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Prueba Royal Enfield Interceptor y Continental GT 650 2019: almas gemelas

Fotos: Royal Enfield
Royal Enfield "se crece" adentrándose en el segmento medio de las monturas neoclásicas con dos sugerentes propuestas bicilíndricas de 650 cc que mantienen la esencia "british old school" de la firma, al tiempo que se adaptan con estilo a las necesidades de los motoristas modernos. Manillar ancho o "semis", dos apuestas tan auténticas como intemporales.

Royal Enfield está pisando fuerte y tiene motivos de sobra. Una de las marcas de motos más antiguas del mundo (el primer modelo data de 1901 aunque la marca ya existía desde 1893) se ha revitalizado durante la última década, ampliando y mejorando su presencia en el segmento de las “clásicas modernas” al que siempre ha sido fiel. Propiedad del gigante indio Eicher Motors Limited desde 1994, ya posee tres plantas de producción en la India, además de un potente centro tecnológico de desarrollo en Bruntingthorpe (cerca de Birmingham, Inglaterra) nutrido, en parte, tras una “fuga de cerebros” de otras marcas conocidas. Este detalle les mantiene unidos a su pasado, a pesar de que la marca es 100% india desde el cierre de la fábrica de Redditch en 1967 y posterior cese de producción UK en 1970.

En el imaginario colectivo se encuentra la ilustre Bullet 350 (el modelo de moto más antiguo de la historia con producción ininterrumpida), además de las Interceptor y Continental GT de los sesenta, “abuelas” de las protagonistas de esta prueba. Ya os contamos nuestras primeras impresiones en la presentación internacional californiana del año pasado y ahora las probamos a fondo en territorio nacional.

Desde 2014, la presencia oficial de Royal Enfield en España corre a cargo de la empresa valenciana Motorien, gracias a la cual las matriculaciones de la marca han pasado de las 60 motos en 2014 a las 600 el año pasado, con una previsión de 1.000 unidades de cara al cierre de este 2019. Las Interceptor y Continental GT 650 son los buque-insignia del catálogo actual. La primera se inspira en la contracultura californiana ‘sixties’, mientras que la Continental GT 650 sustituye a la Continental GT monocilíndrica de 535 cc que conocíamos hasta ahora, ambas basadas en el movimiento cafe-racer y la cultura ACE CAFE de jukebox y ton ups boys de la época.

Royal Enfield Continental GT 650 'Ice Queen' con accesorios

Royal Twins

Aunque parezca que Royal Enfield debuta en esto de los motores bicilíndricos, la realidad es que no es así, pues la primera “bi” de la marca fue la Royal Enfield Twin 500 allá por 1949, la semilla de las siguientes versiones Meteor. En esta ocasión no se trata de “juntar” dos monocilíndricos de la gama Bullet/Classic y ya está, sino que se ha desarrollado un motor propio específico totalmente nuevo para esta pareja de monturas… y las que vendrán.

Sus principales características pasan por combinar lo antiguo y lo moderno sin llegar a desvirtuar el concepto original por culpa de una sobredosis de electrónica. Así, hablamos de un bicilíndrico en paralelo de 648 cc con cigüeñal calado a 270º (busca un tacto V2), 8 válvulas, doble árbol de levas en culata (en vez de en el cárter), refrigeración aire-aceite, cambio de 6 velocidades, eje de equilibrado (para minimizar vibraciones) y embrague asistido anti-rebote. Declara 47 CV a 7.250 rpm y 52 Nm a 5.250 rpm y se ha comprimido poco (9,5:1) para poder utilizar gasolina de bajo octanaje sin perder prestaciones. Otro detalle de agradecer son los colectores de escape de doble capa, que evitan la pérdida de cromo generado por la alta temperatura y que en muchas motos decoloran en “azulado-amarillento”.

Chasis doble cuna de acero Harris Performance extraíble (20% más rígido que el de la antigua GT 535), horquilla telescópica de 41 mm, doble amortiguador trasero (regulable en precarga), llantas de radios de 18 pulgadas con neumáticos Pirelli Phantom Sportscomp, ABS Bosch de doble canal, pinzas de freno Brembo ByBre e instrumentación con doble esfera analógica completan los puntos comunes en ambos modelos.

Motor Royal Enfield 650

Royal Enfield Interceptor 650

La Interceptor 650 es una reinterpretación de la Interceptor 700 de 1960, una roadster clásica de manillar ancho que rivaliza con insignes monturas como la Triumph Bonneville T100 (10.900 €), Harley-Davidson Superlow (10.800 €), Kawasaki W800 Street (10.150 €) o la Moto Guzzi V7 III Special (9.944 €).

