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Usar un trike en el skate park, una de esas cosas que no deberías hacer

Una mala idea la tiene cualquiera
Fotos: SMN
Oro, simplemente oro recién salido de las entrañas de internet. Así podemos definir el vídeo que nos acompaña y que resume de manera gráfica por qué no hay que meter un trike en un skate park.

Un trike puede ser un vehículo práctico y divertido, que permite a gente que no tiene el carnet de moto poder disfrutar de una conducción que puede llegar a asemejarse en cierta manera. Aunque se conduce de una manera muy diferente, tiene manillar, el motor va debajo de nosotros, el viento nos da en el cuerpo… toda una experiencia digna de probar. Aun así, como todas las cosas materiales están diseñadas para un propósito que, ya te podemos adelantar, que no es el de meterlo en un skate park.

Sin embargo el vídeo que nos acompaña arranca en un skate park con un trike, así que ya sabemos que algo se está cociendo. De lo contrario nunca hubiera llegado a nosotros este espectacular material gráfico. Afilamos los dientes y nos preparamos para el desastre, pero nada más lejos de la realidad (de momento). De hecho los primeros segundos que vas a ver tras darle al play son sólo la manera que tiene el universo de demostrar que siempre guarda un as bajo la manga. Un tipo con un trike saludando en plan victorioso y derrapando un poquito para subir una cuesta.

Es cierto que en ese punto queda claro, por un lado, que el tipo no es la persona más hábil con un trike, y que tampoco parece de los más inteligentes que se hayan subido a él. Cuando él mismo está convencido de su capacidad y de que es buena idea hacer lo que está haciendo, es cuando empieza la “crema” del vídeo, ese segundo de oro que precede a otro segundo de oro. El karma actuando con todo su peso antes de que la gravedad haga lo mismo…

Siendo generosos se puede decir que no hay mucho estilo bajando los escalones, pero aun menos descendiendo de la rampa donde este Tony Hawk de las tres ruedas, tiene su primer golpe de suerte al evitar el desastre. O viendo lo que viene a continuación, su primer golpe del mala suerte al no caerse. A partir de ahí la cosa se desmadra, al perder el equilibrio pasa a ser un pasajero en un “cacharro” al que no puede parar de dejar de dar gas. Su teléfono es el primero que decide bajarse en marcha, lo siguen la gorra y las gafas.

Pero justo en ese momento cuando ya cierras los ojos pensando que puede llegar más lejos que los cohetes de Elon Musk, llega un golpe de suerte de verdad. No hay salto, sólo un giro a tiempo que termina acabando en un vuelco. Y es en ese instante donde la suerte vuelve a mostrarse de su lado, porque al volcar el trike no cae encima suya. Sólo un susto, una peripecia que contar y un vídeo con el que se vuelve a demostrar que a veces la teoría de la selección natural de Darwin tiene algunos cabos sueltos.

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