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Prueba Triumph Speed Triple RS 2018: Speedifen 1050 en vena

Prueba Triumph Speed Triple RS 2018
Fotos: Kingdom Creative/Triumph
La séptima generación del medicamento naked sport del fabricante británico se actualiza con una electrónica más avanzada, un propulsor tricilíndrico de 150 CV y una versión RS "full equip" dotada de todo lo necesario para calmar cualquier síntoma de fiebre, dolor, migraña o artritis reumatoide. Manténgase fuera del alcance de los niños.

La última novedad del catálogo de Triumph ha sido toda una sorpresa, pues nada supimos de ella tras la última edición del Salón EICMA de la Moto de Milán, un secreto bien guardado que ha llegado en un momento “relajado” de la temporada motociclista. La última evolución de la street fighter británica se desvelaba a principios de este mes, como desenlace de una llamativa campaña de vídeos-teaser con los pilotos Carl Fogarty y Gary Johnson como protagonistas. Si el año pasado disfrutamos con la Street Triple, ahora le toca el turno a “la grande”.

El apellido Speed Triple ya tiene 24 primaveras a sus espaldas, siendo el modelo más longevo de la nueva era de la historia de Triumph. La 900 T309 de 1994 marcó el camino a seguir, con un contundente motor tricilíndrico que se ha convertido en seña de identidad de la firma británica: The Original Hooligan rezaba el anuncio de la época. Tres años después apareció la T509, una moto completamente nueva con motor de inyección que ya montaba elementos característicos de la personalidad de este modelo como el basculante monobrazo o la doble óptica delantera independiente. En 1999 el motor creció hasta los 955 cc y la cuarta generación llegó con la 1050 en 2005, un motor que continúa evolucionándose desde entonces. Supuso un gran salto respecto a sus predecesoras, con chasis corto, horquilla invertida, pinzas radiales y doble salida de escape bajo el colín. La Speed Triple V se presentó en 2012 y hace dos años disfrutamos de la Speed Triple VI en el Circuito de Calafat, ya con una dotación electrónica superior.

La Triumph Speed Triple 2018 se sigue desdoblando en dos versiones, la S (14.150 €) y la RS (16.250 €), esta última en sustitución de la R que conocíamos hasta ahora. Los 2.100 € extra de la RS respecto a su hermana se traducen en la adopción de suspensiones Öhlins (horquilla invertida NIX30 y monoamortiguador TTX36) en vez de Showa, silenciosos Arrow de titanio cepillado (homologados), llave de proximidad, unidad de medición inercial (IMU) firmada por Continental, quinto modo de conducción Track y ABS/control de tracción en curva (desconectables). Otros detalles estéticos interesantes pasan por la quilla, tapa de colín, guardabarros delantero/tapas de radiador en fibra de carbono, asiento confort 3D Mesh, manetas Brembo MCS regulables y subchasis en color aluminio mate.

Chasis (doble viga de aluminio), motor, caja de cambio y embrague antirrebote asistido son los mismos para ambas, igual que el acelerador electrónico y los 4 modos de conducción (Rain, Road, Sport y Rider). La anterior instrumentación analógica-LCD deja paso a otra con pantalla TFT a color de 5 pulgadas (3 diseños diferentes para mostrar la información según el modo de conducción elegido) ya vista en la Tiger 1200, Tiger 800 y Street Triple. Llantas de aleación rediseñadas (5 palos en estrella), piñas retroiluminadas, control de velocidad, luz diurna LED, tija triple y toma de corriente USB completan el ‘pack de serie del dúo Speed’. Cabe decir que nuestra RS de pruebas se mejoraba con el cambio semiautomático up & down y los puños calefactables, dos prácticos extras opcionales muy a tener en cuenta en la futura adquisición del modelo.

Instrumentación TFT a color de 5 pulgadas en la Triumph Speed Triple RS

Primer sobrecito: carretera

Siempre hay que leer el prospecto de un medicamento antes de ingerirlo y, con algo de información previa, nada mejor que disolver un primer sobre de “Triumph Speedifen Triple RS 1250 mg granulado” en un vaso de agua y esperar a sentir sus efectos. Nuestra RS es un auténtico antídoto frente a la apatía y el aburrimiento, una máquina que no muestra cambios externos significativos en lo que a diseño se refiere pero cuyo motor guarda en su interior tantas modificaciones que potencian como nunca el carácter que conocíamos hasta ahora. Con una parte ciclo y equipo de frenada ya excelente (pinzas delanteras radiales Brembo M4.34 y nuevas pastillas), aderezado con un poco más de electrónica para equilibrar la balanza, poco más se puede pedir.

