Prueba Piaggio 1 Active 2021
Las reglas han cambiado


Los nuevos tiempos incluyen cambios irreversibles en la normativa de movilidad urbana, orientada a la emisión cero, y el Piaggio 1 es un buen ejemplo de ello. A falta de que el hidrógeno haga acto de presencia, los vehículos eléctricos son, hoy por hoy, la alternativa real. Piaggio ya disponía en su catálogo de vehículos como la Vespa Elettrica, presentada el año pasado o como el Piaggio MP3 Hybrid de 2009 (un híbrido enchufable adelantado a su tiempo), pero no dejan de ser adaptaciones de una tecnología determinada a diseños originarios para motores de explosión.
El Piaggio 1 que os presentamos es el primer vehículo de la marca italiana concebido exclusivamente como eléctrico, adelantándose a todas las marcas generalistas del mercado que, ten por seguro, desembarcarán también en este segmento. Sus rivales más inmediatos, como el Super Soco CUx (2.890 €) o los Niu MQUi Sport (2.999 €) y Niu MQUi GT (3.399 €) pertenecen a marcas de vehículos exclusivamente eléctricos. Visto que el peso de los vehículos eléctricos en el volumen de ventas totales aumenta continuamente (+8,1% en 2020) y que los particulares ya pesan lo mismo que las flotas o los vehículos de alquiler en las ventas (un 22% en 2020, pero ya un 45% en lo que llevamos de año), se antoja el inicio de una cruenta batalla entre las marcas por las porciones de un pastel cada vez más jugoso.
Hay tres versiones ya disponibles a la venta: Piaggio 1 (2.690 €), equivalente a un ciclomotor en prestaciones y normativa, con una potencia de 1,4 kWh (85 Nm de par) y una batería de 28Ah de 10 kg, Piaggio 1+ (3.090 €), con la misma potencia y normativa pero con una batería de 48 Ah de 15 Kg y el Piaggio 1 Active (3.290 €), ya matriculable y equivalente a un 125, con un motor de 2,3 kWh (90 Nm de par) y la misma batería que el Piaggio 1+.
CARACTERÍSTICAS Y EQUIPAMIENTO PIAGGIO 1
Las tres versiones del Piaggio 1 comparten todos sus componentes, salvo el motor y las baterías. Hay que añadir que en el Active la frenada es combinada. Exteriormente no notarás ninguna diferencia. Tanto el Piaggio 1 como el Piaggio 1+ pesan 75 kilos (+4 Kg en el Active) a los que habrá que sumar 10 ó 15 kilos en función de la batería (siempre 15 en el Active, con 94 kilos en orden de marcha).
A primera vista se nota que es una Piaggio. No puede negar su parecido con la exitosa Zip, si bien las ópticas delanteras suponen un rasgo distintivo y dicho sea de paso, muy potente, para ver y sobre todo en ciudad, ser visto. Aunque el diseño es simple y espartano, rezuma calidad. El manillar de tubo a la vista transmite solidez, esquivando recubrimientos plásticos que solo aportarían peso. Del mismo modo se pueden observar en la superficie de la carrocería pequeñas hendiduras hexagonales similares a las de una pelota de golf que solo al tacto ya son agradables.

En lugar de llave disponemos de un mando a distancia que desbloquea la moto y que nos permite girar un interruptor para movernos en marcha, abrir el asiento o bloquear la dirección. También se suministra una llave de seguridad para poder abrir el asiento donde va ubicada la batería por si nos quedamos sin carga. Y aquí radica una de las claves del Piaggio 1: la batería es extraíble con solo desconectar un borne y la fijación de la misma a la moto. Dispone de un asa para transportarla cómodamente. No diré que 10 ó 15 kilos sean una carga liviana, pero si no dispones de plaza de garaje en el centro de tu ciudad es una solución genial para "repostar" en tu propia casa con un enchufe doméstico. En 6 horas se realiza una carga completa. Sí, la electricidad es cada vez más cara, pero sigue siéndolo mucho más la gasolina y te recuerdo que las horas valle de la tarifa son las nocturnas. Las gasolineras se convertirán en un recuerdo para ti.
El motor va ubicado dentro de la rueda trasera y la batería en el hueco bajo el asiento, en el que todavía queda espacio para un casco jet. En parado el peso está muy detrás y muy abajo, por lo que es posible girar la moto levantando la rueda de delante mientras apretamos el freno trasero y girar en un palmo de terreno.

