Vídeo de un motor de cuatro tiempos contra una prensa hidráulica: ¿quién ganará?
También se enfrentan al reto un pistón y un casco

Cada tapa, cada engranaje, cada tornillo, cada junta, cada rodamiento… Están diseñado siguiendo la premisa de conseguir el mayor equilibrio entre rendimiento, durabilidad y costes. Así se fabrican todas las piezas de una moto y de cualquier otro aparato (obsolescencia programada aparte). El caso es que el hábitat natural de la moto y, por tanto de su motor, es la calle, el campo, la carretera o el circuito hasta que alguien decide que es una buena idea enfrentarlo a una prensa hidráulica.
Hemos visto como otros motores de moto tenían una segunda vida de otras maneras como propulsando un kart y sabemos que incluso se llegan a usar para sacar agua de pozos, pero no nos habíamos topado con un uso similar. A los encargados del canal finlandés de YouTube 'Hydraulic Press Channel' les debió parecer un contenido apropiado para sus más de 3,1 millones de seguidores y se pusieron manos a la obra.
Llama la atención que el motor funciona, es decir, no está averiado cuando se enfrenta a la prensa. Es más, cuando la prensa comienza a bajar sigue en marcha. Hay que ser sinceros y admitir que sabíamos que el motor de cuatro tiempos iba a quedar destruido pero, quizás no esperábamos que de una manera tan sencilla. Poco después de empezar a bajar el daño ya es suficiente como para detenerlo y lo que viene después solamente es la constatación de que un motor de este estilo no es rival para la prensa. Aun así aguanta lo suficiente como para someter a la zona del cambio a un segundo asalto y…
Ocurre lo mismo. No quiere decir, ni mucho menos, que este motor de cuatro tiempos no sea resistente sino que, simplemente, no está diseñado para afrontar este tipo de presiones. Además llama la atención que las tapas se resquebrajan, no se deforman, simplemente parten y algunas lo hacen en varios pedazos. Tras levantar el motor podemos observar todo lo q ue había dentro de él, incluido el aceite desparramado por la base.
Como el experimento destructor les sabía a poco, nada sorprendente porque hay más de 300 vídeos en el canal y siguen reventando cosas, someten al mismo experimento a un casco con una sandía dentro. Aunque en un primer momento el casco (que tiene pinta de no ser de una gran calidad) distribuye la presión lejos de la sandía el resultado final podemos decir que es tan esperado como vistoso.
El último en soportar el peso es un pistón que prácticamente se volatiliza. Según empieza a ser presionado empieza a saltar zonas de la falda y el fallo estructural continúa hasta que, simplemente, todo queda destruido y reducido a poco más que varios fragmentos.