Cómo conducir una moto con lluvia

Cuando conducimos una moto con lluvia son muchos los factores que debemos tener en cuenta si no queremos llevarnos un desagradable susto:
Distancia
No siempre es posible, sobre todo en ciudad, pero lo ideal sería doblar la distancia de seguridad con el vehículo que nos precede. Es fundamental para reaccionar con suficiente antelación y evitar una posible colisión, además de para evitar ser pulverizados por el agua de las ruedas del coche o camión en carretera.
Anticipación
Es más importante prever los movimientos de los demás conductores que preocuparte de los tuyos propios. Hay que andarse con cuidado ante ese coche que se cambia de carril sin intermitente y antes los “obstáculos” que podemos ir encontrándonos, como una curva llena de hojas de árboles otoñales mojadas, al pasar sobre una rejilla de ventilación (del metro, un parking, etc.), sobre charcos, alcantarillas inundadas o pisar la pintura de las marcas viales que patinan con mirarlas.
Aceleración
Puesto que circulamos bajo condiciones más críticas, todos los movimientos se ralentizan comparados con los de tiempo seco. Tienes que ser dulce, marcar bien los pasos y moverte sin brusquedad. Al acelerar no debes “abrir” a fondo, sino progresivamente y sin prisa. Al trazar debes inclinar lo menos posible, a fin de que la zona de contacto del neumático con el suelo sea mayor.
Frenada
Lo ideal en estos casos es tocar el trasero primero para contener y después el delantero para detener. Confiar todo el esfuerzo en el tren delantero es un poco arriesgado, pues se te puede ir la parte delantera al bloquear más fácilmente que del otro modo. En días de lluvia intensa, los charcos pueden mojar en exceso los discos de freno y formar una capa líquida entre el disco y la pastilla, que actúa como lubricante. Ante una frenada imprevista, la capacidad de frenado se verá reducida notablemente hasta que vuelva a recuperarse. Si nuestra moto tiene ABS, mejor que mejor.
Ciudad
Cuando hay lluvia los atascos se multiplican y la percepción de las motos es peor debido a la menor visibilidad. Muchas lunas traseras están empañadas evitando la correcta visión de lo que hay detrás y muchos conductores de coche se aplican igual sobre asfalto mojado que circulando en seco: van a su bola. Ojo cuando circules entre hileras de coches, no te centres sólo en lo que hay inmediatamente delante de ti: mira siempre a lo lejos.
Charcos
Lo ideal es esquivar cualquier charco, si podemos. No debemos fiarnos de su tamaño porque los pequeños pueden ser profundos. Si nos es imposible, debemos acometerlo con la moto vertical, sujetando fuerte el manillar y a una velocidad constante. Aunque nos asustemos, no frenar jamás. Durante unos segundos parecerá que flotamos, pero luego volveremos a sentir el suelo: esto es un aquaplaning.
Equipación
Si circulamos con nuestro scooter bajo un cielo nublado, nunca está de más aprovecharnos de la mayor capacidad de carga respecto a una moto y llevar siempre unos pantalones impermeables, chubasquero y guantes por si las moscas. También es interesante que nuestras prendas incorporen tiras reflectantes. Con poca luz, como sucede en plena tormenta, es vital llevar prendas que nos permitan ser vistos con más antelación.
Para scooters hay una solución ideal para los días de frío, viento, lluvia o todo a la vez, son las mantas térmicas, donde Tucano Urbano es el referente.
Vaho
La diferencia de temperatura entre el aire caliente que expulsamos al respirar y el frío del exterior hace que la pantalla del casco (siempre clara, no ahumadas) se empañe. Esto agobia porque pierdes la visión rápidamente, teniendo que levantar la visera. Para evitarlo, conviene dejarla un poco abierta para que entre el aire, recurrir a un pin-lock. El pin-lock es una pantalla pequeña con borde de silicona que se adhiere a la cara interior de la pantalla del casco, creando una cámara de aire sellada para evitar que surja el vaho.
Neumáticos y otros elementos
Ni que decir tiene que el correcto estado de nuestros neumáticos en invierno es fundamental. La importancia de usar un modelo con buen compuesto es aún mayor que el resto del año. En nuestro caso sólo hay dos puntos de apoyo en vez de cuatro por lo que hay que maximizar nuestra seguridad. Un modelo mixto con buenos surcos es la solución. Si nos decantamos por un scooter, los rueda alta otorgan un plus de seguridad debido a su mayor estabilidad.
En las motos debemos vigilar la cadena de transmisión secundaria pues bajo los efectos de la lluvia envejece a pasos agigantados. Una buena lubricación, acortando los tiempos de mantenimiento, es la solución. La tornillería y los discos de freno también pueden oxidarse si la aparcamos a la intemperie o hacemos kilómetros bajo el agua.
Si nuestra moto ya tiene años, hay que prestar especial cuidado al sistema eléctrico, pues puede haber filtraciones no deseadas.