A sus mandos te encuentras cómodo, la postura es reposada e invita a deleitarte con el simple hecho de montar en moto. Manillar ancho con barra de refuerzo central, asiento acolchado y estriberas bajas, sin complicaciones. El radio de giro es amplio, ideal para maniobrar en ciudad, con mucha confianza en tramos revirados de carreteras secundarias, donde puedes apoyarte bien en las puntas, generando una gran sensación de seguridad.

royal_enfield_intercontinental_650_2019_01.jpg

El motor gana muchos puntos respecto a las “mono” de 500, realmente “otro mundo”, y, además de ser mucho más capaz y 18 CV más potente, te obsequia con mayor sobrerrégimen y mejores recuperaciones. Además de emanar un sonido muy bonito, otro aspecto destacable es que ¡ya puedes mirar por los retrovisores sin ver borroso! Las vibraciones son inexistentes, algo de agradecer, y la entrega de potencia es muy lineal. En este segmento de motos importa más la cifra de par que la de potencia y con la Interceptor ya disfrutas del 80% del empuje a sólo 2.500 rpm. Si juegas con la gama media del cuentarrevoluciones la moto es más agradecida que apurando cada marcha hasta “sacarle los higadillos” porque a partir de 7.000 rpm la cosa se va calmando: mejor déjala correr a su ritmo y verás que el buen rollo será recíproco.

Dos diferencias respecto a la Continental GT pasan por su capacidad de depósito (13,7 l.) y peso total (202 kg), aspectos que redundan en una mayor autonomía y estabilidad en marcha. La Interceptor se disfruta más a dúo además de ser más práctica, polivalente y cómoda, una moto fácil con la que desplazarte con estilo y con pretensiones urbanas/touring. Su chasis es excelente y funciona realmente bien, sujeta y te deja hacer “si el cuerpo te pide marcha”, un compromiso interesante que te dará una grata sorpresa.

La frenada delantera podría mejorarse con una bomba más capaz o añadiendo un segundo disco ya que, en este caso, la estética manda. Para detenerla con contundencia, lo mejor es ayudarte con el trasero, que te proporciona ese plus que sí tiene una “moto moderna”.

Royal Enfield Interceptor 650 'Ravishing Red' 2019

Royal Enfield Continental GT 650

La Continental GT 650 va orientada a los espíritus más deportivos, la última representante de la familia cafe-racer neoclásica que debutó con la Continental GT 250 de 1964. ¿Rivales? Moto Guzzi V7 III Racer (12.094 €), Triumph Street Cup (10.500 €) y Kawasaki W800 Cafe (10.950 €).

Aunque la plataforma es la misma que la Interceptor (comparten motor, chasis, ruedas y muchos componentes), las diferencias entre ambas son más numerosas de las que podemos advertir en un primer momento. Así, la Continental GT 650 se caracteriza por la adopción de semimanillares, depósito de gasolina diferente (formas cuadradas, 1.2 l. menos y logotipo), asiento deportivo con 1.1 cm menos de altura al suelo (79.3 cm) y tapizado sencillo, tarado de suspensión endurecido, estriberas retrasadas y 4 kg menos de peso total (198 kg en seco, en parte debido a la ausencia de caballete central).

Es curioso que, montando el mismo tren delantero que la Interceptor, se siente diferente, pues te da sensación de que “flota” y se aligera más. Realmente es más una percepción que una realidad absoluta pero está claro que los ‘semis’, sin ser radicales (quedan por encima de la tija), consiguen que la llanta de 18 pulgadas transmita más. Por ello, la GT exige una conducción algo más agresiva, sumado además a su postura “al ataque” y que también tiene mucho encanto si quieres divertirte. La GT compensa con unas suspensiones más sólidas, con tacto agradable y firme si es necesario, difícil de conseguir con un equipo no regulable.

La Royal Enfield Continental GT 650 'Black Magic' cuesta 6.400 €

Valoración Final

Puras, auténticas y con solera, las Royal Enfield Interceptor/Continental GT 650 mejoran todos los modelos precedentes, sentando las bases de un segmento clásico-medio muy cuidado que no defrauda en comportamiento y calidades. Son motos para pasear divirtiéndote, que cumplen muy bien su cometido neoclásico y con una relación calidad-precio excelente (más de 4.000 € más barata que sus rivales) obtenida gracias a la fabricación propia de la mayoría de componentes. Si quieres divertirte y te gusta la imagen más retro, las Royal Enfield Interceptor y Continental GT 650 no te defraudarán: cuanto más las usas, más te gustan.
Concebidas para ser conducidas sin limitación por usuarios con carnet A2, cada una de ellas se comercializa en tres acabados diferentes: estándar (monocolor), custom (pintura bicolor y muchas piezas en negro) y cromo, dando lugar a 11 opciones cromáticas entre ambas. De esta manera, los precios para la Interceptor se fijan en 6.200-6.400-6.700 €, mientras que la Continental GT asciende a 6.400-6.600-6.900 €. El precio incluye 3 años de garantía, 3 años de asistencia en viaje y kit de bienvenida (taza, pin, pañuelo y llavero) por correo.
Esta pareja de twins cuenta con una línea de ropa específica a juego y un cuidado catálogo de accesorios para poder personalizarla al gusto de cada propietario, incluyendo asiento monoplaza, colín, retrovisores en las puntas, cubrecárter, fuelles de horquilla o mini-parabrisas (algunos de ellos lucen en las unidades probadas).

Lo mejor
  • Imagen
  • Fácil de conducir
  • Precio
  • Carnet A2
Mejoraríamos
  • Tacto freno delantero
  • Horquilla no regulable

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