Cuidado con los patinetes: 300 accidentes con víctimas en 2018, y varios fallecidos

Basta darse una vuelta por cualquier ciudad o pueblo para darse cuenta que los patinetes eléctricos son una realidad en el tráfico. En función de la rigidez de la policía local, y del carácter de quien los usa, se pueden ver en marcha de forma más o menos respetuosa con los demás usuarios de las vías: peatones, ciclistas, motoristas y cuatro ruedas. Tenemos desde el turista que lo usa con cuidado (pero cierto despiste) porque admira la ciudad que está visitando, hasta el “piloto” que echa carreras con sus amigos (o consigo mismo) sorteando peatones en la acera… Desde el punto de vista legal, el problema es que quien debía haber reaccionado a tiempo, incluso con antelación, no lo ha hecho todavía: la DGT emitió hace poco una circular en que daba recomendaciones a las autoridades locales, pero no ha “legislado” nada. Tienen en marcha un borrador de Real Decreto que debe ver la luz pronto… a ver si es verdad (más ahora que han pasado las elecciones y no parece que haya cambios políticos) y en qué queda.
La DGT ha reaccionado demasiado tarde y cada ayuntamiento ha tenido que improvisar su normativa
Mientras tanto los ayuntamientos, que se enfrentan más directamente a la realidad de sus calles, han empezado a adaptar sus ordenanzas locales a la existencia de estos nuevos vehículos, llamados genéricamente VMP (vehículos de movilidad personal). Según el borrador de lo que la DGT publicará la definición de los VMP es ésta: “vehículos de una o más ruedas dotados de una única plaza y propulsados exclusivamente por motores eléctricos, que puedan proporcionar al vehículo una velocidad máxima por diseño comprendida entre 6 y 25 km/h”. Cada ayuntamiento ha hecho sus normas, en función de sus necesidades y de la existencia o no de carriles o zonas adecuadas para su uso. En general la tendencia lógica es impedir mezclar los VMP con el tráfico normal siempre que es posible, pero también evitar su uso en aceras o zonas peatonales para no dejar al criterio (o conciencia) del usuario su respeto a las personas que van a pie. Ojalá lo que salga de la nueva normativa ayude a mejorar el uso de estos vehículo y la seguridad de todos, porque como comenté en su día estos patinetes o las bicis eléctricas, como ya ocurre con las motos de alquiler, pueden ser una fuente de futuros motoristas.
Mientras tanto, la realidad sigue demostrando que hacen falta normas más claras y controles más rígidos: en 2018 se contabilizaron más de 300 accidentes con víctimas en los que había relacionado un patinete, y por lo menos hubo 5 fallecidos por esta causa. Esos 300 accidentes son los que se han registrado porque hizo falta la intervención de policía, ambulancia, etcétera, y obviamente deja fuera muchos incidentes. Las estimaciones para 2019 son peores y se estima que el número de accidentes, y fallecidos, podría multiplicarse por tres o más: en ciudades como Valencia sin ir más lejos hay por lo menos un accidente con víctimas al día. Precisamente allí saltó hace pocos días la noticia de un accidente entre un patinete y una moto, con la desgraciada consecuencia del fallecimiento del ocupante del patinete mientras el motorista quedó herido grave. Por la agilidad de ambos vehículos no es difícil que se produzcan este tipo de accidentes: conviene, cuando vamos en moto, extremar el cuidado cerca de ellos, como haríamos en zonas con muchos peatones.