Repunta la siniestralidad con un balance de 1.160 fallecidos en las carreteras


La DGT ha presentado hoy las primeras cifras estadísticas sobre los accidentes ocurridos durante el 2016. Son datos a 24 horas ya que el balance a 30 días será publicado más adelante, pero no dejan lugar a dudas: por primera vez desde el 2004 ha aumentado el número de fallecidos en nuestras carreteras.
Durante el pasado año se produjeron 1.038 accidentes mortales en vías interurbanas en los que fallecieron 1.160 personas y otras 5.067 necesitaron hospitalización como consecuencia de las heridas sufridas. Estas cifras suponen aumentos del 1,4% (+15) en accidentes mortales; 2,6% (+29) en el número de fallecidos y 4,3 % (+209) en heridos hospitalizados.
Gregorio Serrano, Director General de Tráfico declaraba que “no son los datos que hubiésemos querido comunicar hoy, porque son muchas las vidas y familias rotas, así que más que nunca, tenemos que trabajar todos juntos para reducir esta lacra que como sociedad moderna que somos no podemos permitirnos. Hay que revisar y adaptar, tras una primera evaluación, la estrategia de seguridad vial y crear un plan de choque que nos permita volver a la tendencia de disminución de accidentes que veníamos observando en los últimos años.”
La siniestralidad de 2016 en cifras:
Para que nos situemos en contexto, estas son las cifras oficiales que se han publicado sobre los datos de siniestralidad de 2016:
- Desplazamientos: Los desplazamientos de viaje de largo recorrido han aumentado un 5% más, en concreto 18,6 millones lo que supone que el total llega hasta los 392 millones de desplazamientos. El acumulado en los tres últimos años es del 10%.
- Envejecimiento: La antigüedad de los vehículos implicados en accidentes ha aumentado su edad media, situándose ahora en 13,6 años para los turismos, 11,1 las furgonetas y 9,5 las motos.
- Más infractores: de las 60.942 pruebas de drogas practicadas, 23.822 (un 39%) resultaron positivas. En alcohol, 4,6 millones de pruebas con 68.852 positivos (1,5%).
- Cinturón de seguridad: El 22% de los conductores y pasajeros fallecidos en turismos y furgonetas en 2016 no llevaban puesto el cinturón de seguridad. Aumenta en 3 el número de fallecidos que no hacían uso de dicho dispositivo de seguridad en turismos llegando hasta 129. En el caso de las furgonetas desciende a 18 los fallecidos que iban sin cinturón de seguridad (24 en 2015).
- Casco: De los 214 fallecidos en motocicleta, 4 no utilizaban casco en el momento del accidente. En el caso de los 21 fallecidos en ciclomotor, 1 no hacía tampoco uso de dicho dispositivo. Entre los ciclistas, de los 33 fallecidos, 6 no utilizaban casco, pese a ser obligatorio en vías interurbanas.
- SRI: De los 16 niños hasta 12 años fallecidos en turismo, 3 no utilizaban ningún accesorio de seguridad en el momento del accidente.
- Tipo de vía: Las carreteras convencionales siguen siendo las vías donde fallece el mayor número de personas (75%), aunque se registra una mejora con un 3% menos que el año anterior. En las vías de alta capacidad los fallecidos aumentan de un 22% a un 25%.
- Tipo de usuario: Los fallecidos en turismo (604) aumentan un 6% respecto al año anterior (34 fallecidos más). Los usuarios de furgoneta fallecidos se reducen en 11 personas pasando de los 69 en 2015 a los 58 de 2016. Disminuyen también los usuarios de bicicleta fallecidos, situándose en 33, 10 menos que en 2015. Se reducen los fallecidos en motocicleta y en ciclomotor. En 2016 fallecieron 214 usuarios de moto, 10 menos que en 2015 y 21 de ciclomotor, 6 menos que el año anterior. Aumentan en 16 los fallecidos en autobús, 18 en 2016 respecto a los 2 de 2015. Los peatones fallecidos aumentan en 5. De 113 en 2015 a 118 en 2016.
