Prueba MV Agusta Brutale 675: Brutalina para los amigos


Hace poco más de un año me encontraba en Varese, en la fábrica de MV Agusta. El motivo de mi presencia allí era por la presentación europea de la Brutalina. Fuimos los primeros periodistas del mundo en probarla, poco después fue llegando a los concesionarios. Aquella vez pude probar la moto por encima, mucha gente, pocas motos y menos tiempo. Pero esta vez ha sido solo mía durante dos intensas y divertidas semanas, en las que me ha dado tiempo a comprobar todo aquello que se me escapó o no me dio tiempo a probar. Mi impresión en líneas generales sigue siendo la misma: buena. Pero he encontrado matices nuevos que no hay que pasar por alto.
Lo primero que me ha sorprendido es que la Brutale 675 es 1.000 euros más barata que cuando salió al mercado a principios del pasado otoño. Un punto más a su favor. Sigue siendo la Brutale más barata (10.495 €) pero por muy poco, ya que la nueva Brutale 800 cuesta tan sólo 100 euros más (10.595 €), eso sí, ésta no es limitable para el carné A2.
“Bella e veloce”
La Brutalina hereda los rasgos esenciales de la estética de sus hermanas mayores, esos que son inconfundibles como el faro, el colín, el basculante monobrazo, la forma de los plásticos y sus acabados. A lo que hay que añadir el escape con triple salida y ausencia de silenciador, pieza fundamental para obtener ese ronco sonido que emite al enroscar el puño derecho.
Pero la Brutalina es mucho más que una “cara bonita”. Es una naked compacta y muy ligera (pesa 163 kilos en seco) y de eso te das cuenta enseguida, en cuanto te sientas y echas a andar unos metros. El asiento además está a baja altura, algo que agradecerán los conductores de 1’65 para abajo. La postura es claramente deportiva, vas más echado hacia delante que en cualquier otra naked, pero no llega a ser incómoda al no cargar demasiado peso en las muñecas. Para un “todo uso” no le vendría mal no tener los estribos tan retrasados. Y ya que hablamos de “practicidad”, por descontado que puede ser tu moto para el día a día, su tamaño y peso permiten que hagas con ella lo que quieras, pero en ciudad te topas con dos problemas: uno es que gira poco; el otro, el tacto del motor. Para lo primero no hay remedio, para lo segundo, en principio, sí.
La 675, como todas las Brutale funciona con acelerador electrónico, lo que técnicamente se llama “ride by wire”. Pues bien, el tacto del acelerador no es todo lo preciso que debiera y eso hace que en ciudad sea molesto por tener que estar constantemente acelerando y decelerando, es ahí cuando te das cuenta que no está bien afinado y todo es cuestión de electrónica, quizá con un mapa nuevo la cosa cambie. Este es un handicap recurrente en esta moto, pero los responsables de la marca en España afirman que ya están trabajando para solucionarlo. En cambio en carretera abierta y autovía este desajuste no es tan evidente. Es aquí donde puedes explotar todo el potencial de la Brutalina, que no es poco. Su motor tricilíndrico sube de vueltas con mucha alegría y con un sonido que encandila. Tiene cuatro modos de funcionamiento: Sport, Rain, Normal y Custom. Cada uno de ellos con una entrega de potencia diferente y un nivel de intervención del control de tracción acorde. El modo Custom es personalizable al “gusto del consumidor”.
En el modo Sport tienes sus 110 caballos de potencia en todo su esplendor, con un medio régimen que te deja con la boca abierta hasta llegar al corte a 13.000 rpm. La ligereza y facilidad de movimientos que ofrece es algo difícil de explicar, en ocasiones piensas que vas a perder el tren delantero en cualquier momento, pero no, siempre hay margen para poder ir un poco más deprisa, ella ni se inmuta, lo acepta todo.
Ciclística a la altura
He oído decir por ahí –ya sabes, sólo se debe decir el pecado– que: “menuda cagada, sólo se puede regular la precarga del amortiguador trasero”. Yo no lo veo así. Cierto es que MV Agusta acostumbra a ofrecer suspensiones multiregulables en todos sus modelos, pero no en la Brutalina. Quizá sea uno de los argumentos para abaratar costes, pero lo cierto es que tampoco se echan en falta dichos ajustes, tiene un tarado firme, muy adecuado para las características de esta moto y que se agradece en conducción deportiva. Por otro lado también hay que decir que las suspensiones se muestran algo secas de reacciones ante los baches.
En donde no se ha escatimado lo más mínimo es en los frenos. Delante dos pinzas radiales Brembo de 4 pistones se encargan de proporcionar una frenada potente y dosificable. Detrás, hace lo propio otra pinza Brembo de dos pistones. Inexplicablemente no se ofrece ABS ni como opción.
Valoración final
Me gusta la Brutalina. Cada vez que bajo al garaje o la cojo al salir de la oficina me digo: “Qué moto tan bonita”. Tengo debilidad por las Brutale, he de reconocerlo. Esta además me parece todo un acierto en cuanto al precio, aunque sigue siendo un pelín elevado si miramos el de la competencia directa, y al enfoque de moto utilitaria a pesar de su deportividad. El motor empuja con mucha fuerza, si no fuera por ese tacto extraño que tiene a bajo régimen proveniente de la electrónica, se llevaría un 10. Es una auténtica gozada apretar el ritmo por una carretera revirada, la parte ciclo responde y hace que puedas ir muy deprisa pero con seguridad. ¡Por fin una Brutale para todos!
Lo mejor
- Estética y acabados
- Potencia del motor
- Ligereza y comportamiento deportivo
Mejoraríamos
- Tacto el motor a bajo régimen
- Mayor ángulo de giro
- ABS