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Prueba Triumph Street Scrambler 2017: la multiusos inglesa

Fotos: Triumph
Con la llegada de la Triumph Street Scrambler y la presencia de la Street Twin y la Street Cup, la fábrica de Hinkley completa la gama neoclásica de acceso en su nueva familia heritage dotadas del motor bicilíndrico de 900 cc. La nueva Scrambler es ahora además más capaz fuera del asfalto, también, más divertida en carretera pero todo ello sin perder la amabilidad en el uso diario.

Aunque el apelllido Scrambler no apareció ligado a Triumph hasta el 2006 con la llegada de la Bonneville Scrambler, ya en 1963 existía un modelo de corte “fun” denominado Bonneville T-120TT con motor de 650cc. Ese modelo fue sobre el que pudimos ver a ilustres de las dos ruedas como Evel Knievel o Steve McQueen. Los modelos más recientes también han tenido sus escarceos con la gran pantalla: Doctor Who, Jurassic World o la serie-documental Outlaws con David Beckam.

Con la llegada de la nueva Triumph Street Twin, era imperioso que los ingleses volviesen a lanzar un modelo que contase con una estética desenfadada y que, además, permitiese algún que otro escarceo fuera del asfalto. Contando con la ventaja de poder desarrollar la moto desde cero, la filosofía de Triumph ha sido dotar a su nueva Scrambler de una capacidad offroad superior a la del modelo anterior pero, sin que por ello, olvidase que parte de una Street Twin y como tal, debe ser apta para cualquier tipo de público.

De nuevo nos encontramos con multitud de cambios específicos para este modelo. Por ejemplo, el motor cuenta con una entrega de potencia diferente, fruto del sistema de escape elevado tan característico de este tipo de monturas, así como una nueva gestión electrónica. Esto permite que el par motor llegue a su máximo de 80 Nm a 2.850 vueltas (400 antes que en la Street Cup) y que la potencia, invariable en 55 cv, lo haga 100 vueltas más tarde (ya a las 6.000).

Esto fija un rango de utilización en carretera muy amplio y que, además, hace que sea posible enlazar curvas reviradas utilizando únicamente la tercera marcha, dejando caer de vueltas el motor en las horquillas más cerradas sabedores de que tendremos una respuesta contundente cuando realicemos la apertura de gas a la salida.

Prueba Triumph Street Scrambler - costa

En la parte de ciclo la Triumh Street Scrambler cuenta con suspensiones diferentes. El recorrido sigue siendo de 120 mm, pero tanto la longitud de las barras como de los amortiguadores es mayor, además de incorporar una llanta delantera de radios en 19 pulgadas. Esto hace que la moto sea 2 mm más alta y además que el ángulo de la dirección sea mayor.

Gracias a este cambio y con el nuevo manillar mucho más ancho, la moto es más estable en carretera y al mismo tiempo la rueda delantera* pisa mucho mejor fuera del asfalto* cuando necesitamos hacer giros muy cerrados, pudiendo montar dibujos más camperos si así lo deseamos. De serie cuenta con los Metzeler Tourance en medida 100/90-19 y 150/70-17, unos neumáticos mixtos con un buen compromiso de agarre tanto en el asfalto como fuera de él.

No nos olvidamos tampoco del cambio en el freno delantero que, si bien monta el mismo disco que en la Street Twin (el flotante queda reservado sólo para la Street Cup), sí que observamos una pinza diferente en su tratamiento mecanizado externo.

Prueba Triumph Street Scrambler - asiento

Otros cambios que observamos en la Triumph Street Scrambler son el asiento en alcántara con el hilo cosido en contraste. Está dividido en dos piezas, pudiendo escoger ya que viene de serie tanto el asiento del pasajero como la parrilla trasera portabultos. Los estribos del pasajero, en caso de no ser necesitarlos, también se pueden quitar. Esto aumenta las posibilidades tanto de personalización como de no dañarlos en excursiones fuera de pista.

Pensando precisamente en este tipo de rutas, las estriberas son mucho más anchas y con dientes más afilados. Incorporan una goma que puede ser retirada si así se quiere. El pedal de freno también está construido de manera más robusta para evitar que se dañe en una pequeña caída. Por delante, el cárter viene protegido mediante una parrilla de tres piezas que desvía las piedras que puedan saltar. Por encima el radiador también cuenta con protección para evitar quedar expuesto a lo que pueda lanzar la rueda delantera.

