Prueba Voge 525ACX
Más que una scrambler para el A2


Introducción, posicionamiento y rivales
Voge, como marca premium del grupo Loncin, ha venido gozando de una contínua renovación de sus modelos desde su llegada a España. Si hace poco probamos la Voge 350AC que complementa a la 300AC, la nueva Voge 525ACX (47,6 CV, 6.289 €) hace lo propio con la 500AC. La Voge 525ACX es una scrambler con vocación de moto-para-todo que ha recibido una serie de mejoras respecto a su hermana que la posicionan muy bien en una guerra en la que no faltan contendientes. Curiosamente, el segmento scrambler de cilindrada media ha crecido impulsado por el advenimiento de numerosos modelos, la mayoría de ellos fabricados en China (o el sudeste asiático) aunque la marca sea europea. La competencia, feroz, ha aumentado considerablemente la calidad de los modelos; un aspecto muy positivo que siempre beneficia al usuario, con mucha oferta para elegir y en la que seguramente encontrará el modelo que se ajusta a sus requerimientos y gustos.
Así, encontramos modelos como la Benelli Leoncino 500 (47,6 CV, 6.490 €), Macbor Eight Mile SCR (46,94 CV, 6.999 €), Fantic Caballero 500 (40 CV, n.d €), Brixton Crossfire 500 XC (47 CV, 7.699 €), SWM Six Days 500 (27,2 CV, 4.287 €, en oferta), Husqvarna Svartpilen 401 (44 CV, 6.099 €) y la recientemente anunciada Honda CL500 (47 CV, 6.750 €), que en breve pasará por nuestras manos.
Características técnicas y equipamiento de la Voge 525ACX
Aunque exteriormente no se adviertan muchos cambios respecto a la 500AC, sí que los hay. Y de los importantes. El cilindro, cuya culata tiene doble árbol de levas (DOHC) y cuatro válvulas por cilindro, crece en diámetro y pasa de 471 a 494 cc. El motor pasa a ofrecer 47,6 CV a 8.500 rpm y 44,5 Nm a 7.000 rpm. No significa necesariamente que la “chicha” esté arriba, porque la curva de par es bastante plana y se siente empuje en todos los regímenes. Nunca 23 cc habían dado para tanto, como veremos más adelante. La capacidad del depósito (19 litros) permite una autonomía teórica próxima a 500 kilómetros.
El chasis es perimetral en acero, con unas cotas de 1.450 mm entre ejes. La altura del asiento está a 790 asequibles milímetros del suelo y el peso en orden de marcha llega a 198 kilos. No es la scrambler más ligera del mundo, pero es fácil maniobrar en parado y a baja velocidad gracias a su altura contenida.
Suspensiones, frenos y neumáticos recurren a marcas de reconocido prestigio. La horquilla invertida es KYB, con diámetro de 41 mm y recorrido de 151 mm. No tiene regulación. El amortiguador trasero tiene 64,5 mm y tampoco tiene regulación, pero sí bieletas, lo que garantiza la progresividad de la amortiguación. Los frenos son dos discos flotantes delanteros, mordidos por pinzas Nissin de 2 pistones, al igual que la bomba, también Nissin. Detrás recurre a un disco de 240 mm con pinza de pistón simple. La rueda delantera es de 19”, calzada por unos Metzeler Steel Tourance en medidas 110/80-19. La rueda trasera es de 17”, en medida 150/70-17.

Las piñas, sencillas, permiten navegar por la pantalla TFT con intuitividad. Se puede ver la información en dos modos: el normal o el deportivo. También dispone de conectividad con smartphones por Bluetooth. La información de la pantalla incluye velocidad, cuentarrevoluciones, reloj, indicador de marcha engranada, testigo de reserva y nivel de combustible, odómetros e indicador de presión de los neumáticos, que nunca sobra.
La iluminación es full LED y dispone de luz diurna DRL. También hay una toma USB para poder cargar tu teléfono (o cualquier otro dispositivo).
No hay, aparte del ABS y la inyección electrónica, más electrónica en esta moto. Ni falta que le hace. La ventaja de las motos ligeras que no superan los 48 CV para ser válidas con la licencia A2, es que no precisan de controles electrónicos. De hecho, es la manera para conocer en puridad el comportamiento dinámico de una moto, coto cerrado a las motos que disponen de red de seguridad.

