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Prueba Triumph Street Triple ABS 2014: espíritu canalla

Fotos: Javier Ortega
La más pequeña de las integrantes de la familia naked sport de la firma británica es un juguete. Divertida, rápida, instantánea, manejable, ligera y con personalidad. Desde 2007 ha sido un referente y, llegado el caso, la puedes conducir con el A2: si la pruebas, te la quedas.

El segmento naked ha sufrido una importante revolución en los últimos años. La fórmula mágica de “suavizar” el motor de una supersport/superbike quitándole, además, las carrocería y montando un manillar ancho para hacerla más polivalente ha sido todo un éxito. Pero de entre todas ellas, hay que distinguir las más ciudadanas de las más deportivas. Triumph apostó desde el principio por el segundo grupo al lanzar la Street Triple en junio de 2007 basándose en su Daytona, recibiendo importantes modificaciones el año pasado.

Al margen de la parte ciclo, la potencia de la versión estándar pasó de los 106 CV originales a 95 CV para, en caso necesario, poder montar el kit de limitación a 48 CV para los usuarios del carné A2 que en la primera generación no era viable. Por supuesto, el otro cambio fundamental fue la adopción de un nuevo conjunto chasis-basculante de aluminio con silencioso por debajo del motor. Todo traducido en 6 kg menos de peso, mayor radio de giro y más agilidad.

Si la comparamos con su hermana Street Triple R hay bastantes más diferencias que el simple cambio de colores, suspensiones (regulables) o frenos (radiales). Los 1.100 € de diferencia entre ambas (7.595 € para la Street Triple ABS 95 CV) también incluyen unas geometrías más agresivas, guardabarros trasero, maneta de embrague regulable y 11 CV extra.

Caramelo

El carácter de su motor tricilíndrico es único, con una energía y viveza prodigiosas. Sólo si te bajas de la estándar y te subes en la R para recorrer tu tramo de curvas preferido notarás una pequeña mejora de punch pero, sinceramente, no echo en falta esos CV de más. Por otro lado, siete años en el mercado dan de sobra para pulir las pequeñas imperfecciones en una máquina que, todo sea dicho, ya nació redonda. La aguja del cuentarrevoluciones sube de vueltas rapidísimo, siempre tienes par motor disponible y la entrega de potencia es lineal, sin brusquedades y nada exigente. La realidad es que el 12 válvulas nunca desfallece y tarda muy poco en correr mucho.

Por otro lado, con la actualización del año pasado este modelo tiene mejor centrado de masas ya que ya no hay kilos “arriba” (el doble silencioso bajo el colín desapareció) y el reparto de pesos carga más el tren delantero, con lo que ayuda a afrontar con total confianza la entrada a cualquier viraje. Solamente en cambios de dirección rápidos con apoyos fuertes notarás un tren delantero algo “blandito” con una horquilla que hunde demasiado en conducción deportiva y frenadas fuertes, pero nada grave.

Pequeña, compacta, de reacciones instantáneas... la Triumph Street Triple lo tiene todo para hacer de la diversión una máxima en el día a día

Valoración final

Cada vez que he tenido la oportunidad de subirme en una Street he gritado de emoción dentro del casco, me he dejado llevar por el entusiasmo y he tonteado con el acelerador más de lo aconsejable. Esta moto transmite sensaciones de verdad, te olvidas de todo lo que no sea conducción y llega a ser realmente adictiva. Bien es cierto que hay motos de su segmento con mayor cilindrada y potencia como la nueva Yamaha MT-09, pero ninguna conjuga tan bien el “pack agilidad-estabilidad-precisión-potencia”. Comparadas con las “vulgares y anodinas” sensaciones que te pueden deparar la mayoría de los coches, la Street Triple es a la Speed Triple, por ejemplo, como si condujeses un 1.800 cc turbo de gasolina en vez de un 2.0 atmosférico, ¿me explico?

El secreto de esta Triumph reside en que, desde el primer instante, hace sentirte que tienes el control de la situación, transformándose en una eficaz herramienta que hace fácil lo difícil. Se adapta a cualquier conductor, independientemente de su experiencia, y ejecuta cualquier movimiento con precisión cuando todavía lo estás pensando.

Lo mejor:

  • Rendimiento del motor
  • Agilidad
  • Personalidad

Mejoraríamos:

  • Suspensión delantera blanda
  • Visibilidad por los retrovisores

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