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Prueba Suzuki GSX-S750 A2 2019: orgullo naked limitable

Fotos: Suzuki
Dos años después del lanzamiento de la GSX-S750, Suzuki ofrece una versión limitada a 47.5 CV para motoristas con carné A2, un modelo naked deportivo con una parte ciclo monolítica y una frenada superlativa, para entrar en el mundo de las "motos grandes" con las máximas garantías de éxito.

Esta Suzuki GSX-S750 limitada a 47.5 CV nos ha traído a la memoria un modelo mítico de la firma de Hamamatsu que abría una saga de éxitos, cerrada hace apenas un par de temporadas, como quien dice. Sí, se trataba de aquella Bandit 400, una naked recogida y “cañera”, que, pese a su tamaño y desnudez, apareció en el mercado amedrentando con su ferocidad a otras señoras del asfalto, que se pavoneaban hasta aquel entonces en reuniones de motoclubs y concentraciones como las dominadoras de la carretera.

Sin embargo, la suavidad y la nobleza de esta magnífica GSX-S750 actual nada tiene que ver con aquel gato montés que Suzuki puso en el mercado nipón para dar un puñetazo en la mesa, tan fuerte, que su onda expansiva se extendió al resto del planeta. Ha sido únicamente la orientación juvenil que seguía la 400 de entonces, y con la que se limita ahora esta 750, la que nos ha traído a la memoria aquel “pepino de cañón recortado”, que hizo las delicias de los más quemados a caballo entre la década de los ochenta y los noventa.

Ciertamente la Suzuki GSX-S750 A2 que tuvimos oportunidad de probar por las carreteras alicantinas durante su presentación nacional a prensa, llega al mercado abierto del A2 como una propuesta soñadora para cualquier joven actual que haya quedado atrapado por la atracción que proyecta el mundo de la moto y que quiera introducirse en él, conduciendo uno de los modelos más sólidos e impactantes del mercado.

El motor de La Suzuki GSX-S750 A2 limitado a 47 CV, pero todo el potencial de su parte ciclo y toda la capacidad de su frenada intactos.

Sport-touring

El manillar, de aluminio en esta última versión, se sitúa un punto adelantado, abriendo lo que podíamos llamar una “anchura media” en el mundo naked. Las estriberas van ancladas sobre un eje imaginario algo retrasado y elevado unos centímetros. En cuanto al asiento, se dispone de forma que te sientes integrado en la moto, quedando también desplazado ligeramente hacia atrás con respecto a la dirección de la moto, para dejar nuestras posaderas más o menos encajadas en su ergonomía. Este detalle del asiento asegurará la conducción del principiante, llevándolo particularmente sujeto, mientras que su altura al suelo de 820 mm, en conjunto con la estrechez que muestra delante, facilitará las maniobras en parado y de garaje a las tallas menos corpulentas.

De esta manera, la GSX-S750 A2 coloca a nuestro ilusionado joven tras un manillar que le hará realmente sencillas sus primeras maniobras urbanas (probablemente las más cotidianas que vivirá en el futuro) con una postura de las piernas que, además, le invitará a hacer sus primeros escarceos en la conducción deportiva. En definitiva, una disposición sport-touring, que es ni más ni menos, hacia donde apunta todo el conjunto de este modelo, para disfrutar de las intensas sensaciones que le traspasarán el cuerpo cada vez que pulse el botón de arranque.

La Suzuki GSX-S750 A2 en acción vista desde arriba.

Arrancamos

Presionamos el botón de arranque, por cierto, con la tecnología Easy Start System (con un leve toque sobre el pulsador la moto arranca instantáneamente y sin esfuerzo), hasta que el tetracilíndrico cobra vida, produciendo un susurro al ralentí, tan discreto como característico. Antes de iniciar la marcha, el embrague nos pide apretar la maneta sin titubeos, mientras que la palanca de cambios se siente como una suave pulsación bajo el pie para insertar la primera. Soltamos y nos vamos.

En la franja baja del cuentarrevoluciones, la sensación del GSX-R750 K5 limitado a 47.5 CV es la que podríamos describir para una moto eléctrica. Más arriba, para caldear las emociones del joven motorista, las vibraciones empezarán a dejarse sentir lo justo para percibir que conduce un motor que palpita con el corazón de una auténtica japonesa deportiva.

El Bridgestone Battlax Hipersport S21 en La Suzuki GSX-S750 A2 .

Todo facilidades

Al llegar a la primera rotonda, detectamos de inmediato la primera cualidad destacable de esta siete y medio, particularmente para nuestro joven de la prueba: su manejabilidad. Lo cierto es que todo son facilidades a la hora de virar para entrar en la curva, con los 213 kilos que desplaza esta GSX-S750 A2, una vez efectuados todos sus llenos.

El chasis doble viga y las cotas geométricas, particularmente contenidas (distancia entre ejes de 1.455 mm), hacen de los cambios de dirección lo que será una tarea sencilla y natural para nuestro incipiente motorista durante sus primeras salidas, algo que se convertirá más adelante en un verdadero deleite, en cuanto quede atrapado por la fascinación de sentirse conduciendo toda una siete y medio de alto calibre en cada escapada, por muy limitado que lleve su tetracilíndrico.

En cuanto al paso por curva, esta GSX-S750 A2 transmite al principiante la sensación de ir directamente sentado, y tumbado, sobre el pilar de un puente. Por si fuera poca la solidez monolítica que ofrece su parte ciclo, Suzuki la ha calzado con unos Brigestone Battlax Hypersport S21. Unos neumáticos que no hacen otra cosa sino dar un pespunte más a esa confianza ciega que transmite a nuestro joven protagonista, para que aprenda, evolucione y disfrute finalmente de una conducción fluida y cada vez más precisa por las carreteras reviradas más diversas, ya que cualquiera de ellas, con la GSX-S750 A2, se propondrá como la favorita de sus futuras salidas dominicales.

