Prueba SYM Joymax Z+ 125 2021
Un nuevo GT llega a la ciudad


El SYM Joymax Z+ 125 no tiene un predecesor como tal en nuestro país, puesto que, aunque si apareció en algunos mercados un Joymax Z en 2018, no llegó al nuestro. Sí podríamos encontrar un predecesor en el SYM Joymax 125i 2014. Un scooter de corte gran turismo como nuestro protagonista, que en esta versión Z+, en nuestra opinión, se ha visto claramente superado en todos los aspectos.
No en vano comparte todos sus componentes, salvo la carrocería, con uno de los scooter de 125 cc más carismáticos de la actualidad: el SYM Cruisym Alpha 125. ¿La diferencia entre ambos? Salta a la vista. Mientras que este último es un GT de aire deportivo, con un diseño impactante caracterizado por sus líneas esbeltas y afiladas, el SYM Joymax Z+ 125 es de líneas suaves y elegantes. Más discreto, pero no por ello menos atractivo, que se dirige a un público masculino y femenino a partes iguales que anhela lo que en SYM denominan "la opción inteligente". Es decir, un scooter muy eficaz y de suficiente calidad, sin que se disparen los costes con elementos accesorios no imprescindibles.
Rivales para él se pueden encontrar muchos en el mercado. En la franja de los 4.000 € (recordemos que cuesta 3.999 € con 5 años de garantía transferibles y seguro a terceros incluido el primer año), quizá el que más se le aproxima es el KYMCO Super Dink 125 (4.250 € con el primer año de seguro incluido). Por encima, en la franja de los 5.000/5300 € ya, se sitúan el Yamaha XMAX 125 y el Honda Forza 125, las referencias del segmento de scooter GT, que son algo más completos en cuanto a equipamiento y desprenden mayor exclusividad, pero también son un 25 por cien más caros.
CARACTERÍSTICAS Y EQUIPAMIENTO
Son muchos los aspectos a tratar desde el punto de vista técnico, entre otras cosas porque el SYM Joymax Z+ 125 es un scooter completamente nuevo. Quizá, y después de rodar más de un centenar de kilómetros en los más variados ambientes, diría que toda gira en torno a su bastidor de doble cuna de acero. No está a la vista en ningún momento, pero es quien soporta al resto de componentes y armoniza el que a la postre será su excelente comportamiento dinámico. Sin salir de la parte ciclo, destacar su horquilla telescópica sin posibilidad de ajuste, como es normal en un scooter, y el doble amortiguador trasero que se ancla directamente al motor portante y que es regulable en precarga de muelle. Este es un factor fundamente en cualquier vehículo, y más de su categoría, para poderlo adaptar al peso que va a transportar (pensando en uno o dos ocupantes). Y es que, si se hundiera mucho de detrás, la dirección pierde precisión y la pisada de la rueda delantera estabilidad. La frenada, equipada con ABS Bosch 9.1, está garantizada con el disco delantero de 260 mm mordido por pinza de 2 pistones paralelos, y por el disco trasero de 240 mm y pinza de simple pistón. Para centralizar el peso, el depósito de combustible de 12 litros de capacidad, que augura una excelente autonomía, se ubica entre los pies.
El propulsor monocilíndrico con refrigeración líquida cubica 124.9 cc, y para él se declaran 14,3 CV de potencia máxima a 9.000 rpm. Cumple con la normativa anticontaminación Euro 5, y para ello se ha recurrido a un sistema de inyección Keihin muy eficaz y por supuesto a la instalación de un catalizador más restrictivo. El propulsor tiene algunas características internas que le aportan valor añadido, como el tratamiento cerámico de su cilindro, o un eficiente variador continuo que reduce teóricamente las vibraciones a la mínima expresión.

El equipamiento del SYM Joymax Z+ 125 llama la atención. Es muy completo. Aunque no es menos cierto que echamos en falta algún gadget que lo haría todavía mejor. Así, monta grupos ópticos delantero y trasero full-LED, aunque los intermitentes son de bombilla halógena. Bajo el asiento en dos alturas se encuentra un enorme hueco de 48 l. de capacidad en el que caben dos cascos integrales. Se accede a través del clausor central, y dispone de un generoso amortiguador para elevarse y mantenerse abierto sin problemas. Eso sí, carece es de luz de cortesía, que se echa de menos sobre todo si accedemos a oscuras, en el garaje de casa, por ejemplo. La capacidad de carga se complementa con una enorme guantera tras el escudo con toma USB 3.0. Todo un detalle. El parabrisas es regulable manualmente (mediante un par de tornillos) en dos alturas, mientras que la instrumentación combina información analógica (velocímetro y cuentarrevoluciones) y digital. Aquí encontramos los cuentakilómetros total y parcial, reloj, voltaje de batería, temperatura del refrigerante y nivel de combustible. Echamos en falta, eso sí, un indicador de temperatura ambiente, siempre muy útil.
Finalmente, y completando el equipamiento, el SYM JoymaxZ+ incorpora un práctico caballete central, además de la pata de cabra, que facilita los estacionamientos y las posibles labores de mantenimiento del vehículo.

