Hace poco más de un año (el primero de diciembre de 2018) dejaron de pagarse peajes en la autopista de Burgos AP-1. Esto ocurría porque el Estado no renovó la concesión a la empresa que la explotaba (y mantenía), pasando el mantenimiento a cargo del Gobierno… y sin que los ciudadanos tengamos que pagar peajes por circular (de momento). Esto liberó inmediatamente el tráfico de la ruta alternativa (N-1), en ese tramo particularmente peligroso, y el efecto lógico se ha visto un año después: cero víctimas mortales en esas rutas (la autopista y la carretera).
A partir de enero de 2020, otras dos autopistas terminan también su concesión y el Estado ya ha dicho que no renovará, y dejaremos de pagar peajes para circular por ellas. Son la AP-7, que discurre entre Tarragona y Alicante pasando por Valencia, y la AP-4 de Sevilla a Cádiz, dos vías muy transitadas también y cuyas alternativas son carreteras nacionales con tráfico que ahora deberán verse liberadas (y más seguras). La empresa Abertis, concesionaria de ambas, ya ha presentado un ERE con 136 despidos (casi la mitad de la plantilla) como consecuencia de perder estos peajes. Se quedan los que cuidan del mantenimiento, que Fomento subrogará a la empresa. Este coste repercutirá en los presupuestos generales, y está por ver (más a medida que otras autopistas pasen por este proceso) cómo se financiará: quizás no tardemos en ver implantados sistemas de pago electrónico como en otros países, o un impuesto específico que pagaremos todos… Pero por ahora la buena noticia es que se eliminan los peajes y que esto hará las rutas alternativas más seguras.