Y es que la Triumph Speed Triple RS nos sorprende con una nueva optimización de un propulsor tricilíndrico 12 válvulas y 1.050 cc al que nunca auguré una vida tan larga, pero que me va entusiasmando continuamente en cada actualización. Hasta 105 nuevos componentes de motor se han introducido en esta Speed Triple VII. Las nuevas especificaciones declaran 150 CV a 10.500 rpm (10 CV más que antes) y 117 Nm a 7.150 rpm (5 Nm más) adoptando un cigüeñal aligerado, camisas de los cilindros de aluminio con revestimiento de Nikasil, un motor de arranque más pequeño y una batería/alternador más ligeros. Pistones, culata y colectores de escape se han trabajado para aumentar la relación de compresión y la entrega de potencia. El nuevo cárter precisa de menos aceite para lubricar el motor, ofrece menor resistencia aerodinámica y mejora la distribución de pesos, sin olvidar su incidencia en el aligeramiento total de la moto (ahora 189 kg en seco, 3 kg menos que la versión 2017 y algo más llena por la menor cantidad de aceite del cárter).

La Triumph Speed Triple RS incluye 5 modos de conducción

Combinando los modos de conducción Road y Sport, la Speed Triple RS se siente más cómoda y ágil que nunca. Manillar plano pero estrecho, mucho hueco para moverte y cómodo asiento. En tramos revirados no es tan ágil como la Street Triple RS (los 23 kg extra imponen su ley), pero casi. ¿La clave? un tema de inercias. Charlando con Felipe López Córdoba, responsable del desarrollo de chasis de Triumph, me confiesa que se han reducido las inercias del motor en un 18%, una auténtica barbaridad. La sensación de manejabilidad debido a la ligereza es salvaje: ¡si me dicen que han quitado 10 kg de peso me lo creo!

El chasis da plena confianza, con una suspensiones “pata negra“como sólo los suecos de la Ö saben hacer. Circulando en un serpenteante tramo de montaña a muy buen ritmo, acometí un doble rasante con mucha deportividad y… terror al mismo tiempo. Levanté la rueda delantera en el primero hasta que el anti-wheelie cortó la progresión ascendente, regalándome una bella estampa cual piloto del TT. Lo malo es que la cagué en el segundo, al comérmelo y volar descompensado con el tren trasero girado antes de acometer una recepción asfáltica previsiblemente desastrosa. En cuestión de segundos, y con la rueda delantera perfectamente recta eso sí, la Speed Triple RS se recompuso al instante, mientras mi culo volvía a ocupar el asiento y mi rostro volvía a coger color. ¡Milagroso!

Además, el carácter del propulsor es más agresivo que nunca y, a poco que aceleras a fondo en marchas cortas, la rueda delantera busca el cielo rápidamente. La curva de par es superior, lineal y sin baches, una auténtica delicia. No necesitas jugar mucho con el cambio pues siempre hay fuerza en cualquier marcha, con recuperaciones dignas de motores de mayor cilindrada. Esta agresividad no significa que también sea violenta pues, a pesar de que demuestra una entrega de potencia contundente, nunca es tan directa como para ser desagradable o incómoda: sensacional.

Nivel de ayudas a la conducción en la Triumph Speed Triple RS según el modo de conducción elegido

La nueva unidad de medición inercial (IMU) desarrollada en colaboración con Continental es otro de los puntos fuertes de la RS, pues interpreta constantemente los parámetros de inclinación lateral y longitudinal, radio de giro y aceleración para que la electrónica responda a las necesidades en cada momento. Ya puedes frenar hasta bien entrada la curva y acelerar antes de tiempo sin miedo a salir despedido: confianza total.

Ante semejante comportamiento en tramos de curvas enlazadas podría pensarse en un déficit dinámico en curvas rápidas a alta velocidad pero, nuevamente la Speed Triple RS nos sorprende: la estabilidad de la generación anterior se mantiene inalterada y todo va sobre raíles, un compromiso perfecto difícil de conseguir en una naked en la que el aire intenta desestabilizar el conjunto moto-piloto al chocar salvajemente contra tu cuerpo.

