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Sara García: así es la primera mujer del Dakar sin asistencia

Fotos: SG
El Dakar es muy duro en cualquier vehículo, y si hablamos de las motos, no es necesario señalar al lector cómo se agudiza esa dureza; pero hacerlo sin más asistencia que las propias manos, cuesta trabajo imaginarlo. Hablamos con Sara García, la primera mujer que se inscribe en la categoría "original" del rally más prestigioso del mundo.

Los veremos cada día en esos amplios resúmenes que ofrece la televisión, y los percibiremos como si ellos, los participantes del Dakar, vivieran una retransmisión continua y multitudinaria, con todo un continente expectante a cada uno de sus movimientos, como si medio planeta contemplara todas las peripecias que superan a lo largo de cada jornada. Pero la realidad que vive la mayoría de los pilotos no es así, en absoluto. Lo cierto es que muchos participantes del Dakar pasan por una solitaria experiencia, cuajada de eventualidades, que pueden llevarles por momentos a la más cruda soledad, o abandonarles incluso en la desolación más angustiosa.

El Dakar, aunque haya cambiado de continente, no es ninguna carrera fuera del asfalto para jugar a las aventuras. El Dakar es un combate abierto contra los elementos, una lucha encarnizada contra el agotamiento y un desafío a pecho descubierto contra los percances más insospechados.

Nuestra protagonista se llama Sara García, nació Zamora, y es la primera mujer inscrita para correr el rally más importante del mundo sin más asistencia que la que ella misma pueda darse. Qué duda cabe de que el desafío al que se enfrenta representa un peldaño más en el avance imparable de la Mujer dentro del motociclismo.

Nuestra primera pregunta para esta zamorana de férrea voluntad y rebosante simpatía habla de preocupaciones, porque a nadie se le escapa que los raids representan hoy por hoy la especialidad más peligrosa de la moto, dejando al margen las Road Racers británicas, con su legendario TT. Y es que la propia Sara sufrió una grave caída esta misma primavera mientras participaba en el Europeo de Raids. Fue durante la última etapa, cuando salió catapultada en plena recta y a tan sólo un kilómetro de la meta; un accidente que se saldó con las dos clavículas fracturadas y con un preocupante neumotórax. Le preguntamos entonces cuál es la mayor preocupación que le asalta cuando cada noche apoya la cara en la almohada, si es el riesgo al que se va a enfrentar, si es el frío, el calor, el agotamiento o quizá la decepción.

Cuando ya estás metida en el ajo, es porque todo esto lo has pasado a un segundo plano. Si compitieses pensando que te pueden ocurrir cosas muy graves en cada curva, o en una recta, no correrías. En la Baja Aragón, por ejemplo, hicimos una punta de 162 km/h; si te pegas una leche a esa velocidad, puedes salir bastante mal parado.

Pero eso no es lo que me preocupa. Lo que me preocupa ahora es ver a qué patrocinador (se ríe) puedo presentar mi proyecto para poder cubrir el presupuesto de mi Dakar. Ésa es la parte más dura de la competición, para los pilotos que no tenemos los recursos suficientes.

La mirada de Sara García sobre el desierto de Mauritania

La técnica

Como bien conoce el lector, en el off road, la técnica y la fuerza junto con la resistencia se combinan en una relación inversa. Cuanta más técnica, menos esfuerzo físico, y viceversa. Dadas las alturas del año en las que nos encontramos, imaginamos que poco le quedará ya por hacer a Sara García en la parte técnica.

Yo empecé algo tarde, a los catorce años, y un poco como los cangrejos. La gente hace sus inicios en el trial o en el enduro. Yo empecé saliendo a hacer enduro con mi padre, pero me llevó a ver una carrera de motocross, y vi los vuelos que se metían. Así es que lo probé, y dije: “Esto es lo mío”.

Claro está que el motocross tiene técnica de curvas y de saltos, pero no la que te da el trial o el enduro. Además, como sólo tenía la 450 de enduro (no podía salir con la 250 de cross, porque no tiene matrícula), resultaba más difícil aprender, porque pesa mucho, es muy grande, el motor es muy brusco y todo eso no me ha permitido coger una buena base. Ahora estoy poniéndome las pilas con el enduro, estamos volviendo un poco atrás, tratando de coger el tacto para subir una piedra o un escalón, y coger una técnica que no tenía porque nunca me había enfrentado a eso.

Es decir, que donde más necesitas evolucionar es en las trialeras.