Prueba Triumph Street Scrambler - aparcada

El depósito incorpora apoyos para las rodillas en goma. A la altura de la pierna izquierda no se han olvidado del portanúmeros (por el derecho discurre el escape elevado). Los retrovisores son también exclusivos para esta versión así como los guardabarros, preparados para que el barro no se acumule en ellos. El faro cuenta con un acabado en negro y los adhesivos de Triumph del depósito están fabricados en auténtico aluminio cepillado.

Como es habitual, el catálogo de opciones disponibles es abrumador. Desde un atronador pero homologado para carretera escape Vance & Hines que suena a gloria, asiento tipo barra de pan, retrovisores, puños calefactables, caballete central, toma de corriente auxiliar o barras de protección para el motor entre otras.

Triumph Street Scrambler: carretera y montaña

Prueba Triumph Street Scrambler - lateral derecho

El recorrido que escogió Triumph para la presentación de la Street Scrambler combinó carreteras de curvas junto a dos zonas de pista offroad (una incluso con el cruce de un pequeño riachuelo). Esto nos permitía conocer tanto sus buenas virtudes en el asfalto como fuera de él.

Lo primero que pudimos apreciar nada mas ponernos a los mandos es el radical cambio de postura respecto a la Street Cup. Nos ubicamos más restrasados, con los brazos más abiertos y los pies más bajos y adelantados. Esta posición facilita enormemente el control a los noveles, y al minuto ya da la impresión de que es tu moto de toda la vida,

Ya en marcha el motor nos brinda todo el par disponible circulando por ciudad, con una segunda velocidad muy aprovechable incluso en los giros más cerrados, siendo innecesario utilizar la primera velocidad excepto para salir de los semáforos. De igual forma y una vez lanzados entre el tráfico, utilizar la cuarta velocidad o incluso la quinta en largas avenidas permite llevar el motor muy bajo de vueltas, economizando el combustible sin que haya apenas vibraciones.

Prueba Triumph Street Scrambler - lateral izquierdo

Una vez ya en carretera abierta, la protección aerodinámica es nula, algo lógico en una moto de corte scrambler, pero tampoco es algo que nos deba preocupar pues no estamos sobre una moto pensada para ir a altas velocidades mucho tiempo.

A medida que entramos en secciones de curvas ratoneras, la Triumph Street Scrambler saca a relucir lo bien que sabe comportarse también en este terreno. Es fácil ir rápido, más allá de lo que podríamos pensar en un primer momento y queda constancia que el trabajo hecho en esta moto deja muy lejos dinámicamente el modelo anterior.

Con más peso en la zona trasera y la llanta de 19 pulgadas, es necesario aprovechar el freno trasero y apoyarse con el delantero para conseguir frenadas eficaces, aunque en ningún momento echamos de menos más potencia dadas las características de la moto y el peso que supera por poco los 200 kilos. Únicamente hay que evitar ser demasiado fogoso en los cambios de dirección, pues si lo hacemos con demasiada brusquedad notaremos que la rueda delantera deja de pisar con firmeza delante. De igual manera, las estriberas están colocadas más abajo por lo que en carretera llegaremos a rozar con ellas con relativa facilidad.

Prueba Triumph Street Scrambler - de pie

Si dejamos lejos el asfalto, la Triumph Street Scrambler es tan amigable como en carretera y aunque tengamos poca experiencia en este tipo de terrenos, permite aprender con ella. La ventaja de poder desconectar tanto el ABS como el control de tracción (en parado) hace que tanto los que tienen poco nivel como aquellos más duchos se puedan divertir con ella.

Los neumáticos que equipa de serie (Metzeler Tourance) nos ofrecieron un buen rendimiento en carretera y, de nuevo en tierra, consiguen suficiente adherencia como para no tener sustos como con otras ruedas mixtas pero que no son tal. La ergonomía hace que llevarla de pie sea juego de niños, con todos los mandos accesibles. Únicamente la palanca de cambio puede estar demasiado próxima a la estribera si conducimos con botas de corte offroad.

Prueba Triumph Street Scrambler - sentado

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