Los scooters no son algo nuevo para la marca alemana. Hace unos años quisieron “revolucionar” el mundo de la movilidad con el C1, aquel scooter con techo homologado para conducir sin casco.
En los últimos años, BMW ya no se corta un pelo, y si para hacer una deportiva como la S 1000 RR había que olvidarse de suspensiones extrañas como el Paralever y Telelever y estructuras de motor originales e irse a hacer una moto “como todas”, para el scooter también lo han tenido claro ya que hacer frente al Yamaha TMAX no era tarea fácil.
Distinción distinguida
En el capítulo de equipamiento es donde la C 600 Sport llama la atención. Ojo, no quiero decir que el resto no sea impresionante, que lo es. Es que tiene detalles tan llamativos como el sistema flexcase (desde un mando dentro del hueco despliegas la parte baja de la carrocería mediante una estructura de plástico mixta rígido-lona tipo fuelle, pudiendo albergar un segundo casco que en movimiento es imposible) o el freno de aparcamiento que se acciona al poner la pata lateral (cuando extiendes la pata de cabra, el scooter se queda bloqueado y no se moverá aunque hayas aparcado en cuesta).
El resto del equipamiento también es de nivel: la pantalla es regulable en tres posiciones de inclinación (mediante dos palomillas a ambos lados del cuadro de relojes, a mano y sin necesidad de herramientas), el ordenador de a bordo es muy completo (con consumos, temperatura exterior y otras informaciones útiles) y cuentarrevoluciones y dispone de doble guantera con buena capacidad (la izquierda con cierre centralizado).
No nos ha gustado tanto la cerradura de contacto: unifica la apertura del tapón de gasolina y la del asiento, pero está dura y llega a ser un suplicio accionar el cierre de la dirección. La boca del depósito de gasolina va en la punta del asiento.
Luces de leds detrás, manetas regulables, ABS de serie, etc, forman también parte del buen equipamiento del BMW. Si te parece poco, puedes optar por el Pack Alto de gama (luces delanteras e intermitentes de leds, asientos y puños calefactables, y sistema de control de presión de los neumáticos RDC).
¿Y por dentro?
Para crear la serie C, BMW se ha fijado en el deportivo Yamaha TMAX y el turístico Suzuki Burgman 650, de ahí que haya dos variantes: el C600 Sport de nuestra prueba y el C 650 GT. Parecen muy distintos, pero suspensiones (horquilla invertida y amortiguador lateral), frenos (triple disco y ABS de serie), chasis (tubular de acero), motor (647 cc) y ruedas (llantas de 15 pulgadas) son los mismos. Sus diferencias se centran en la carrocería y equipamiento.
El motor es un bicilíndrico paralelo tumbado a 70º, de forma que los cilindros quedan bajo la plataforma para los pies. Entrega 60 CV a 7.500 rpm y un par de 66 Nm a 6.000 rpm, cifras que lo colocan a medio camino entre el TMAX y el Aprilia SRV 850. Aunque está fabricado por Kymco en Taiwán, es de diseño y concepción BMW. Emplea culata multiválvulas, inyección electrónica y refrigeración líquida.
Menos “convencional” e incomprensiblemente poco explotado comercialmente por la marca es el sistema que monta para evitar sobre-esfuerzos de transmisión, que tambien sirve como un control de tracción en salidas: cuando a través de los captadores del ABS detecta que la rueda trasera desliza al abrir gas fuerte, corta la inyección, evitando así que la derrapada continúe. No es un control de tracción en el sentido más estricto, pero actúa casi como tal.
En marcha
Si algo sorprende de este C 600 Sport es que a la primera BMW ha acertado en casi todo. En ciudad, algo más grande que el Yamaha TMAX y ciertamente más pesado, es casi tan ágil como él. De hecho gira más y, el manillar, más alto y largo, ayuda a manejarlo entre coches.
En carretera es, simplemente, maravilloso. Muy rápido y estable, noble y muy fiable en curvas rápidas, es perfecto en autopistas y autovías, con una gran protección aerodinámica y muy cómodo para el conductor. Es en curvas lentas donde el tren delantero se muestra algo “flexible” y se notan más los kilos, aunque sigue siendo noble y avisa claramente cuando te pasas. Además, los frenos ABS ayudan a frenar “ a muerte” en esas curvas, sin miedo a llegar deslizando.
Valoración final
BMW ha conseguido hacer un gran trabajo en este segundo intento en el mundo de los scooters. Rápido, estable, noble y muy bien equipado, conseguirá atraer a muchos clientes intersados en este tipo de vehículos, y con razón. Bien posicionado en precio, a pesar de que la cifra sea importante (10.900 €), lleva ABS de serie, algo que hay que valorar y además, desde el inicio de su comercialización, la financiera de la marca se ha volcado en ofrecer facilidades para su compra, lo cual convencerá, sin duda, a muchos clientes.
Lo mejor:
- Prestaciones
- Comportamiento en curvas rápidas
- Equipamiento innovador y muy completo
Mejoraríamos:
- Rumorosidad mecánica
- Acabado de algunos plásticos
- Tacto del tren delantero en apoyos fuertes
