Si has visto la ficha técnica o has leído algo sobre ellas sabrás que no me refiero a que tecnológicamente sean una revolución o que su nivel de equipamientos incluya todo tipo de “gadgets”, juguetes increíbles o de peli de ciencia ficción. Me refiero más bien a que si ves cómo está hoy día el mercado de la moto, si analizas la situación por la que pasa este mundillo nuestro, convendrás conmigo que hoy por hoy si eres una marca y quieres vender motos, tienes que ofrecer algo bueno, a buen precio y sobre todo: que valga para el carnet A2.
Los años en que las reinas de las ventas eran las grandes deportivas han pasado a la historia hace tiempo. Después vinieron años de buenas ventas para las naked sport de entorno a los 100 CV. Pero en los últimos años el mercado es propiedad de los scooters y sobre todo de los de 125 cc: ¿ya no hay afición a las motos?
Yo creo que sí la hay. Pero también hay una crisis económica grave y una serie de circunstancias en nuestro país que han desanimado al público a comprar moto. Seamos realistas: la persecución a la velocidad por parte de los poderes públicos se ha cargado buena parte de este mercado. Y los nuevos carnets de conducir, con un carnet A (el que te autoriza a conducir motos de cualquier potencia) más difícil y caro de obtener que la licencia de comandante de nave espacial tampoco pone fácil la llegada de nuevos “pretendientes” a esas motos.
