Seguramente te suene esto de un casco con cámara trasera, proyección interior de la pantalla del móvil, y otras ventajas tecnológicas. Ha habido varios intentos, el más sonado fue el Skully AR-1: un proyecto de crowfunding que empezó fortísimo… demasiado. Recaudaron casi 14 millones de dólares entre inversores privados y empresas, pero los responsables lo celebraron demasiado pronto y… “demasiado” (viajes, hoteles de lujo, fiestas de strippers ¡etcétera!). Tras ese fiasco y a pesar de que el proyecto se ha vuelto a poner en marcha con otros propietarios mucho más serios, cualquier nueva idea en este sentido es tomada con mucha prevención, lógicamente.
Este proyecto CrossHelmet no tiene nada que ver con aquellos negociantes. Se origina en Japón y en tres semanas ya ha recaudado 250.000 dólares, el triple de lo que necesitaban para empezar. El casco lleva integrada toda la electrónica que necesita: para empezar cuenta con una cámara de gran angular trasera. Sus 170 grados de apertura, combinados con la amplia visera delantera del casco, permiten una visión de 360 grados, sin puntos muertos. Las imágenes de esa cámara, junto con otras imágenes de control o indicaciones como veremos, se proyectan en unas gafas desplegables al estilo de las viseras oscuras de algunos cascos. El casco se conectará por Bluetooth con nuestro móvil, y eso nos dará acceso a la información de navegación (que vía App dedicada se mostrará en esas gafas cuando necesitemos indicaciones). También comunicará la llegada de llamadas, incluso habrá una aplicación dedicada a mantener conversaciones en grupo pensada para cuando vayamos con más personas en moto.
Hasta aquí todo es más o menos habitual en este tipo de proyectos. La novedad de este casco, aparte de que parece que es un proyecto que sí llegará a su fin, es un sistema patentado propio de cancelación de ruido. De forma parecida a como trabajan estos sistemas en algunos auriculares, detecta el ruido que llega a nuestros oídos y reproduce el mismo sonido con la fase cambiada por los auriculares para que se cancelen. La novedad es el algoritmo que detecta algunos ruidos y no los filtra: sirenas, bocinas, o ruido de neumáticos resbalando en una frenada. Así, el piloto recibe atenuados los ruidos molestos, pero percibe bien aquellos que pueden avisar de un riesgo. Todo esto es ajustable con su propia aplicación.
El CrossHelmet X1 no será barato: el precio estimado será de 1.800 dólares en Japón, aunque el casco estará homologado para su uso allí, en Estados Unidos y en Europa.
