Sin duda, el Suzuki Address es uno de los scooters de baja cilindrada más carismáticos y conocidos del mercado. No hay que perder de vista que la primera versión llegó a los mercados en el ya lejano 1987 y en estos 28 años de vida del modelo se han vendido en todo el mundo más de 650.000 unidades. Sus características típicas, como el contenido precio y su robustez mecánica lo han llevado a ser un clásico entre los clásicos que en 2015 y a punto de entrar en la treintena, ha vuelto a renovarse para seguir siendo un referente.
Ahora, gracias a los cambios que lo vuelven a dotar de vida, lo meten de lleno en la lucha de los rueda alta asequibles y válidos para poder circular con el carnet de coche (siempre con más de tres años de antigüedad) que se han demostrado sobradamente eficaces para desenvolverse con soltura en el tráfico más atroz de las ciudades en hora punta.
113 cc de bajo consumo
Probablemente a la hora de abordar por primera vez el nuevo Suzuki Address, lo primero que puede llamar la atención es el cubicaje de este monocilíndrico capaz de superar los 9 CV. A diferencia de la tendencia del mercado de rozar el límite permitido por ley para que se pueda conducir con el permiso B, su motor de 4 tiempos y 2 válvulas es de 113 centímetros cúbicos. Atendiendo a las explicaciones de los técnicos de Suzuki, se debe a que los ingenieros han buscado el punto óptimo entre las prestaciones y el bajo consumo, uno de los puntos más fuertes de este modelo, que declara 1,96 litros a los 100. Este consumo declarado, que no tuvimos oportunidad de certificar, viene dado en parte por el sistema de inyección electrónica en la que se ha trabajado a conciencia. Otro punto del Address que fomenta el bajo consumo es el denominado “Tumble Motion”, que consiste en que el ángulo de la válvula de admisión y el propio conducto tienen unas medidas que provocan un torbellino en el interior del cilindro haciendo que los gases frescos se distribuyan por el interior de la cámara de combustión dándole de esta manera una mayor eficacia.
Siguiendo con el gran esfuerzo de intentar minimizar en la medida de lo posible el consumo, también se ha optado por minimizar las fricciones internas, una de la parte, junto a la pérdida calorífica donde mayor desperdicio de potencia se genera en un motor. Para ello, en Suzuki han recurrido, por ejemplo, a los rodamientos de bolas que se han introducido en los apoyos de los balancines con las levas, lo que además hace que la necesidad de lubricación del motor sea menor.
También se ha buscado reducir las masas en movimiento, otro de los puntos donde se puede optimizar el consumo. Se ha trabajado para que el pistón sea más ligero y su falda más corta. De esta manera se consigue que la tensión entre los segmentos y el pistón sea menor y reduzca la fricción entre ambos, favoreciendo además la lubricación gracias a que se han podido realizar orificios en el segmento inferior.
Rematando el apartado del motor, encontramos el propio árbol de levas, que es accionado por cadena desde el lado izquierdo del cigüeñal, el conocido sistema SOHC. Cuentan desde Suzuki que gran parte del rendimiento del motor y su bajo consumo es conferido por este sistema, que además propicia que el nivel sonoro sea bajo, algo a lo que también contribuye, sin lugar a duda, la lubricación del conjunto, que controla una bomba de aceite liviana en la que el peso se ha disminuido al emplear un engranaje de nylon que ayuda a circular los 600 centímetros cúbicos de aceite que alberga el motor.
Toda esta tecnología carecería de un funcionamiento óptimo en cuanto a consumo, emisión de gases y respuesta, de no ser por el empeño que se ha puesto en la Unidad de Control de Motor (ECU en inglés), que en base a los diferentes sensores que monta en diferentes puntos del motor, procesa los datos y decide su actuación.
Estabilidad, agilidad y ligereza
Otro de los puntos clave en los que se han volcado los técnicos japoneses ha sido en que el conjunto sea lo más liviano posible, alcanzando una cifra nada despreciable de 97 kg, una cifra que nadie ofrece por el momento. Para ello han intentado contener el peso y las dimensiones, buscando un compromiso entre estabilidad y agilidad. Para ello han recurrido a una medida de rueda que está a medio camino de los scooters de rueda baja y los de rueda alta, optando por llantas de 14 pulgadas, que han sido creadas mediante aluminio fundido en las que la mayor parte de su estructura es hueca. El sistema de frenado también es liviano, con un disco simple , mientras que el freno trasero es de tambor.
