Los incondicionales de las motos retro y neoclásicas tienen una cita obligada en el evento Icons Night de su ciudad para ser los primeros en descubrir de primera mano todo lo que esconden los nuevos modelos de la familia Classic de Triumph.
La Bonneville Bobber custom y la campera-urbana Street Scrambler se desvelan en todos los concesionarios oficiales Triumph españoles de manera simultánea en un evento lleno de sorpresas para los apasionados de las dos ruedas en general y los enamorados de la marca de Hinckley en particular.
La Triumph Street Scrambler se muestra como una buena opción para los desplazamientos urbanos, las rutas por carreteras ratoneras y las pequeñas incursiones off road, gracias a su motor bicilíndrico de 900 cc con 55 CV y a la posibilidad de limitación para el carnet A2. Este modelo incorpora llantas de radios de 19 pulgadas delante y 17 pulgadas detrás y monodisco de freno delantero con pinza Nissin. Además de la llamativa doble salida de escape en acero inoxidable por el lateral derecho, algunas de sus principales características pasan por un asiento de pasajero intercambiable por la parrilla de equipaje trasera de aluminio incluida de serie, estriberas traseras desmontables, estriberas delanteras de estilo “Bear Trap” en acero con diseño de alto agarre, cubrecárter de aluminio, doble asiento acanalado acabado en alcántara, soporte de faro de aluminio y bisel en negro, portadorsales laterales de estilo clásico, nuevos soportes de guardabarros, protectores de goma para las rodillas en el depósito y nuevos retrovisores.
Por otro lado, la Triumph Bonneville Bobber, ha sido concebida partiendo de la base de la Bonneville T120 con 77 CV, pero recibe un nuevo conjunto chasis-basculante como claro guiño a los bastidores rígidos de los años ’40. Asiento monoplaza regulable en distancia, escapes “cortados”, llantas de radios, monodisco de freno delantero con pinza Nissin, horquilla convencional Kayaba con fuelles, falsos carburadores Amal, retrovisores en las puntas de un manillar plano tipo drag bar (regulable), juntas “floreadas” para unir los colectores con los cilindros, caja de batería tras el motor, instrumentación reducida a un único reloj analógico (con display digital inferior) son detalles vintage dignos de mención.
Aunque su aspecto retro indique lo contrario, esconde más tecnología que muchas de sus hermanas de marca, como el acelerador electrónico, ABS (no desconectable), control de tracción (desconectable), doble modo de conducción (Rain y Road), embrague antirrebote asistido, luz trasera LED o llave de contacto con inmovilizador electrónico.
