandos es muy cómoda pues los semimanillares son altos y no tienes el cuerpo muy forzado. Bien es cierto que en curvas rápidas es donde más disfrutas esta versión y sí debes hacer algo más de fuerza sobre ellos para entrar en curva que con el manillar plano de las Stone/Special.

La V7 II Racer sí te invita a realizar una conducción más sport, buscando reducciones fuertes y apurando las marchas a la salida de cada curva. Ojo con la reacciones del cardan, pues a esta transmisión se le puede acumular el trabajo si buscamos bajar varias de golpe. Lo suyo es ir hilando las velocidades y tener tacto con el gas, evitando la una conducción “on-off” de una moto naked deportiva. Además, por mucho que inclines nunca llegarás a rozar con las estriberas.

Valoración final

Sinceramente, la Moto Guzi V7 II Special es mi favorita porque considero que es la que mejor respeta la tradición de este tipo de motos en general y de la firma de Mandello del Lario en particular. Guzzi sabe mantener viva su historia, modernizando lo justo un modelo que hará las delicias de los más nostálgicos.

Cualquier versión V7 II exhibe una estética que nunca pasará de moda aderezada, sin duda, por un sonido peculiar, inconfundible y muy agradable. Además, Moto Guzzi sigue manteniendo detalles “de toda la vida” como la colaboración con la marca de lubricantes Eni (dueña de Agip) con el conocido logo del dragón de seis patas en el adhesivo del motor, algo típico en los ’70. El balanceo del motor acelerando a ralentí también permanece.

La exclusividad tiene un precio y el trío V7 II no puede compararse con una naked moderna, pero estamos hablando de una vintage auténtica a estrenar por el mismo precio que nos costaría hacernos algo decente sobre una Guzzi de los ’70, pero con las mejoras de las motos del siglo XXI.

Por otro lado, para todos aquellos inconformistas que quieren dar un toque personal a su moto Moto Guzzi propone numerosas posibilidades de accesorización gracias a sus custom kits compuestos por escapes, asiento monoplaza de cuero, carteras, tapas laterales, retrovisores, piezas de aluminio, etc.

Lo mejor:

  • Imagen
  • Personalidad
  • Facilidad de conducción
  • Para carnet A2

Mejoraríamos:

  • Más potencia
  • Precio elevado

Lo último

Lo más leído