
La marca con sede en Iwata luce un logotipo formado por la alianza de tres diapasones como vestigio gráfico de su origen musical en Hamamatsu, que data de 1887, y donde hoy día sigue fabricando instrumentos.
En su historia motociclista, Yamaha fue la reina de los 2T en Mundial de velocidad a principios de los 70, con pilotos como Jarno Saharinen, el finés volador, o como Johnny Cecotto, auténtico Robespierre de la prolongada monarquía impuesta por el campeonísimo Agostini, que a la postre militaría en Yamaha.
Pero Yamaha ha sido sobre todo la marca del 46, Valentino Rossi, logrando desde su entrada en el equipo oficial una victoria histórica que todos los aficionados recordarán como una heroicidad velocística. Rossi prolonga en una brillante carrera hasta el día de hoy.
Yamaha, fuera de la competición, ha dejado la marca de su carisma en la historia reciente de la motocicleta con modelos como la RD350 o la XT600, que emocionarán a los nostálgicos con sólo nombrarlos. Yamaha también ha aparecido en los salones con sorpresas tecnológicas a lo largo del tiempo. Tales fueron la suspensión delantera alternativa de la GTS1000 o la primera FZ750 con culata de 20 válvulas, o el primer scooter deportivo que dos décadas después de su llegada sigue dominando el mercado, el TMAX. En 2.018 soprendió la aparición de la revolucionaria Niken y sus dos ruedas delanteras.
Yamaha se sitúa en cualquier frente del mercado con una línea marcada por la inquietud deportiva, la tecnología y una estimable fiabilidad.