XTR Monza: una Moto Morini Corsaro radical
La Monza By XTR, otra nueva creación de Pepo Rossel

En los últimos tiempos se confunde la radicalidad con lo extremo, cuando en realidad, no sólo son conceptos bien diferentes, sino que, además, pueden darse al unísono en un mismo sujeto. Mirando esta Monza By XTR, algunos pueden tener la impresión de estar ante una nueva criatura extrema del incombustible Pepo Rossel; sin embargo no se ha movido de sus patrones, con lo que se radicaliza en la posición desde que comenzara su penúltima etapa como diseñador en Radical Ducati.
Y es que, efectivamente, esta nueva creación basada en una marca por desgracia extinguida, como Moto Morini, no es más que otra muestra de su postura radical frente a algunos de los cánones más de moda, o incluso más vanguardistas, dentro del mundo de la moto.

Demasiado pesada y demasiado ligera
Cuando el exquisito cliente alemán hizo el encargo a Pepo, tomando como base una Morini Corsaro 1200, le apuntó que la sentía como una moto pesada, en general, y que tendía a soltar con demasiada ligereza el tren delantero; en definitiva: que se levantaba con demasiada facilidad. ¡Para qué queremos más!
Pepo Rossel no tuvo entonces nada más que aplicar los dos principios, radicales como dos pilares, sobre los que se basa su concepción de una moto ideal. Dicho y hecho.

Como mandan los cánones
La Monza By XTR toma buena parte de la excelente base que aporta la Corsario original, y mantiene el chasis sosteniendo el motor tal cual viene de serie en la Morini. A partir de ahí, el minucioso trabajo del diseñador se centra, hasta casi la obsesión, en una drástica reducción de peso, con un subchasis de diseño propio, un amplio radiador forjado a mano en Italia y un tanque de gasolina al estilo y manera de la resistencia ochentera.
En la mitad anterior, Pepo ha montado un soberbio tren delantero, digno de una auténtica máquina de Gran Premio, para aplomar la pisada y sujetarla al asfalto, evitando así, en buena parte, su tendencia al despegue. La otra parte la pone, ¡cómo no!, la posición del piloto, con el tronco y los brazos descendiendo hasta cogerse con las manos a unos semi manillares situados a algunos centímetros por debajo de la tija superior.

Genio y figura
El colín recortado por líneas rectas, con la batería encastrada en su seno, ha pasado de ser un recurso anacrónico a ser visto como una impronta personal en algunas de las creaciones XTR. Lo mismo ocurre con los dos faros saltones y la voluptuosidad del semicarenado, que nos trasladan directamente a la época que para muchos creó las motos de carreras más bellas de la historia.

Y para dar su pincelada al detalle, los adhesivos de firmas que en otro tiempo protagonizaron las carreras. Agip, recordándonos la última dictadura impuesta por Ferrari en Fórmula uno, o emblemas como el de Regina, con los que, en otra época, parecía que tu moto mejoraba sus prestaciones solo con estampar su pegatina sobre ella.
Se como fuere, de una manera o de otra y vista desde cualquier ángulo, la Monza by XTR se identifica en cada matiz con una obra concebida por el genio radical de Pepo Rossel.