El control de velocidad de serie es otro puntazo, haciendo que te olvides del gas circulando por monótonos tramos de autovía/autopista. Quizá el pequeño parabrisas opcional (62,50 €) se hace muy útil en estas condiciones, castigando menos tu cuello y hombros.

La estabilidad de la Triumph Speed Triple RS es excelente, tanto en alta como a baja velocidad

Segundo sobrecito: circuito

El Circuito de Almería (Tabernas) nos recibía en excelentes condiciones y con una agradable temperatura, ideal para calentar los Pirelli Diablo Supercorsa SP de serie rápidamente, en esta ocasión con presiones 2.1 kg delante y 1.9 kg detrás. Es un neumático que agarra muy bien, pero dura poco. Es hora de corroborar el buen feeling obtenido con la RS en carretera, sobre un interesante trazado de 13 curvas y 4 km, plenamente vigente 18 años después de su inauguración.

El Modo Track, exclusivo de la RS, hace acto de aparición, demostrando el 100% del potencial de nuestra RS. Cada uno de los 5 modos de conducción lleva asociado una entrega más o menos directa de potencia/intervención de motor, ABS y control de tracción. Botón “M” de la piña izquierda y botón inferior para confirmar con el gas cerrado, así de simple. Curiosamente, el ABS deja de funcionar en curva en Modo Track, manteniendo un control mínimo en ambas ruedas a la hora de frenar en lugar de liberar la rueda trasera como suele ser habitual en otros fabricantes. La Speed Triple traza sin enmienda, se muestra sólida y acata nuestras órdenes sin rechistar: ¡así da gusto!

El basculante monobrazo de aluminio es una seña de identidad de la saga Speed Triple de Triumph

El motor de la Speed Triple está tan lleno que puedes recorrer toda la pista (excepto las dos rectas) en tercera velocidad, con recuperaciones notables y una curva de potencia muy lineal. La recta de atrás es perfecta para disfrutar de la mayor estirada del nuevo motor, ya que sube 1.000 rpm más que antes, permitiéndote llegar a la penúltima curva en quinta a más de 240 km/h. El embrague antirrebote asistido cumple su función, evitando desagradables bloqueos en el tren trasero que desestabilizan tu trazada antes de la entrada en curva. El accionamiento de las nuevas manetas en pura mantequilla, con doble rótula dentada para regular presión y distancia a tu gusto.

El Modo Rider está diseñado para adaptar el comportamiento de la Speed a tu gusto, pudiendo modificar la intervención del control de tracción, el mapa de potencia y el ABS en cuatro, tres y dos niveles respectivamente, o incluso desconectar las ayudas, algo realmente innecesario dado el imperceptible trabajo de las mismas.

La curva de par de la Triumph Speed Triple RS es superior, lineal y sin baches, una auténtica delicia

Valoración Final

Bajo mi punto de vista, la Triumph Speed Triple RS 2018 ha evolucionado dos escalones en vez de uno, pues los cambios y el funcionamiento general de la moto son más notorios que el paso que hubo de la Speed Triple V a la VI en 2016. Los 16.250 € la sitúan en un segmento premium, pero su comportamiento y acabados lo merecen. Imagen musculosa, sugerente sonido e impecable y sólido funcionamiento. ¿Cómo rizar el rizo? Iluminación full-LED, mayor radio de giro para facilitar maniobras y suspensión electrónica semiactiva la situarían a un nivel sobresaliente, aunque seguramente ya alcanzaríamos la barrera de los 18.000 €.
El segmento maxinaked sport está muy competido, pero ahora la Triumph ya se mete de lleno y sin complejos en la lucha con otras rivales como la Honda CB1000R, BMW S1000R, la Ducati Monster 1200 S, la Suzuki GSX-S1000, Kawasaki Z1000 o Yamaha MT-10 SP. Es la única tricilíndrica de litro del mercado y su imagen rezuma clase, deportividad y personalidad a partes iguales.
Por otro lado, los más de 50 accesorios disponibles (piezas mecanizadas CNC, intermitentes LED, asiento bajo, protectores de chasis, cúpula sport, asas de pasajero, diversas opciones de equipaje, etc) para ella están diseñados para que los más sibaritas le terminen dando ese toque único e inconfundible.

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