Sí, aunque el Dakar no tiene trialeras en sí. Son pistas, más o menos rotas, con más o menos piedras, pero es muy raro que te encuentres una trialera. Por ejemplo, en el Mezoura Rallys que corrí en abril, siempre te ponían alguna perla en todas las etapas (se ríe, como en casi todas sus respuestas). En la etapa maratón pusieron una subida de arena con piedras enterradas, muy técnica; y en el segundo día, que ya estás reventado, pusieron un tramo con escalones. Esos pasos no los hay en el Dakar, aunque debes de llevarlos preparados.

En cualquier caso, el Dakar es muy largo y quién sabe lo que te puede tener preparado en cualquier rincón…

Este año va a estar marcado por la arena, porque será cien por cien Perú, con mucha duna. La duna de allí es muy especial, con una arena muy fina y muy blanda, y con unas formas un poco caóticas, en las que te encuentras una parte cortada que unos metros a un lado es toda redonda. Yo tendré que ir conociendo el terreno, yendo tranquila y sin romper nada, porque mi categoría no tiene asistencia. Tengo que mantener la mecánica, el físico y también la cabeza.

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El físico

Ahora estás a tope en tu preparación física, en la recta final. ¿Cuántas horas dedicas al día a ese entrenamiento sin moto?

Ayer, por ejemplo, entré en el gimnasio a las 6 de la tarde y salí a las 9 y media de la noche. Ahora hay que apretar bien los dientes, porque he tenido tres lesiones fuertes a principio de temporada, con la más grave en primavera, que me dejó, como quien dice, en la línea de inicio, porque perdí mucha masa muscular y además me afectó mucho mentalmente, con los fantasmas intentando apoderarse de tu cabecita. Pero gracias a toda clase de profesionales, nutricionistas, entrenadores, sicólogo deportivo…, vas remontando y pudiendo volver donde estabas antes de la caída.

Es de conocimiento general que el cuerpo de la mujer tiene un porcentaje de grasa más elevado que el del hombre. Esto representa una desventaja para las féminas, por una cuestión de peso, en pruebas como por ejemplo la maratón. ¿Es así también en el Dakar?

En el Dakar, no tiene por qué. De la grasa también se saca energía, dependiendo de la calidad de la grasa que tú tengas. Al final, los aportes de energía más fuertes no salen de los hidratos, salen de las grasas porque tarda mucho más en quemarse, por decirlo así. Esto incluso puede ser una ventaja para nosotras porque durante la carrera, se pierde muchísimo peso, muchísima masa muscular.

Entonces ahora estamos intentando coger un poco más de volumen, tanto de músculo como de grasa, e intentaremos hibernar un poco, como los animales (se ríe)_, y coger reservas para el desgaste de diez días de carrera. Ya se nota en carreras de cinco días, así es que en el Dakar, siendo más días y más intensos, seguro que vamos a tener problemas en ese aspecto._

Sara García mirando su desafío en el horizonte

Entonces el embutido y el cocido, ¿tienen cabida también en tu dieta de ahora?

Pues esta tarde hablaré con mi nutricionista, porque vamos a darle una vuelta de tuerca a la dieta y ya me dirá si puedo seguir con el jamoncito. (más risas)

En el entrenamiento para las grandes pruebas de resistencia, como la propia maratón que hemos mencionado, se rebaja notablemente la intensidad durante los días anteriores a la prueba. ¿Tú tienes planificado lo mismo antes del viaje a Suramérica?

Sí, por supuesto. Se hará un descanso activo que pautarán mis entrenadores.

¿Cuándo tienes previsto el viaje?

Pues supongo que para el dos de enero. Pasaríamos la Noche Vieja, saludaríamos al Año Nuevo, y saldríamos para allá.

Cómo es la categoría sin asistencia

¿El coste completo del Dakar será ese mismo que tienes bien computado en tu dossier, esos 79.500 euros, con todo incluido para poder hacer la categoría que antes se llamaba “iroman”?

Sí, ése es el coste completo.

La categoría antes era “Malemoto”, como “moto-baúl” en francés, y ahora se llama “Orginal” en inglés, porque se hace como era la carrera en sus orígenes, cuando todo el mundo iba de aventura con su mochila a cuestas.

Hablemos entonces de la categoría Original para que el lector, y esos potenciales patrocinadores, tengan claro a qué te enfrentas exactamente.

Está claro que del mantenimiento diario de la moto, por supuesto, te encargas tú. ¿Cuál es la revisión básica que tendrás que hacer cada día, si es que partes con alguna prefijada?

