Desde la inclusión de las mecánicas de cuatro tiempos en la era moderna del Mundial de Motociclismo, la evolución técnica y tecnológica ha dado un paso de gigante, llegando a puntos antes inimaginables como la posibilidad de regular el control de tracción de manera automática teniendo en cuenta la posición de la moto en la pista.
Estos avances han hecho de las MotoGP unas motos muy precisas, tanto, que llevarlas al límite durante toda una carrera es posible, aunque requiera un esfuerzo sobrehumano, lo que ha propiciado que muchas veces las distancias de décimas o un segundo respecto al rival de delante sean insalvables a no ser que medie un error.
Tal nivel de sofisticación ha llevado al punto de tener que buscar milésimas donde otrora hubiera sido impensable. Con todos los avances disponibles, Yamaha ha detectado que si el casco que emplea Jorge Lorenzo tuviese cinco milímetros menos en la zona del mentón, el mallorquín podría mejorar la aerodinámica del conjunto que forma con su Yamaha M1 y conseguir unas velocidades puntas más altas que con el modelo actual.
Esta petición llega después de que la nueva ECU introducida por Dorna haya hecho inevitable que la M1 ganase esos cinco milímetros y por mucho que lo han intentado desde el departamento de competición de Yamaha no han encontrado otra manera que no sea la de recurrir a la colaboración del fabricante de cascos HJC.
La petición de Yamaha se produjo después de los primeros test de Sepang, por lo que el margen de maniobra ha sido estrecho y es posible que HJC no pueda tener a tiempo una mejora que, aunque parece una nimiedad, puede traducirse en un tiempo precioso por vuelta en pistas con velocidades punta tan alta como la del trazado malayo.
