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Prueba Peugeot Speedfight 3 125 2014: utilitario deportivo

Fotos: Javier Ortega
Por precio y potencia hablaríamos de un scooter ciudadano y utilitario, pero por equipamiento y diseño sería un deportivo. En ambos casos es un Speedfight 3 125, la tercera generación de uno de los modelos más conocidos de la firma del león.

La verdad, el planteamiento resulta original en un 125. Una mezcla entre lo deportivo y lo utilitario, con precio y mecánica de scooter ciudadano y básico pero con algunos componentes mejorados y, sobre todo, ”maquillado” en plan deportivo y con un comportamiento sano y divertido. De hecho, anda bastante más de lo usual en scooters de su precio y nivel mecánico y lo hace con suficiente agarre y nobleza de reacciones, por lo que si tiene cierto carácter deportivo ”de verdad”.

Pero ojo, por que hablamos de un motor de 10.2 CV, de una parte ciclo con discos pequeños, un sólo amortiguador lateral trasero y otras soluciones ”económicas” que limitan esa deportividad, pero que permiten un precio final de alrededor de 2.000 € y un mantenimiento aquilatado, típico en un scooter básico.

El Peugeot Speedfight 3 125 es el resultado de tomar un chasis del ciclomotor de su mismo nombre, con carrocería y su estilo deportivo y, con las convenientes modificaciones, instalar el motor 125 4T que se ha desarrollado para el neo-retro Django que se presentó en Milán y que todavía no se ha lanzado. De origen Sym (empleado en Symphomy), es una evolución del motor que se emplea también en el Tweet, sólo que ahora alcanza 10.2 CV.

En la parte ciclo destacan los componentes ”deportivos”, como la horquilla invertida, el disco delantero lobulado, con pinza delantera de anclaje radial o el amortiguador trasero con botella separada. Son elementos curiosos: de origen asiático, son componentes de bajo precio pero que funcionan más que correctamente. Así, Peugeot ha conseguido aunar lo económico con el aspecto sport que el proyecto requería, con un buen funcionamiento. Neumáticos Hutchinson, (2ª marca de Michelin) en llantas de 13” dan un agarre suficiente y un comportamiento noble.

No es un scooter especialmente bien equipado. No hay accesorios espectaculares o caros equipos que le hagan parecer más de lo que es. Pero tampoco le falta detalle: lleva un cuadro con la información suficiente: velocidad, kilometraje, gasolina y hora. Va repartido entre dos zonas de testigos luminosos, un velocímetro analógico central y una pequeña pantalla led por debajo de este. Para aparcar puedes recurrir a un caballete central de fácil utilización o puedes aparcar con la pata lateral, con desconexión de motor. Si necesitas llevar cosas, bajo el asiento tienes el consabido hueco; no demasiado grande en este caso, puedes meter un casco jet o un integral pequeño. En este hueco encuentras el enchufe de 12V. Si necesitas llevar cosas más grandes cuenta con un gancho portabolsas en el centro del contraescudo.

El espacio de carga no es uno de los puntos fuertes del Peugeot Speedfight 3

En marcha: al 50%

¿Es un scooter deportivo o es un scooter ciudadano? Como ves hasta aquí, por construcción y planteamiento, el Speedfight puede verse de las dos formas. Pero l*o más acertado, una vez que te has subido, es ver las dos facetas mezcladas*. Anda bien, se tiene y permite tumbar bastante, aunque sin pasarte. frena bien, las suspensiones lo sujetan lo suficiente y es ligero, por lo que llevarlo rápido es divertido y fácil, a lo que también ayudan sus ruedas de 13” y los neumáticos de calidad. Con 10.2 CV en el motor, buena respuesta gracias a su sistema de carburador (sencillo, económico y directo desde el mando del gas), acelera bien desde parado. En velocidad punta es capaz de alcanzar y superar por poco los 100 km/h: no es mucho, pero si destaca sobre sus ”congéneres” ciudadanos y básicos. No muy alto, compacto y con buen radio de giro, en el tráfico urbano se desenvuelve bien. Y es en este ambiente urbano, cuando menos tráfico hay cuando su parte deportiva reluce más: aquí no hace falta correr mucho si no frenar bien y ser capaz de entrar en curvas y rotondas con nobleza de reacciones y de forma ágil. Y esto lo hace muy bien.

Bajo el asiento del Peugeot Speedfight 3 125 2014 cabe un casco tipo jet

En la carretera sigue teniendo ese buen comportamiento, claro. Pero con 10.2 CV las prestaciones en carretera abierta son muy justas. Además la posición de conducción si que es de scooter urbano; vas muy recto, sin protección aerodinámica alguna, lo cual tampoco hace mucha falta a 100 km/h. Es, digamos, lo justo para hacer desplazamientos interurbanos cortos sin demasiados problemas, pero no para hacer largos viajes, desde luego.

Valoración final

Un scooter original, dentro de los que tienen un precio medio-bajo. A pesar de su mecánica básica y de un nivel de prestaciones bueno pero discreto, ha sabido ”vestirse” de deportivo e incluso de algo más, gracias a un comportamiento sano y noble. Una decoración llamativa y muy juvenil además refuerza este lado más sport.

Está ya disponible en dos colores (blanco/rojo o blanco/azul) en versión normal desde 1.999 € y en dos versiones con decoración especial: el Darkside que ves en nuestra prueba y el Iceblade, en color blanco. Los de ”serie especial”, además de sus colores específicos llevan algunos detalles más “racing”, tales como las llantas decoradas o el suelo de aluminio y cuestan 2.149 €.

Lo mejor:

  • Concepto original
  • Nobleza y agilidad
  • Componentes de apariencia conseguida

Mejoraríamos:

  • Prestaciones en carretera
  • Espacio bajo el asiento justo
  • No hay guanteras delante

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