TYGA RS250R-S: la Honda de carreras matriculable


Aunque aquí conseguir llevar adelante este proyecto sería prácticamente imposible (por no decir imposible del todo), en Tailandia las cosas suceden de otra forma tanto para lo bueno como para lo malo En este caso nos quedamos con lo primero, ya que… ¿qué podría ser mejor que tener una moto de competición con matrícula? Os presentamos la TYGA RS250R-S.
Esto es lo que ha conseguido el preparador TYGA, tal y como os comentábamos, con una de las mejores motos de la década de los 90: la Honda RS250R. Este modeo, desarrollado por la casa nipona para su pilotos y equipos privados, pudimos verla competir en multitud de carreras tanto del mundial como de campeonatos nacionales.
Casualidades del destino, la gente de TYGA se pudo hacer con una RS250R de 1993 a la que le faltaban partes del carenado y alguna que otra pieza. En lugar de restaurarla, decidieron que era una magnífica oportunidad para usarla como base de una versión matriculable, naciendo así la TYGA RS250R-S.
Para conseguir esta conversión se ha tenido que realizar un enorme esfuerzo y trabajo en todas las áreas, por lo que os invitamos a echar un ojo a la página de TYGA donde podréis ampliar información, aunque os vamos a contar los aspectos más destacados.
Lo primero que llama la atención es su carenado, realizado en fibra de carbono y kevlar. Incorpora dos pequeños faros delanteros así como hueco para los intermitentes mientras que bajo el colín se encuentra la luz de freno y el otro par de indicadores de giro. Por supuesto, el pertinente cableado para el sistema de alumbrado se tuvo que hacer desde cero.
Cuenta con suspensiones Öhlins y un equipo de freno delantero Brembo GP4-RXs con bomba Brembo 19RCS mientras que las llantas son unas especiales fabricadas por la propia TYGA para este modelo, y que le quedan como anillo al dedo.
Destaca la novedosa solución para la pata de cabra, quedando en marcha escondida dentro del carenado. Una vez que llegamos al destino, soltamos uno de los anclajes del carenado, giramos la pata y así podemos dejarla aparcada sin tener que llevar a alguien que nos asista con un caballete. No es tan práctico como una pata lateral normal, pero cumple su función.
Pero donde más se ha trabajado es ahí donde no se ve, es decir, el motor. Se ha intentado dulcificar en la medida de lo posible para que se pueda usar por carretera. Para empezar se ha fabricado desde cero un nuevo airbox (los carburadores tienen admisión directa) con un filtro interno para evitar el inconveniente de que el motor aspire piedras, hojas o cualquier impureza. El accionamiento de los carburadores ahora tampoco es de tiro directo, con el fin de que todo sea más suave y predecible.
Por último, las estriberas se han fabricado en CNC y el escape es ahora de acero inoxidable con silenciadores en carbono y kevlar de la propia TYGA que rebajan los niveles sonoros sin mermar demasiado las prestaciones del motor 250 de dos tiempos.
¿Os imagináis seguir con ella a Marc Márquez en Hakone? Orgásmico.