Siempre habíamos oído hablar de la pasión por la moto y de cuanto se disfruta en una buena ruta. Ahora bien, cuando Henry Wolf realizó un viaje de cuatro horas en su flamante BMW K1100RS del 93, a la que le había instalado un asiento de la firma Corbin, no se imaginaba el calvario que se le avecinaba. Poco después de ese trayecto, allá por mayo del año 2010, Wolf comenzó a sufrir priapismo, una dolencia que consiste en una prolongada erección, que en su caso le duró ¡casi dos años! Después de ese tiempo, Wolf decidió ponerse en manos de un abogado para denunciar a la firma de asientos y a BMW en América del Norte por causarle este mal.
En abril de 2012 se presentó la demanda, en la que el abogado de Wolf pedía una indemnización de 25.000 dólares por los gastos médicos y los daños generales que le había provocado esta tensa situación. Han tenido que pasar otros dos años para que el juez James J. McBride, de la Corte Suprema de San Francisco, haya dictado sentencia en contra del denunciante, alegando que no existe pruebas de que ni una moto ni un asiento pueda causar priapismo, por mucha vibraciones que reciba el conductor.
En el juicio se tuvo en cuenta la opinión de un urólogo que aseguraba que el demandante sufría esta dolencia, pero se desestimó el testimonio del neurólogo que señalaba al asiento de la moto como el causante. También tuvieron que declarar el anterior dueño de la BMW K1100RS y el responsable de la firma de asientos Corbin.
