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Radares portátiles cada vez más pequeños y que multarán más

Hace un par de meses la DGT anunció la compra de 60 radares portátiles para que llevaran sus motoristas. Ahora desde Gran Bretaña nos llega un modelo todavía más ligero: cada vez estaremos más controlados.

A primeros de noviembre la DGT comunicó que había comprado 60 radares más compactos que los habituales. Estos radares portátiles llegaban de la mano de una nueva flota de motos para las patrullas de la DGT y representaron una inversión de 860.000 euros (es decir unos 14.000 euros por radar). Son radares más compactos, con un trípode más ligero y un soporte magnético para guardarraíl. También incluyen una tableta para procesar la imagen del vehículo que sobrepase el límite y enviarla al centro de proceso de denuncias. Estos radares miden desde 15 hasta 50 metros, pueden detectar vehículos hasta 250 km/h y funcionan con baterías propias (cinco horas de autonomía entre cargas).

Radares portátiles para la DGT

La ventaja es que podrán llevarlos los agentes motoristas, de forma que serán más ágiles al montar puntos de control. La idea es que así puedan controlarse mejor carreteras secundarias, vías que cruzan poblaciones, y otros puntos en los que se hayan detectado accidentes o muchos excesos de velocidad. Algo que ya anunció también la DGT es que cada multa por velocidad iba a tener dos comprobaciones informáticas automáticas: primero, por el tipo de vehículo, después, por si tiene o no la ITV pasada. Aunque no está claro si la comprobación del tipo de vehículo se hace antes o después de la foto: según la DGT sus radares pueden detectar el tipo de vehículo y denunciarlo de acuerdo a su límite (camiones o autocares diferentes de furgonetas o coches por ejemplo), desde hace unos dos años. Si no fuera así, sólo multaría cuando se excediese el límite genérico (de coches o motos), y después la sanción podría ser mayor si ese vehículo tenía una limitación más baja (camión, autocar, etcétera).

Los nuevos radares para motoristas de la DGT son portátiles, pero ya hay una nueva generación “de bolsillo”. Nos llega la noticia desde Gran Bretaña, se llama TruSpeed y mide apenas lo que unos binoculares, pesando además menos de medio kilo. Tiene una lente para que el agente mire, y en el lugar de la otra está el láser que mide el vehículo en cuestión. Estos radares costarán algo menos de 2.000 euros (un ahorro respecto de los 14.000 recién comprados por la DGT, por cierto) y ya lo está probando la policía de Londres.

Radares portátiles para la DGT

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