EN MARCHA
En ambiente urbano el nuevo GT de SYM se desenvuelve como pez en el agua. Con su bajo centro de gravedad, y equipado con llantas de 14" y 13" delante y detrás respectivamente, su manejabilidad en parado y a baja velocidad está garantizada. Esa apariencia de 'gran turismo' no la sientes al desplazarte, y es capaz de circular con soltura por zonas angostas y de denso tráfico. A estas buenas sensaciones también influyen aspectos como la baja altura de su asiento con respecto al suelo (que te permite “remar” con gran facilidad) o las contenidas dimensiones de su elegante y moderna carrocería. No es particularmente ancho, y eso es algo que se gradece en la mayoría de las circunstancias en las que en la práctica se utiliza un scooter de sus características. Y más aún dadas sus limitadas prestaciones (no deja de ser un 125 cc), y en consecuencia por la velocidad máxima que alcanza la protección aerodinámica no se ve particularmente afectada… Si bien, siempre es de agradecer, especialmente al circular por vías de extrarradio. En estas circunstancias, la pantalla regulable en dos alturas manualmente juega un papel importante, y protege bien incluso en la posición más baja. Los conductores corpulentos pueden acusar algo de presión del viento en brazos y piernas, pero sea como fuere, nunca será nada exagerado.
También influye, y mucho, al rodar por la ciudad, el tacto y comportamiento de su motor. Y aquí no hay pega alguna tampoco. Es muy suave y progresivo, muy agradable, y la respuesta de su acelerador es realmente precisa, lo que te permite circular a bajísima velocidad con total sensación de control sobre el vehículo. También es cierto que, pese a carecer de vibración alguna en marcha o al ralentí, si estas detenido con el motor arrancado y mantienes presionada la leva de freno trasera, hay un incremento considerable de la resonancia del variador que llega hasta el conductor. Para que esto no se perciba, tan fácil como mantenerse detenido presionando simplemente el freno delantero. Por cierto, carece de sistema start-stop y de llave inteligente, unos complementos que si tienen sus rivales de mayor precio, aunque a la postre de similar comportamiento dinámico.

A la hora de circular en el SYM Joymax Z+ también conviene incidir sobre factores como la ergonomía, la habitabilidad o el confort de su asiento. A sus mandos no te encuentras en una posición particularmente reclinada hacia atrás, más bien erguido, lo que a la larga confiere mayor descanso para la espalda. Un acierto en este sentido. Por otro lado, para las piernas hay mucho espacio, y pilotos de cualquier talla son bienvenidos al Joymax Z+ sin problema alguno. De hecho, el espacio para los pies ya sea en la plataforma o tras el escudo es más que suficiente en cualquier caso. El asiento de doble altura es muy amplio y de mullido firme, pero confortable, y destaca especialmente lo bien resuelto que está el soporte lumbar del conductor. Te adaptas a él de manera sobresaliente y contribuye positivamente en los aspectos mencionados anteriormente: ergonomía y confort. Para el ocupante el asiento es igualmente destacable, cuenta con dos grandes asas traseras y unos reposapiés retráctiles que cuando no están desplegados se camuflan tanto que pareciera que ni los equipase.
El propulsor, hablando de prestaciones puras, es difícil de valorar objetivamente sin medir sus prestaciones o compararlo directamente con sus rivales. Lo cierto es que se percibe con buenos bajos y medios, y muy agradable, como ya he mencionado antes. Dejándolo correr con algo de pendiente ves los 125 km/h de marcador. Está bien, aunque creo sinceramente que le falta "un pelín" para alcanzar las prestaciones de los máximos exponentes de la categoría. Que recordemos… son considerablemente más caros.
Un aspecto más importante si cabe, es que la parte ciclo brilla a una altísima altura. El Joymax Z+ "se pega" literalmente al asfalto rodando en carretera. Y no solo por el buen rendimiento de los neumáticos Maxxis que calza de serie. La rigidez de su bastidor, que ofrece confort y mucha estabilidad en zonas rápidas o lentas, el acertado tarado de sus suspensiones, y la potencia y tacto de la frenada, te permiten dar rienda suelta a la diversión dentro de las limitaciones de un scooter del octavo de litro. Imperturbable pero sensitivo, vas percibiendo en todo momento sus reacciones y cuando llega a su límite te advierte con el roce del caballete contra el asfalto. Sin duda es un scooter divertido cuando quieres, y lo que es más importante, muy seguro.