La moto es pequeña, pero la ergonomía está estudiada para que quepan personas altas. El triángulo trasero-puños-pies está muy presente en la mente de los ingenieros de Piaggio y es posible adaptarte a las dimensiones del scooter sin menoscabo del confort. A destacar la enorme plataforma plana que permite transportar volúmenes de carga inauditos (también hay gancho portabolsas en el contraescudo).
La horquilla es la ya vista en modelos como el Piaggio Zip SP o la Vespa Elettrica, mientras que se recurre a dos amortiguadores en el tren trasero. Los frenos, de disco de 175 mm de diámetro en ambos trenes, disponen de tacto y potencia ejemplares para un scooter, al menos en la versión Active, que es la que tuvimos ocasión de probar.
La instrumentación digital aporta mucha información que se podrá ver complementada con Piaggio Mia, el sistema de conectividad opcional de Piaggio que requiere de una centralita fácilmente instalable y que se conectará con nuestro teléfono móvil, ya sea iOS o Android. Aparte de las funciones de una computadora a bordo (reloj, kilómetros restantes, % de batería, tiempo de viaje, velocidades y parciales), el panel nos informa del modo en que conducimos (Sport, ECO o Reverse), porque sí, dispone de marcha atrás. Puede parecer inútil en una moto de menos de 100 kilos, pero si aparcas en batería cuesta abajo con la compra en la plataforma plana, te va a parecer un gadget de lo más ingenioso.

EN MARCHA
Mi aproximación a la Piaggio 1 fue desde la curiosidad sincera, porque vivo en el centro de Madrid, justo en uno de los límites de la ZBE (Zona de Bajas Emisiones). Hasta ahora mi experiencia con los scooter eléctricos se había limitado al motosharing y tenía ganas de conocer la propuesta de los constructores generalistas "de toda la vida".
Si hay una marca especialista en vehículos urbanos y que conoce la idiosincrasia europea, esa es Piaggio. Solo mentar la Vespa y la MP3 nos recuerda que lo que se tenga que decir desde Italia respecto a la movilidad eléctrica no irá mal encaminado.
La valoración de la Piaggio 1 hay que hacerla desde su ámbito de actuación, es decir, ciudad-ciudad, porque no es extrapolable a otros terrenos. La movilidad eléctrica tiene muchos beneficios, pero también asignaturas pendientes, entre ellas la autonomía. Las baterías son pesadas y su consumo no funciona igual que los combustibles fósiles. Las mejores cifras de consumo de cualquier scooter convencional se producen a velocidad mantenida, mientras que arrancar-parar continuamente penaliza los registros. Con los vehículos eléctricos es al revés: sus mejores registros son en el ámbito urbano a velocidades reducidas, mientras que mantener una velocidad continua disminuye la autonomía drásticamente. Ambos factores (peso-autonomía) juegan a favor de los vehículos ligeros destinados a las distancias cortas-medias a velocidades reducidas: la bici eléctrica y el scooter.

En los últimos tiempos asistimos a la reducción de los límites de velocidad urbanos (a 20, 30 y 50 km/h según las vías) y eso juega a favor del Piaggio 1, pero si te fijas, no incluye las rondas de circunvalación. Mientras que el Piaggio 1 y el Piaggio 1+ alcanzan los 45 km/h, el Active roza los 65 km/h, insuficientes para rodar por las vías de circunvalación, aunque legalmente pudiera. Así que lo primero que hay que tener claro es el ámbito de actuación: es un vehículo para circular por el centro desde el centro, no desde las afueras.
Una vez aclarado esto, el Piaggio 1 es un magnífico vehículo urbano. Su capacidad para "ratonear" entre el tráfico es inigualable, a lo que ayuda la ligereza del tren delantero. La velocidad máxima que pude atisbar en el velocímetro fue de 65 km/h, más que suficientes para la Jungla DF. Sí pude echar de menos algo más de punch en la salida. Estoy seguro de que electrónicamente es posible, pero restaría autonomía. Aunque esta pueda parecer escasa (66 kilómetros en la Active en el modo Sport), he comprobado que es una distancia que no he realizado por ciudad en los últimos dos años (desde que tiene registros mi móvil), por lo que estaría dispuesto a sacrificar autonomía por un poco más de fuerza en la salida de los semáforos, al final del día subiré la batería a casa para recargar de todos modos. La autonomía aumenta a los 85 kilómetros en el modo ECO, pero la velocidad máxima se estanca en 32 Km/h. A la larga, solo usarás el modo ECO cuando le veas las orejas al lobo y veas que te queda muy poca autonomía.

Dispone de sistema de recarga durante la frenada, lo que ayuda a la autonomía, pero también tiene un peaje: no es posible jugar con el gas con el freno apretado, circunstancia habitual cuando se ratonea entre el tráfico. O frenas o aceleras, porque en el momento en que frenas, la batería no suministra energía. Esto se traduce en cierto retardo en el cortar/abrir que te obligará a cambiar tus hábitos de conducción si vienes de un scooter tradicional, pero no empaña el agrado de uso del Piaggio 1.
El recorrido propuesto por Piaggio transcurrió por lo más granado de los atascos matutinos madrileños. Era asombroso ver cómo 5 unidades de Piaggio 1 sorteaban el tráfico por donde otras motos y scooter ni se plantean entrar. Lo estrecho del conjunto y su ligereza no menguan el aplomo y la sensación de calidad del scooter. Y sin embargo, no es lo más importante, sino el buen rato que pasamos… ¡en un atasco!
