Yamaha RD400 CHOPPRD, tuning de altos vuelos por sólo 1.000 dólares


La historia de la Yamaha RD400 CHOPPRD empieza, como tantas y tantas otras, en un solitario garaje de San Francisco. Concretamente el de Julian Farnam, un ingeniero mecánico que trabaja para los Dolby Laboratories y utiliza su tiempo libre para construir chasis para deportivas y motos custom. A pesar de que la construcción de motos no es su actividad principal, Farnam es el responsable de piezas bastante valoradas desde los años 90 como la espectacular FFE350, en la que se permitió diseñar un sistema completamente inédito de suspensión delantera.
Pero si en la FFE 350 el trabajo de Julian Farnam trabajo se prolongó durante casi siete años, la Yamaha RD400 CHOPPRD ha sido completada en un periodo de 30 días y con un presupuesto inicial que no podía exceder los 1.000 dólares, incluyendo la RD400 de base.
La idea es que fuera una moto mucho más bruta para el San Francisco Dirtbag Challenge, un concurso en el que además de fijar un límite de tiempo e inversión, lo único que pide a los proyectos presentados es que puedan circular durante 100 millas sin detenerse, explotar o prender en llamas. Por el resto, todo vale, y el tiempo de preparación del proyecto es completamente libre.
El concepto desarrollado por Farnam, que nos acerca Jason Cormier a través de Pipeburn.com, parte de una moto clásica a la que añadir una horquilla doble y alargar el basculante. Se buscó precisamente una RD por simple afinidad con los motores de dos tiempos, aunque ante la imposibilidad de encontrar una por menos de 1.000 dólares el preparador tuvo que agudizar el ingenio, recrear la moto a partir de varios componentes y después vender las piezas sobrantes para mantenerse dentro del presupuesto máximo.
Las ruedas y frenos de tambor proceden de una RD350 de los ’70, el chasis y el motor de una RD400 de 1977, los escapes de una RZ350 y el depósito de combustible de una RD400F Daytona Special de 1979. Este fue uno de los componentes que le llevó más trabajo dejar a punto.
El resto son restos de otras RD 250, 350 y 400 acumulados por Farnam a lo largo de los años. Una de as pocas licencias no-Yamaha que se permitió fue el asiento, que procede de una GSX-R 600, además por supuesto de la geometría de suspensiones, totalmente chopper. La posición de conducción es sin embargo café racer, lo que otorga una extraña coherencia al conjunto a pesar de la combinación de componentes tan diferentes.