Si se nos suelta la corona, podemos tener muchos problemas, por lo que es imprescindible mantenerla en buenas condiciones y correctamente sujeta. Para ello, no debemos olvidarnos de comprobar su apriete de manera frecuente. Normalmente, primero se van aflojando los tornillos hasta que la corona se suelta lo suficiente como para no mantener la perpendicularidad con el eje. Es en esa situación en la que al acelerar la cadena tirará de la corona sin estar correctamente alineada y es en ese momento en el que se puede producir el desastre y que la corona se arranque del buje de la llanta.
Si eso nos sucede, además de ponernos en peligro ante una más que probable caída, podemos ver como nuestra moto queda destrozada. Si la corona se arranca, seguramente dañe de manera grave tanto la llanta como el basculante en el mejor de los casos. Si tenemos mala suerte, pueden verse afectados el chasis e incluso el motor y la suspensión trasera dependiendo del modelo de moto. Por no mencionar que además podemos sufrir lesiones en el pie si la rotura es muy violenta.
Para evitar que esto nos suceda tenemos varias posibilidades al alcance de nuestra mano. La primera es como hemos comentado antes la de estar siempre atentos a los tornillos de la corona. Si los revisamos frecuentemente detectaremos si alguno está flojo antes de que sea demasiado tarde. Si para nuestro modelo existe la posibilidad, montar una llanta con portacoronas también nos ayudará mucho, ya que estas llantas equipan silentblocks entre el portacoronas y el buje, lo que reduce sensiblemente las vibraciones en los tornillos siendo así más difícil que se aflojen aunque tengamos que seguir atentos periódicamente.
Si no es posible en nuestro modelo ya que esta solución es aplicable en muy pocas ocasiones, no nos quedará otra posibilidad que la de aplicar sellador de tornillos y tuercas. De esta manera, los tornillos no se aflojarán tan fácil con la vibración y podremos estar más tranquilos aunque sin perder de vista nunca el apriete correcto.
