Racer-X: una eléctrica diferente a lo habitual
El diseño por encima de todo


La llegada de las motos eléctricas ha abierto dos caminos: aquellas que mantienen un diseño más o menos tradicional y las que optan por uno mucho más vanguardista. Y luego está la Racer-X, una moto que se escapa de lo convencional y en la que se antepone el diseño sobre la funcionalidad. Es más, se han desarrollado sistemas adicionales nada habituales, como por ejemplo un sistema de dirección servoasistido.
El artífice de esta locura es Mark Atkinson, a quien ya conocíamos por ser el constructor de la BMW Alpha Concept. Pero en este caso quiso ir un paso más allá, con una unidad de potencia heredada de un Nissan LEAF. Tras hablar en una feria con una empresa ya desaparecida que construía motos eléctricas, quiso ir un paso más allá. Dibujó una X en una servilleta y ese fue el punto de partida.

La estructura está fabricada en tubo de aluminio cubierta de fibra de carbono, la cual es la parte imposible del diseño en X. A ella se acopla un ingenioso sistema de dirección servoasistido y que se maneja a través del puño izquierdo. No hay por lo tanto una conexión directa entre el manillar y la rueda. Estas no tienen buje, y la delantera se sostiene mediante un ingenioso sistema completamente mecanizado. Detrás también se aportan soluciones novedosas a la hora de hacer funcionar la cadena en una llanta sin buje central.
Realmente no es una moto últil, ni cómoda, pero explora las posibilidades a las que se puede llegar gracias a las motos eléctricas, las cuales prescinden de los elementos habituales y la necesidad de que estos se encuentren en determinadas ubicaciones predefinidas.