Sí. Es aceite y filtro de aceite, filtro de aire, comprobar holguras, repasar toda la tornillería; aunque, habiendo arena, en principio, no creo que vaya a suponer ningún problema porque llevo una moto muy fiable: la Yamaha no suele dar ningún fallo.

No te refieres a mirar el nivel del aceite, sino a cambiarlo a diario con su filtro incluido, ¿verdad?

Sí. A ver: El motor es la base de todo, sufre mucho, y no te la puedes jugar.

Sara García volando en pleno raid (Foto Motor Aventura Agusjorge)

Y la moto sólo puedes tocarla tú, ¿no es así?

Solamente puedes ser ayudada por otros pilotos. Pero sólo tú puedes tocar la moto.

Pero, ¿te puede ayudar otro piloto, por ejemplo, a sacar y meter la rueda sujetando el eje?

Sí. En esta categoría, nos podemos ayudar así entre pilotos.

Y sobre el material, ¿cuántas etapas calculas que durará, por ejemplo, un neumático trasero?

La verdad es que, en arena, nos va a durar algo más, porque el desgaste será mínimo. Calculo que lo cambiaremos cada dos o tres días.

¿Y las pastillas de freno o el kit de transmisión?

Eso lo iremos viendo en cada revisión diaria, según el desgaste. Vamos con motos completamente nuevas, que rodaremos aquí, con el kit de rally que nos está haciendo AM Design.

Y es que esta edición va a ser un Dakar un poco diferente, para el que no nos vamos a poder apoyar en ninguna información anterior. El recorrido es completamente distinto, con mucha arena, y pienso que va a ser muy físico y que la mecánica no va a sufrir tanto con el traqueteo y las vibraciones de otros años.

Aparte de que puedas conducir con el manillar torcido o con sólo un muñón de la palanca de cambio, por ejemplo, ¿qué es lo que llevas en la moto contigo, durante la carrera, pensando en una posible caída?

Llevamos de todo, todo tipo de recambios _(vuelve a reírse). Parecemos una tienda ambulante. En la torre de navegación, llevas discos de embrague, en cada lado del chasis llevas una maneta, en el hueco del cubre cárter, van herramientas, que también van en un pequeño compartimiento de atrás. Yo llevo en el subchasis una llave que me ha hecho mi padre cortando dos planas, para aflojar la rueda de delante o la de detrás. Vamos, como una ferretería._

Sara García escarbando en una pendiente (Foto David Persé)

Está claro que llevas mucho más encima que los participantes de la categoría general.

Es que tú juegas a otro juego. Tu misión también es acabar, pero cuando cruces la llegada cada día, nadie te va a estar esperando para hacer la recepción de tu moto y repasarla entera. Tendrás que ser tú, con tus pocas horas de descanso, quien tenga que decidir cuánto tiempo dedicas a la mecánica, cuánto a confeccionar el road book, cuánto a comer y cuánto a dormir.

Y tu equipaje, tus enseres, la tienda y demás, ¿quién te lo lleva?

La organización te lleva un baúl de 80 litros, un juego de ruedas, la tienda y el saco de dormir. Así es que tienes que llevar bastantes herramientas y recambios encima de la moto, que no te entran en los 80 litros de ese baúl.

Un duro Pre Dakar

Hiciste el Almería-Dakar como única fémina, y además acabaste séptima. ¿Cuántas etapas fueron?

Fueron dos semanas. Fue bastante duro. La etapa más dura fue de mil kms, desde las 5 de la mañana, que arrancamos, hasta las 2 de la mañana del día siguiente, para volver a tomar la salida de la etapa siguiente otra vez a las 5 de la mañana. Tuvo algo de locura; pero también me sirvió para darme cuenta de que podía, ¿no?

Era la primera mujer que conseguía hacer el raid completo, porque todas las que habían ido antes, optaron por una etapa de descanso que les permitían elegir, no es como en el Dakar, que te expulsan; y a ellas la organización les llevaba la moto, para volver a salir en la etapa siguiente. Yo no pedí ningún día de descanso, así es que fui la primera mujer que conseguía hacer el rally al completo.

Sara García pilotando su magnífica preparación de Vespa (Foto Kefoto)

Entonces, esta carrera se presentó como algo casi…, casi más duro que el propio Dakar al que te vas a enfrentar ahora…

No lo sé aún; pero para mí, rodar en África, con la soledad de la montaña, no va a ser ni por asomo lo que me encuentre en Suramérica. En África, estás tú solo, y eso te crea una inseguridad extra, porque, si te pasa allí cualquier cosa, lo tienes que solucionar tú.