Primeras conclusiones:
Aunque es pronto para extraer conclusiones, sí podemos hacer mención a algunos puntos interesantes sobre este repunte. El primero de ellos, y partiendo de la base de que un sólo muerto en la carretera ya supone perder la batalla, lo cierto es que a medida que las cifras de siniestralidad vial han descendido cada vez cobran más importancia cualquier pequeña variación en los números. No es lo mismo 29 fallecidos más sobre 1.160 que sobre los 6.000 que casi se llegaron a tener a finales de los años 80.
Aunque el repunte se produce en el 2016, lo cierto es que ya llevábamos años de estancamiento pues en el 2013 fallecieron 1.134 personas, 1.132 en 2014 y 1.131 en 2015. No es algo que sea consecuencia directa del 2016. Por otro lado, cabe destacar que pese a que los desplazamientos por carretera han aumentado 37,8 millones desde el 2014 (un 10%), la cifra de fallecidos no ha aumentado en proporción. Como curiosidad, las cifras de fallecidos están por debajo de las registradas en 1960 (primer año del que se tienen estadísticas) y que fallecieron 1.300 personas pero con un parque móvil de un millón de vehículos frente a los más de 32 millones actuales. Del mismo modo, España presenta una tasa de 36 muertos por millón de habitantes, por debajo de la tasa de mortalidad media de la UE que se encuentra en 52.
Sin embargo también es cierto que la DGT deber reflexionar y actuar diligentemente en todos los frentes. Así, Francisco Canes (presidente de la Asociación DIA) declaraba que “no es normal que, en países con un nivel de bienestar como el que se presupone a España, se de este tipo de retroceso.” Y así apunta que “le urgimos a que explique qué medidas va tomar para invertir el aumento de la siniestralidad vial en España.”
Lo cierto es que el enfoque de las últimas campañas puede no haber sido el más acertado. Sin ir más lejos, la actual sobre el trayecto de tu vida parece más un autobombo a la propia DGT que una campaña de concienciación, con un mensaje general y vacío.
De igual forma y aunque el Permiso por Puntos (del que se cumplieron diez años) ha jugado un papel en la mejora en cuanto a la Seguridad Vial, lo cierto es que que necesita adecuarse al presente. Y esto no está mal, pues evita el ostracismo de un sistema que funciona siempre y cuando siga teniendo un efecto disuasorio sobre los conductores y al mismo tiempo penalice a los infractores y reincidentes.
Como la propia Asociación DIA apunta, no es lógico que beber en la calle suponga una sanción de 600 euros mientras que para conducir habiendo consumido alcohol la sanción sea de 500 euros.
La búsqueda de soluciones debe atacar dos frentes: endurecer las sanciones que se ven todos los días (alcohol, drogas, uso del teléfono móvil, cinturón de seguridad, SRI), endurecer más para las personas reincidentes pero también reeducar y concienciar. No a todo el mundo le duele el bolsillo igual y, por ello, una reforma en el Código Penal sería una medida a tomar en cuenta como apunta Francisco Canes: “El coche deja de ser un vehículo y se convierte en un arma cuando es utilizado bajo los efectos del alcohol y drogas, o con velocidad excesiva, por ejemplo.”
En Gran Bretaña, sin ir más lejos, se ha presentado un proyecto de Ley para sentenciar con cadena perpetua a los conductores homicidas.
“Los conductores asesinos arruinan vidas”, ha dicho el subsecretario de Estado del Ministerio de Justicia del Reino Unido, Sam Gyimah. “Sus acciones causan un dolor inconmensurable a las familias, que deben soportar pérdidas trágicas e innecesarias. Aunque es imposible compensar la muerte de un ser querido, estamos decididos a asegurar que el castigo se ajuste al crimen”.
Veremos en las próximas semanas cuáles son las medias a tomar por la DGT.