Cómo va la Voge 525 ACX
Si la base motriz de la Voge 500 AC ya era muy fiable, los sólo 23 cc extra de la 525 ACX añaden un tacto extra que se hace muy patente en el sentir de la moto. El truco de la Voge 525 ACX es que no hay truco. El planteamiento es sencillo y por eso eficaz. Es evidente que parte de ese feeling lo proporcionan los elementos de calidad de la moto, como frenos, suspensiones y neumáticos, pero las geometrías de la moto ayudan en la percepción de moto fácil y ligera, aunque de 198 kilos en la báscula. Ten también en cuenta que hay que descontar los litros de combustible, pero esa no es la cuestión: se siente ligera.
Nada más arrancar podemos sentir el pulso del bicilíndrico más lleno que antes, más de moto gorda. La posición de conducción es acogedora y amable, lo mismo que las suspensiones, sobre todo la delantera, de bastante recorrido. Esos 151 mm y el tacto de los frenos Nissin definen el carácter de la moto cuando tratamos de apretar el ritmo. Por motor no será, porque la curva de par plana permite sentir fuerza en toda la gama de revoluciones, pero especialmente en bajos y medios. En el último tercio del tacómetro se siente lo que ahora se ha venido a llamar “desaceleración progresiva”, es decir, que empuja, pero empuja menos. Nada más fácil que cambiar de marcha si quieres seguir sintiendo empuje. Al llegar a curvas que requieren frenada hay que procurar llegar con los deberes hechos, en el sentido de que es mejor decelerar con distancia, pues el tacto del freno no es eficaz del todo hasta que la horquilla se ha comprimido y ofrece resistencia. A partir de ahí, la frenada es gozosa. Pero no es amiga de frenar en el último momento. Sin embargo, una vez en curva, perdona errores y permite cambios de trayectoria (dentro de orden, claro). Es una moto que pide ritmo de paseo agradable pero, si quieres apretar el paso y pilotas con fluidez, encontrarás una moto magnífica que te saca la sonrisa debajo del casco curva tras curva.

Debajo de su aspecto scrambler hay una moto capaz de ser usada todos los días. Está claro que la capacidad de carga no es su fuerte, pero siempre puedes usar mochila o instalar alforjas/baúles de la industria auxiliar. Lo mismo para la protección aerodinámica. El motor permite cruceros cómodos a 120 (6.000 rpm), 130 o 140 (7.000 rpm). Tiene más reserva de velocidad, pero no irás cómodo con el aire en la cara, pues la pequeña cúpula no te puede ayudar a esas velocidades. Tampoco es su vocación ni está diseñada para eso.
Fuera de la carretera permite incursiones en pistas y caminos de tierra. La posición de pie podría ser mejor, hay que agacharse un poco, pero hay que recordar que una scrambler no es una off road y tiene que mantener un compromiso entre ambos terrenos. Yo no cambiaría la posición de conducción. Aún así, puedes pasar un día entero de excursión fuera de carretera sin que se quejen las cervicales.
Si en tan poco tiempo están saliendo modelos al mercado de características similares es porque son motos que, aparte de reflejar un diseño aventurero y desenfadado, son a su vez motos prácticas. El mundo prestacional ya no es el protagonista de las charlas moteras, sino la idoneidad de una moto u otra para desempeñar el cometido para el que han sido diseñadas. En el caso de la Voge 525 ACX, combina versatilidad con placer de conducción. En un mundo en el que cada vez se funden más conceptos como el trabajo y el ocio, triunfan los conceptos SUV y de carácter mixto. Esta moto sirve para ir a trabajar, para una ruta de fin de semana y para las vacaciones. Para la vida misma.