Hemos visto imágenes del Dakar por la tele de cómo a un coche se le cascaba la batería, y su piloto cogía la moto de un control y volvía al cabo de un rato con una batería nueva. Eso en África es impensable. Aparte de no encontrar donde comprar la batería, pasas por sitios en los que durante kilómetros y kilómetros no hay nadie. También, es ésa la magia de África. Te enfrentas tú solo a la carrera.

Lo cierto es que en los orígenes del Dakar, algún piloto llegó a morir de inanición, después de vagar durante días y días perdido en el desierto.

Sí, ahora, con los sistemas de posicionamiento, es súper seguro. Además hay médicos, traumatólogos, con helicópteros medicalizados, y mucha gente pendiente. Sigue siendo una de las carreras más peligrosas, pero, estructuralmente, en materia de seguridad, yo creo que estamos muy bien cubiertos.

La Evaluación para el Dakar

Hiciste el Merzouga series, y ahí conseguiste la plaza para participar en el Dakar. ¿Qué había que hacer para lograrla, acabarlo, clasificarse en alguna posición?

Hay algo parecido a un ojeador que se coloca en los puntos más difíciles de cada etapa, y allí, libreta en mano, apunta cada dorsal y cómo pasa, para ver si tiene la destreza necesaria. También mira en la tabla que tenga todos los way points, y sobre eso, emite un informe para hacerte apto o no apto, como en el carné de conducir.

Sara en el pódium junto a la dakariana Rosa Romero

También fuiste campeona del Mundial de Bajas en 2017, y este año has hecho segunda en la Baja Aragón.

Es una carrera que me gusta mucho. Es muy rápida, y eso se me da bien. Hablando con Rosa Romero, que es con la que siempre estoy en las clasificaciones ahí, ahí, me decía: “¡Es que tú corres mucho!” (se ríe de nuevo). Luego ella es más endurera, y en los tramos más rizados, me saca tiempo; pero me decía: “Es que yo no me atrevo a correr tanto”.

Bueno, yo creo que, al final, es un chip que se te quita (continúa riéndose) y que deja abrir gas sin pensar que si hay una piedra, me voy a matar.

Raids en Vespa

También has corrido nada menos que en Vespa. Y todo el mundo sabe que sí, que una Vespa tiene dos ruedas, pero que no es una moto, en absoluto, que su comportamiento es completamente diferente, y pilotarla por esos terrenos, y particularmente de pie, tiene que resultar bastante complicado.

Para mí, aquello fue un punto de inflexión, porque fue la primera vez que participé realmente sola, en una carrera para la que la organización te daba un mapa, con unos puntos y sus coordenadas, y tú tenías que ir a buscar esos puntos. No es como una carrera al uso, con un recorrido marcado en el que tú sabes que, si te pasa algo, alguien va a llegar detrás. En la carrera con la Vespa, tú puedes entrar a cada punto desde cualquier camino.

Aquella experiencia me enseñó a navegar mejor, y sobre todo me dio mucha seguridad en mí misma, porque me podía decir “¡Joder! Lo hago bien. Puedo”. Luego gané las tres ediciones siguientes en categoría féminas, porque no hubo ninguna más.

Sara Gacía concentrada antes de la salida  (Foto Kefoto)

Pero el pilotaje de una Vespa en un raid no debe de ser nada fácil.

El primer año fue algo difícil, porque me dejaron una Vespa que era muy básica. Pero al año siguiente, mi padre me preparó “El Pepinaco”, (se ríe abiertamente), con neumáticos más anchos, otra dirección, con un manillar de motocross para poder ir de pie, con amortiguadores de más recorrido… Vamos, que era un maquinón, rosa y todo. Me costó acostumbrarme al cambio en la muñeca, que era un poema, a no poder conducirla con las piernas y al peso del motor desplazado a la derecha; pero es divertido.

Cuando arranque el Dakar, irás sola en la moto durante muchas horas, pero sentirás media Zamora contigo, ¿no es así?

La verdad es que estoy notando que mucha gente me arropa y me impulsa para hacer este proyecto. De verdad que la gente no se imagina lo duro que resulta en estos momentos previos, durante los que tienes que sacar el presupuesto. Así es que agradezco mucho cada vez que alguien comparte mi vídeo de pro del Dakar, o me ponen un comentario del tipo “¡Ua! Con dos huevos!”(más risas)_, me da un poquito de energía para seguir llamando a más puertas, aunque alguna te la cierren en las narices, para poder afrontar este rally lo mejor posible. Lo básico ya lo tenemos, que es la moto y la inscripción, pero si tienes más presupuesto, puedes llevar más recambio y acudir con más recursos._

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