El apartado de suspensiones es similar al del resto del mercado, con una horquilla telescópica hidráulica en el tren delantero, mientras que en la trasera el motor hace las veces de basculante y cuenta con un amortiguador hidráulica.
La altura máxima del conjunto, que se sitúa en 1.325 mm, su longitud total, de 1.845 mm y, sobre todo, su distancia entre ejes, 1.260 mm, son, junto con el peso, los factores claves de la capacidad de giro y de un scooter que con 665 mm de ancho permite buscar los huecos entre el tráfico. Parte de su comodidad reside en la sencillez de su diseño, en el que la plataforma es plana, lo que ayuda a abrir el abanico de conductores que con diferentes estaturas se manejan sin problemas. Además de la ergonomía en cuanto a postura, los contrapesos de los manillares son metálicos, algo que poco a poco se va haciendo habitual en los scooters económicos y que ayuda a que las vibraciones sean menores en el manillar.
Pensando en la comodidad, Suzuki ha recurrido a un freno de estacionamiento que mediante la activación mecánica del freno trasero y el movimiento de una lengüeta metálica, bloquea el tambor. Gracias a ello se puede estacionar en cuesta con la pata lateral sin miedo a que el scooter se mueva.
Ahondando en el apartado de la comodidad y la utilidad, el Suzuki Address equipa dos estriberas abatibles para el pasajero y un pedal de arranque por si la batería está en las últimas, una solución sólo vista en motores de carburación.
El espacio de carga es limitado, aunque teniendo en cuenta el tamaño del scooter poco más había disponible. De hecho, bajo el asiento entra un casco integral sin problema. Complementando la oferta de carga, ofrece dos pequeñas guanteras descubiertas en las que puede entrar una botella de agua o un bote de refresco, además de disponer del típico gancho para bolsas.
Como en otros scooters de la firma japonesa, el contacto está protegido y puede bloquearse o desbloquearse con la propia llave para dar el contacto o abrir el asiento y acceder al depósito de combustible.
Estética deportiva
No cabe lugar a dudas que la deportividad está en el ADN de Suzuki y muestra de ello es que intentan imprimirlo en la mayor parte de sus vehículos y el Suzuki Address no es menos. Su estética afilada y agresiva, en la que el negro es elemento común, se resalta con el resto del color del vehículo y que actualmente está disponible en blanco, plata y negro. Además, en breve, llegarán unidades decoradas bajo la inspiración de las motos de MotoGP que emplean Aleix Espargaró y Maverick Viñales en el Mundial y que formarán parte de una edición limitada con un aire todavía más “racing”.
En esta línea deportiva juegan un papel vital los sistemas de iluminación. En el frontal se encuentran los intermitentes, grandes, afilados y texturizados, que además albergan dos luces de posición, todo ello intentando aumentar la visibilidad del conjunto. Ya en el manillar, un faro halógeno termina de diversificar la luz que emana el Suzuki Address en su parte delantera y que además de para ser visto, hace que aumente la iluminación de la calzada durante las horas nocturnas. En la parte trasera, el sistema de alumbrado tampoco se queda corto, un gran faro con las tulipas texturizadas, buscan la mayor visibilidad tanto con las luces de posición como a la hora de frenar y de señalar las maniobras con los intermitentes.
El cuadro de instrumentos, perfectamente acabado, al igual que todo el conjunto, ofrece la información de manera clara y suficiente. Su velocímetro mecánico es predominante y en su zona central cuenta con el cuenta kilómetros en la parte de arriba y el indicador de intermitente en la de abajo. También mecánico es el indicador de combustible. El panel lo rematan en los laterales los indicadores de las luces largas en un lado y del sistema de inyector en el otro.
Para complementar la estética, Suzuki pone a disposición de los clientes una extensa gama de accesorios que aumentan la capacidad de carga, mejorar la estética mediante adhesivos o protegen del viento y el frío gracias a los paramanos y la cúpula.
Haciéndose hueco entre el tráfico
Durante la toma de contacto que tuvimos con el nuevo Suzuki Address se puede decir sin miedo a equivocarse, que tuvimos tiempo suficiente para poder sacarle todo el jugo y conocer de cerca las virtudes y los puntos a mejorar de un scooter económico (1.990 €) que llega dispuesto a plantar cara al abono transporte de la capital madrileña y es que se puede financiar con una cuota de 75 €/mes, a penas 20€ más, a los que sumar consumos, seguros e impuestos municipales) y con las posibilidades que ofrece un transporte puerta a puerta.
