Tras un año en el Campeonato Británico de Superbikes, Scott Redding dará el salto al Mundial de Superbikes con el título del BSB bajo el brazo. Pero para el ex piloto de MotoGP no fue un camino de rosas por varios motivos: acostumbrarse a la ausencia de electrónica, conocer a la nueva Ducati Panigale V4 y, quizás lo más complicado, tener que adaptarse a circuitos muy complicados y peligrosos.
Esto propició que excepto en aquellos trazados que conocía como por ejemplo Donington Park o Assen, su posibilidades de triunfo fuesen mucho mayores que en otros que no conocía como por ejemplo Cadwell Park u Oulton Park.
Finalmente Redding se hizo con el título con sólo cinco puntos de ventaja sobre su compañero de equipo, Josh Brookes. De las 27 carreras de la temporada, se hizo con la victoria en 11 de ellas: Donington Park, Oulton Park, Knockhill, Assen y Snetterton.
El propio Redding contaba en declaraciones a Speedweek que «los circuitos del BSB son muy diferentes a los del mundial de MotoGP o Superbikes y además las motos no tienen ayudas electrónicas. Sabía que podía hacerlo bien en las pistas que conocía pero en circuitos como Cadwell o Oulton Park, me di cuenta de que el nivel del BSB es alto y a menudo no sabía cómo abordar algunas curvas. Casi todos los fines de semana me cagaba de miedo. Necesitaba tiempo para adaptarme mientras que en los circuitos conocidos fue todo lo contrario. Tuve suerte de poder aprender rápido, e ir rápido en una pista corta es más fácil que hacerlo en una más larga. Mi mayor rival era Josh Brookes, pero a largo plazo no pudo seguir mi ritmo. De todos modos, sé lo duro que han trabajado todos.»