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Prueba Yamaha X-MAX 300 2017: dame MAX

Fotos: Yamaha
Florencia ha sido el escenario elegido por Yamaha para darnos a conocer al nuevo miembro de la familia MAX de Yamaha, el X-MAX 300. Un scooter pensado para usuarios con carnet A2 que combina perfectamente agilidad, seguridad y todo el confort propio de un scooter de calidad premium.

El X-MAX 300 es un scooter completamente nuevo inspirado en su hermano mayor el TMAX en cuanto a diseño, personalidad y funcionamiento, que recoge el legado de un exitoso X-MAX 250 que cuenta con más de 130.000 unidades vendidas en sus 11 años de historia. Con unas prestaciones únicas y un diseño más deportivo, la firma de los diapasones ofrece un producto premium a un usuario que cada vez pide más, más potencia, más rendimiento, más calidad… y con el que busca posicionarse como un nuevo referente en su segmento.

Max Premium

A simple vista destaca por sus líneas dinámicas y sofisticadas, con un diseño que recuerda al TMAX. Lo mires por dónde lo mires, su ADN es inconfundible. El frontal destaca por su doble faro LED delantero con luz central y flashes integrados, igual que en las luces traseras, que le dan un aspecto elegante y exclusivo. La nueva instrumentación cuenta con dos relojes analógicos redondos para el velocímetro y el cuentakilómetros, además de una pantalla LCD multifunción que permite ver de un simple vistazo toda la información necesaria, y se maneja desde un botón situado en la piña derecha sin necesidad de soltar el manillar. La capacidad de carga ha aumentado un 18% con respecto al X-MAX 250, ahora tienes 45 l. bajo el asiento, que incluye luz de LED interior, en los que podrás guardar dos cascos integrales… y algo más.

Se acabó el estar buscando las llaves, el X-MAX 300 dispone de llave inteligente, simplemente tienes que llevarla encima para poder arrancar la moto girando una ruedecita situada bajo el manillar, desde donde también puedes parar el motor, bloquear la dirección, abrir el asiento, el tapón de la gasolina y la amplia guantera situada en el lado izquierdo del contraescudo que incluye una toma USB de 12V para poder recargar cualquier dispositivo. En la parte derecha dispones de otra guantera de igual tamaño, pero esta carece de seguridad y se abre simplemente haciendo presión. Y tranquil@: que si te dejas el asiento sin cerrar se activará durante unos minutos una alarma para recordártelo.

Pero aún hay más detalles. Tanto el manillar como la pantalla se pueden regular en dos posiciones para ajustarlo al tamaño o al gusto del conductor. El asiento, con el logo X-MAX grabado en su respaldo, cuenta con un mullido realmente cómodo para que tu trasero no se resienta por muchas horas y kilómetros que pases encima. Incluye, además, control de tracción desconectable, un buen plus de seguridad que reduce la velocidad de la rueda trasera cuando se detecta una pérdida de tracción. Lo único que se echa de menos es un freno de estacionamiento que resulta bastante útil a la hora de estacionar en pendiente.

La respuesta del Yamaha X-MAX 300 es muy suave y lineal, sin apenas vibraciones

Bajo el sol de la Toscana

Sin duda, Yamaha no podía haber elegido un lugar mejor para comenzar a poner a prueba el nuevo X-MAX 300 que la capital de la Toscana, ciudad que conserva el empedrado de las calles de su centro histórico acorde a las innumerables “joyas” medievales y renacentistas que alberga. Todo un espectáculo para la vista a la vez que una gran prueba de fuego donde poder comprobar de primera mano las cualidades de este scooter mientras circulábamos entre un tráfico caótico y con un firme que ofrecía poca confianza, a la vez que intentábamos no perdernos de un guía que parecía tener bastante prisa por enseñarnos los rincones del corazón de Florencia para llevarnos hasta las divertidas carreteras de la Toscana.

La posición de conducción es muy confortable, claro que si como yo, no destacas por tu altura, la anchura de su asiento te obliga a colocarte en una posición algo más adelantada para poder llegar con los pies al suelo, aunque también es cierto que mantiene muy bien el equilibrio a baja velocidad sin necesidad de tener que bajar los pies de la plataforma.

Instrumentación del Yamaha X-MAX 300 2017

El buen funcionamiento de su motor, un monocilíndrico completamente nuevo de 292 cc que declara una potencia de 28 CV a 7.250 rpm y un par de 29 Nm a 5.750 rpm se muestra muy enérgico desde el primer golpe de gas, con una respuesta muy suave y lineal, sin apenas vibraciones. Este propulsor incorpora la tecnología Blue Core que Yamaha ya estrenó en el NMAX, cuyo objetivo es un mayor rendimiento con un consumo muy bajo y unas emisiones mínimas. El X-MAX 300 es un gran aliado en este escenario urbano comportándose de una manera excelente. Sus dimensiones, un chasis que ahora pesa 3 kg menos y su amplio radio de giro hacen que sea muy ágil y manejable a la hora de escabullirse entre el tráfico. Las suspensiones actúan con gran nobleza, su horquilla delantera tipo moto como en el TMAX y doble amortiguador trasero regulable en precarga en 5 posiciones cuentan con unos reglajes bastante equilibrados entre seguridad y confort. La respuesta de los frenos, disco delantero de 267 mm y trasero de 245 mm, también aprueba con nota alta, es eficaz y potente, y su ABS de serie nada intrusivo trasmite mayor seguridad cuando las condiciones del asfalto no son las idóneas.

Según nos fuimos alejando de la ciudad, el X-MAX 300 nos comenzó a mostrar que es en carretera dónde brilla aún más. El motor ofrece muy buena respuesta en cualquier rango, con una aceleración contundente y una velocidad punta que acerca a los 150 km/h, dando una gran confianza a la hora de adelantar con rapidez en pequeños espacios. La protección aerodinámica es buena para alguien de mi estatura (1,65 cm), pero como ya comentábamos antes, tienes la opción de ajustar la pantalla hasta 50 mm si por tu tamaño se queda algo escasa. Entra con gran facilidad en las curvas y hace muy sencillos y rápidos los cambios de dirección. Sus llantas de 15 pulgadas delante y 14 detrás junto con los Dunlop ScootSmart que monta transmiten una mayor estabilidad y confianza a la hora de entrar en curva con decisión. Es preciso, y te permite rectificar o frenar en mitad de la curva sin ponerte en apuros. Durante toda la ruta, en la que llevamos un ritmo bastante alegre y con más de 120 km por las carreteras de la Toscana, el consumo medio del X-MAX 300 fue algo inferior a los 4 litros a los 100 km.

Hueco para dos cascos en el Yamaha X-MAX 300 2017

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