La Britten V1000, desnuda por primera vez en el Museo de Nueva Zelanda
Está considerada LA MOTO


No todos los días tenemos la oportunidad de ver una moto tan exclusiva como la Britten desnuda hasta el chasis... Y es que el Museo de Nueva Zelanda es dueño de una de las 10 únicas Britten V1000 construidas y ahora la ha puesto en exposición por primera vez con su interior al descubierto. Sin el carenado, el depósito de gasolina o el protector del motor, podemos ver el interior de esta mítica moto construida artesanalmente por el ingeniero neozelandés John Kenton Britten. Britten fue un pionero en el uso de la fibra de carbono, construyendo una moto ligera, irrepetible e hipercompetitiva que puso en jaque a las grandes marcas por lo avanzado de su construcción.
Pero volvamos al museo. La razón por la que esta Britten V1000 se encuentra así de 'desnudita' es porque ha pasado un exhaustivo chequeo para asegurar que está en condiciones óptimas de conservación. Y una vez terminado, el museo ha decidido dejarla al descubierto unos días para el disfrute de curiosos y aficionados al mundo de las motos. Una oportunidad única de contemplarla como John Britten 'la trajo al mundo' y que solo se podrá ver así hasta principios del año que viene. Y como Nueva Zelanda está un poco lejos, aquí te dejamos las fotos de la Britten V1000 para que disfrutes con ellas. Así es la Britten desnuda.

Una moto única y legendaria
Quizás la Britten V1000 sea la última de una estirpe. La de esas motos artesanales creadas por entusiastas en su garaje que se atrevieron a desafiar a los grandes con soluciones arriesgadas, vanguardistas y adelantadas a su época. Y es que al ver el chasis de la Britten desnuda vemos que no es una moto normal. Casi podríamos decir que le faltan cosas. Es el poder que tiene la ligera y resistente fibra de carbono, un material poco utilizado en la época en la que fue concebida. Y que después se convirtió en un estándar para las motos superdeportivas y de competición que llegaron después de la Britten V1000. Una moto que apenas pesaba ¡138 kilos! y era capaz de llegar a los 303 km/h... Hace casi 20 años. Así se las gastaba la Britten. Por cierto, si quieres saber más tienes un documental realizado por la televisión de Nueva Zelanda que puedes ver aquí. De nada.