En el segundo Gran Premio del año en suelo americano Valentino Rossi volvió a ratificar lo que viene siendo habitual en él, no sólo en la presente temporada, sino desde hace mucho tiempo: un gran poder de mentalización que le hace subir al podio en todas las carreras. Aunque en los entrenos sufre, Valentino cambia el chip el domingo tras probar muchas cosas durante todo el fin de semana y afronta la carrera de otra manera. Su experiencia y regularidad le han llevado a liderar la clasificación provisional después de 10 carreras, algo que no es fruto de la casualidad.
Que Jorge Lorenzo esté arriba todo el fin de semana también ayuda al italiano, ya que rápidamente se transforma en un referente para saber que opción funciona ese fin de semana. Compartiendo box, Vale puede contrastar sus datos con la información de Jorge y, aunque no sean extrapolables exactamente igual a su moto, siempre son beneficiosos para encontrar una buena puesta a punto de base. Por ejemplo, hay soluciones técnicas específicas de cada uno como los diferentes basculantes, presumiblemente más rígido en el caso de Vale, la diferencia de rigidez incide directamente en la presión que haces sobre el neumático, obviamente estas presumibles diferencias de rigidez en el basculante pueden verse favorecidas por la mejora de la pista debido a la goma acumulada durante el fin de semana y ayudar a Valentino a mejorar sus prestaciones. Y es que cada estilo de pilotaje conlleva una puesta a punto diferente (Rossi es más fuerte en frenada y Lorenzo en paso por curva).
En el caso de los pilotos Honda, Marc ha evolucionado mucho desde el inicio del campeonato, aprendiendo de sus errores y con una nueva manera de afrontar las carreras. La intención es la misma de siempre, acumular el mayor número de victorias posible, pero la estrategia es diferente. Por su parte, Dani mantiene una evolución constante tras su compleja operación de antebrazo. Seguramente su constitución física, comparado a sus rivales, hace que para él sea más importante recuperar al 100% su antebrazo, poco a poco se está encontrando mejor.
Respecto a la categoría de Moto3, pudimos asistir a una situación atípica que nadie había previsto: lluvia y neumáticos siempre son una combinación delicada. Mucho desorden entre la mayoría de equipos y pilotos.
Para evitar que esta situación vuelva a repetirse y ganar en seguridad habría que organizar el pitlane igual que en MotoGP, pues muchos equipos no tienen boxes para poder trabajar en las motos con garantías. Todos los equipos deben trabajar juntos en busca del mismo objetivo con una secuencia de acciones bien organizadas, algo que brilló por su ausencia en Indy.
La crítica siempre es más fácil a toro pasado pero, independientemente de las decisiones tomadas el pasado domingo, todas las estructuras deben hacerlas ordenadamente para minimizar los tiempos. En este tipo de carreras el resultado forma parte de una lotería, pero lo más importante en estos casos no es la decisión final en sí, sino como la llevas a cabo.