Presentación Suzuki GSX-S750 A2 en las carreteras alicantinas.

A la hora de dar gas

Antes de enroscar el puño, hablemos de la fórmula empleada para aplicar la limitación administrativa del A2. Suzuki monta unos inyectores alargados de diez orificios, ha recortado la relación final de transmisión para optimizar la aceleración, sensiblemente recortada de la versión full power, pero ha basado toda la limitación de la potencia en una centralita exclusiva para que la GSX-S750 rinda los 47.5 CV permitidos, y ni uno más. De esta manera, si su propietario quisiera prescindir de esa restricción, debería adquirir la centralita que abre la puerta a la potencia, hasta los 95 CV de esta versión limitable.

Recordemos, por otro lado y antes de continuar, que la versión libre para el carné A, de esta GSX-S750 rinde 114 CV, con lo que difícil será encontrar alguna de 95 circulando por nuestras calles. Como es de esperar en un motor tan afinado y redondo, su entrega de potencia se desarrolla de una forma tan progresiva como asimilable. El cuentarrevoluciones sube por tanto de una forma lineal, hasta que se aplana por completo, allá por encima de las 7.000-8.000 rpm. Pero al cerrar el acelerador, las emociones no cesan, ya que sentiremos la excitación que produce cada golpe de gas al reducir una y otra marcha, con una retención supina y poco común en el segmento dedicado al A2.

La Suzuki GSX-S750 A2 en una de las retorcidas carreteras alicantinas.

Además de la limitación administrativa, cada aceleración se desarrolla bajo la supervisión de un control de tracción seleccionable en tres niveles, dos de ellos pensados para una intervención en seco, con alternativa más sport o más rutera, que vigilarán las reacciones de la moto ante las posibles imprecisiones de ese joven principiante, mientras que el tercer nivel, el más intrusivo, se ha programado para una conducción en mojado. Además de esta selección, el criterio electrónico de Suzuki permite desconectar por completo su control de tracción.

Por otro lado y a decir verdad, el tacto del acelerador mecánico se siente de una forma un tanto particular en esta siete y medio limitada, requiriendo un pequeño periodo de adaptación para afinar la mano de nuestro joven protagonista, sincronizando con la entrega de este alazán que lleva el bocado tirando de sus ímpetus. El punto off-on, es decir: el paso de la tracción cero a la primera dosis de empuje, resulta algo crítico en las primeras aceleraciones. Lo mismo ocurre al cubrir el trazado de una curva a medio puño y encarar la salida abriéndolo por completo. Si hacemos ese paso de la mitad al todo en un golpe, parece que la Suzuki se lo piensa durante una décima antes de entregarnos el resto de lo que dan de sí sus 35 kw. Sin embargo, estamos seguros de que al cabo de los kilómetros, la mano ya afinada del joven motorista pasará tabla rasa sobre estos dos resaltes del acelerador.

Perfil izquierdo de La Suzuki GSX-S750 A2.

Frenada sin límites

A la hora de parar, lo mismo que a la hora de apoyarse en cada inclinada, la GSX-S750 limitada a 47.5 CV está entera, con todo su potencial intacto y listo para detener el conjunto en un espacio inverosímil. Ni que decir tiene que la capacidad de los discos flotantes, con perfil ondulado y 310 mm de diámetro que monta delante, y el de sus pinzas de cuatro pistones con anclaje radial, están un rascacielos por encima del chalé con planta baja que levantan las prestaciones del motor recortado.

Con este potencial a la hora de frenar, la confianza de nuestro joven gana otro carretón de enteros, por si no llevara ya bastantes, para aprender a disfrutar de esta siete y medio, respaldado por la máxima seguridad que ofrece la frenada más efectiva con la que pudiera soñar, contando con la salvaguarda, además, de un ABS conectado de forma fija.

Pero aparte de esta sobrada capacidad, el tacto de la maneta derecha resulta fino, dosificable al milímetro, bajo los dedos con poca experiencia de nuestro protagonista. Una opción que se abre para pulirse en la comprometida maniobra de parar la moto, bien con la suavidad y la parsimonia que sugiere un semáforo avistado en rojo desde la distancia, o bien con la potencia que exige una de tantas eventualidades que salen al paso del motorista en la calle.

Displya minimalista pero completo en La Suzuki GSX-S750 A2.

Ergonomía y detalles

Bien es cierto que se trata de una naked, por supuesto, pero siguiendo las últimas tendencias de este tipo de motos, la Suzuki GSX-S750 A2 se perfila con unas líneas que, observadas con detenimiento por el joven principiante, verá recortado, casi al detalle, el alojamiento para sus piernas en los costados del depósito, lo mismo que la protección que les ofrece la breve carrocería que se abre en torno al radiador. Además de ello, la parte superior del tanque se eleva en una discreta chepa y se extiende, a su vez, con dos alas por los laterales para cubrir al conductor en una proporción que no intuye en parado y con la que desde luego no cuenta, sobre el papel, el estilo naked, definido como el cero absoluto de la protección.

No podemos cerrar este apartado sin señalar especialmente el hueco que ofrece esta Suzuki bajo el asiento del acompañante, cerrado con llave. Es realmente llamativo, más aun hoy día, encontrar no ya una naked, sino una moto de cualquier tipo en la que puedas guardar un chubasquero y un bocadillo para un tentempié, además de la bolsa con las herramientas de origen y la documentación. Incluso si nos ponemos a ahondar más en la cavidad que se extiende bajo la plaza del piloto, seguro que nos caben unas gafas dentro de su funda.

La imponente planta de La Suzuki GSX-S750 A2.

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