Hoy os traemos una de esas historias de solidaridad motera, que hacen que a veces el mundo sea un lugar agradable para vivir a pesar de todo lo que acontece. Mercedes Suárez, una enfermera de San Antonio (Texas), tenía una Kawasaki Ninja 250 de 2004 que había restaurado con su padre. Amante de las dos ruedas, la usaba todos los días para ir a trabajar al hospital, donde es una más ayudando en la crisis mundial sanitaria más importante de la historia.
La mala fortuna quiso que algún impresentable le robase la moto y, no contento con ello, se la destrozase. De esta forma, Mercedes se quedaba de un plumazo sin su afición y lo que es peor, si su medio de transporte. Sin embargo, Dave Sears, propietario del concesionario Alamo Cycle Plex quiso hacer algo para remediarlo y por ello habló con Kawasaki USA para ver qué podían hacer.
La enfermera recibe una Kawasaki Ninja 400 de parte de un concesionario
A los pocos días, Dave se puso en contacto con Mercedes para ofrecerle una Kawasaki Ninja 400 completamente nueva y, además, equipada con un escape Akrapovic, protector de depósito y topes anticaída.
Pero la historia no acaba aquí porque una tienda local de motocicletas, también se ha comprometido a arreglar su maltrecha Kawasaki 250 que había restaurado con su padre. Y lo hará de forma completamente altruista. Aquí podéis ver un vídeo de su historia.
El mundo a veces parece que se va por el retrete, pero con estos gestos igual evitamos que apetezca tirar de la cadena.