Metidos de lleno en la prueba, poco después de arrancar aparecimos en la mismísima Gran Vía madrileña, en plena vorágine de un día de diario sobre las 10 de la mañana. Pronto uno puede percibir que el carácter del motor está pensado para ganar en el arranque a los coches sin ningún tipo de problema. También pudimos poner a prueba la tan anunciada agilidad del scooter, esquivando el tráfico, los taxistas, los autobuses, los repartidores en doble fila… y la solvencia demostrada, así como la precisión de giro permiten afirmar que la esencia del Address es la ciudad y cuanto más atascada mejor. Siempre con la prudencia requerida, fuimos avanzando por la calles de Madrid, llegando a la zona de Ciudad Universitaria y posteriormente a la vera del Manzanares, donde pudimos comprobar que también se desenvuelve bien cuando la vía está libre.
Después de volver a sortear el tráfico cruzando por la mítica Puerta del Sol, terminamos pasando por la Estación de Atocha para subir al Retiro antes de pasar por la Puerta de Alcalá y Cibeles, en un recorrido muy bacheado en el que también pudimos poner a prueba la capacidad de las suspensiones y los frenos para no dejarnos un punto del scooter sin poner a prueba.
Valoración final
Lo que hay que tener claro antes de emitir cualquier veredicto sobre un scooter destinado a los conductores del permiso B es precisamente eso, que se trata de un vehículo para gente con poca experiencia sobre las dos ruedas, pero que quiere o necesita un medio de transporte rápido, económico y eficaz. El Suzuki Address cumple esos tres requisitos. Gracias a su agilidad y la capacidad de salida de su motor, se trata de un scooter ideal para ganarle el pulso a las aglomeraciones del tráfico. Pronto transmite confianza, gira lo que uno quiere y no hace que la dirección se cierre más de lo esperado. También es económico, tanto en consumo, como en precio inicial, así como en mantenimiento tanto por la accesibilidad de los mecánicos a las partes a sustituir en las revisiones, como por los consumibles que se emplean en las mismas. Gracias a estos dos primeros puntos se puede considerar eficaz, porque puede transportarte de un lado a otro de la ciudad en un tiempo razonable y por un precio asumible para una economía sin grandes capacidades.
Si bien es cierto que su motor no es el más potente del mercado, su ligereza, que llegado el momento permite levantar la rueda delantera para esquivar un coche, hace que sea efectivo y más que suficiente para el ajetreo de la ciudad, aunque puede quedarse justa en circunvalaciones.
En cuanto al apartado de suspensiones y a pesar de su contenido peso, no destaca frente a sus rivales, con un conjunto cómodo para circular pero que puede llegar a quedarse justo en los socavones que presenta una ciudad como Madrid. Otro aspecto importante es el sistema de frenado, en el que el freno trasero, de tambor, funciona a la perfección y se convierte en un aliado magnífico para ayudar en la frenada a un disco delantero que si bien es capaz de detener el conjunto, exige una fuerza extra en la mano que se puede evitar combinando la frenada.
Se nota que el scooter se ha diseñado pensando en la comodidad y es que aunque estuvimos más tiempo de lo que es habitual en las presentaciones a los mandos, su postura cómoda y el hecho de llegar sin problemas al suelo con los dos pies hace que todo sea más relajado.
Su capacidad de carga no es excesiva, pero se muestra eficaz teniendo en cuenta las dimensiones del vehículo, una capacidad que gracias a los accesorios originales de Suzuki y combinada superaría la nada despreciable cifra de 60 litros. Eso sí, se echa de menos una guantera cerrada con una toma para poder cargar el móvil, algo que vendría muy bien en un scooter urbano.
La estética es acertada, joven y deportiva, cuidando mucho los detalles y la visibilidad gracias a los sistemas de alumbrado, eso sí, el panel de mandos, aunque tremendamente efectivo, no acompaña en lo visual al resto de un conjunto muy elaborado.
Lo mejor:
- Precio
- Agilidad
- Consumo
- Prestaciones
Mejoraríamos:
- Tacto del freno delantero
- Diseño del panel de mandos
- Guanteras
